}¿Cuándo llega Guaidó?”, preguntó uno de los manifestantes más cercanos a la tarima. Eran las 11:45 am. Desde temprano un mar de gente esperaba al presidente de la Asamblea Nacional (AN) y presidente (e) de Venezuela, Juan Guaidó. El alcance de la multitud se perdía de vista. No había fin para el río humano que desbordó la avenida principal de Las Mercedes este sábado, 2 de febrero.

12:20 pm. Entre la gente cercana a la tarima se comenzaba a rumorear la llegada. Minutos luego iniciaron los gritos, que se propagaron en ola. Llegó Guaidó. El presidente encargado se abría paso entre afectos que le ofrecían sus manos y le prodigaban elogios. Hizo algunas paradas, conversaba entre los gritos y saludaba, así hasta llegar a la tarima.

La bulla que despertó su llegada, tapó la voz del orador del momento. La atención se concentró en la aparición de quien se alzó como el principal líder de la oposición desde el 5 de enero. Mientras, la multitud desesperada por las palabras de Guaidó, coreaba su apellido, en contagioso cántico.

Después de la intervención del primer vicepresidente de la AN, Edgar Zambrano, tomó la palabra Juan Guaidó. Una voz voz ronca, cercana a la afonía, registraba el desgaste de casi un mes de protesta. Aún los gritos y aplausos lo acompañaban.

“Vamos a seguir en las calles hasta que logremos la libertad. Hasta que cese la usurpación”, fueron algunas de las primeras palabras de Guaidó, acompañado de su esposa, Fabiana Rosales, después de dedicar saludos a los presentes.

Cada palabra de Guaidó era respaldada por el río humano. Al unísono contestaban cada pregunta. El presidente encargado hizo un recuento de los logros que ha alcanzado la oposición en el último mes.

“Hace un mes, el 2 de enero, ¿qué estaban pensando? Estábamos en una especie de sueño; en una pesadilla. Pero ahora, después de un enero de protestas, generamos el respaldo de la gente: la esperanza de que tendremos un país libre y  la certeza de que está muy cerca el cambio en Venezuela”, enfatizó.

Insistió en la unión de los venezolanos y se dirigió “al pueblo chavista que creyó en algún momento y hoy está defraudado” para unir esfuerzos. “Buscamos estrechar manos y sumar a todos los factores de este país para reconstruir Venezuela”, dijo.

Guaidó invitó nuevamente a los venezolanos a las calles. En los próximos días anunciará “importantes movilizaciones” y asomó el día de la juventud, el 12 de febrero, como día clave para una actividad.

“Tenemos el reconocimiento de más de 60 países y embajadores en el mundo. Avanzaremos en el nombramiento de la directiva de Citgo. En apenas 10 días estamos haciendo historia”, comentó.

Sin miedo

10:50 am. Las protestas de calle ya no atemorizan a Maricarmen Sertal. A pesar de la represión de las que son víctimas las manifestaciones antigubernamentales y asedio de los cuerpos de seguridad, Sertal se envalentona para sumarse a protestar siempre que convocan.

“No tengo miedo. Miedo me da que se mantengan los chavistas en el poder. He tragado bastante gas lacrimógeno. Vine a la calle a protestar por la caída de Maduro, porque pacíficamente lo vamos a sacar”, expresó Sertal. Caminaba acompañada de familiares, con una ondeante bandera tricolor en la mano por la autopista de Prados del Este.

“No hay más plazo para estos gobernantes. Tienen que caer ya”, reafirmó Sertal, quien aseguró ser contestataria al gobierno desde el mandato de Hugo Chávez.

La crisis económica, política y social que atraviesa Venezuela ha resultado en una población se sume en grandes masas a la calle a exigir un cambio de gobierno. La propia crisis ha derivado en un importante éxodo de venezolanos, hasta convertirse en una emergencia humanitaria.

“He tenido que ver partir a mis hijos. Antes veníamos a protestar en grupo, porque he asistido a todas la manifestaciones desde 2017”, comentó con pesadez Luz Barreto, quien atravesaba el elevado de Los Dos Caminos.

Calles del este caraqueño se bañaron de banderas tricolor y vestimenta blanca. Grandes grupos de manifestantes se dirigían a la concentración de Las Mercedes, desde los distintos puntos de salida.

“Seguimos en la calle, marchando, protestando. No tengo miedo, porque Dios nos acompaña en esta lucha”, reiteró Barreto.

Los caraqueños han luchado por transformar el sufrimiento de la crisis en gritos de alegría; sienten un cambio cerca. El miedo lo dejan atrás y aseguran que se mantendrán en la calle, según lo que convoque la fracción opositora.

“Tenemos que apoyar al nuevo presidente (Juan Guaidó). Es el elegido para salir de esta agonía. Necesitamos que nos ayuden. El futuro de nuestros hijos, nuestras familias, está en riesgo”, manifestó Mirta Yepez, mientras marchaba desde Los Ruices.

“Ya perdí el miedo. Lo que tenga que pasar que pase. Ha sido suficiente con todo lo que vive el pueblo venezolano”, agregó Yepez.

“Miedo me da que se mantengan los chavistas en el poder”, dijo Maricarmen Sertal

“No podrán detener esta primavera”

“Han dicho que hay un supuesto bloqueo que va a traer hambre. Pregunto, ¿hoy no hay hambre? El mayor bloqueo es el que tiene el usurpador a Venezuela. El agua no llega a ningún hogar en Venezuela”, continuaba Guaidó su discurso.

Junto a él se mantenía Rosales, sujetando una bandera tricolor. Mientras el presidente hablaba, Rosales se acercó a la orilla de la tarima para recibir la figura de una virgen que un manifestante le hizo llegar.

“Hoy, 2 de febrero, iniciamos el mes que debe ser determinante para nuestra libertad”, decía Guaidó. En su discurso ratificó su juramentación del pasado 23 de enero. De nuevo, ante miles de personas, alzó la mano derecha. La marea humana acompañó el gesto de igual manera.

Entre sus últimas palabras, el diputado aprovechó para citar a el poeta chileno Pablo Neruda, para reafirmar su ruta política hacia la democracia.

“Como dijo el poeta, podrán cortar todas las flores, pero nunca podrán detener la primavera. Y en Venezuela no podrán detener esta primavera”, dijo Guaidó.

Al igual que en su llegada, al irse el presidente encargado fue despedido con vítores y elogios. Se detuvo nuevamente a devolver los saludos, mientras la multitud se animaba.

Fotos: Elyxandro Cegarra e Iván Reyes