Los días previos a las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente e, incluso, durante el desarrollo de los comicios, desde distintas latitudes anunciaron que no reconocerían los resultados de la iniciativa propuesta por el presidente Nicolás Maduro el pasado 1 de mayo. Poco a poco se siguen sumando más países a la lista: México, Colombia, Estados Unidos, Costa Rica, Argentina y contando.

El docente universitario e internacionalista, Carlos Luna, compara la presión internacional actual sobre el gobierno de Maduro con la que recibieron en su momento las dictaduras de Manuel Noriega, en Panamá, y Alberto Fujimori, en Perú. En ambos, las distintas presiones de los demás países terminaron pasando factura a las administraciones.

“En las elecciones generales de Perú entre Fujimori y Alejandro Toledo se dio el famoso fraude“, recordó. A la manipulación de los resultados de los comicios luego se sumarían los videos de Vladimiro Montesinos, quien estaba a cargo del Servicio de Inteligencia Nacional, y que advirtieron la corrupción que existía el gobierno.

“Todo esto hizo que se firmara la Carta Interamericana Democrática de la OEA. A partir de ahí, la sociedad empezó a tomar consciencia de las dictaduras de nueva generación, que son elegidas democráticamente y que se transforman desde adentro”, indicó.

¿Pero qué implica que estos países desconozcan los resultados de la Asamblea Nacional Constituyente? Según el internacionalista, significa dos cosas: En primer lugar que los países declaran írrito, inconstitucional, ilegal y nulo el evento celebrado el 30 de julio porque, si bien la ANC existe en la Constitución, no se siguió el procedimiento de la forma en la que los establece la Carta Magna; en segundo lugar, que hay una “percepción unánime” de que la medida no va a resolver la escasez de medicinas y alimentos, sino que va a generar mayor división y va a traer más enfrentamientos.

Luna advierte que, el riesgo que la ANC trae consigo y que coloca a la comunidad internacional en una disyuntiva, es que en su carácter plenipotenciario reconocido por Maduro se refuerza la tesis de la conformación de dos Estados.

“Hay que esperar a ver cuáles son las medidas que va a tomar la ANC. Lo que dice la oposición es que podría tratarse de persecuciones a la disidencia o de disolver la Asamblea Nacional, pero entonces se generarían dos estructuras gubernamentales: La de las instituciones previamente conformadas, constituidas por elecciones universales, directas y secretas y la de la ANC, que no es reconocida como un poder legal ni legítimo”, explicó.

El docente universitario añadió que esto implica que una nueva Constitución también sea desconocida por la comunidad internacional.

Uno de los posibles escenarios de ese desconocimiento, señaló Luna, es que la ANC elabore decretos constituyentes que permitan al Gobierno tener un mayor radio de maniobra para manejar presupuestos sin la aprobación del Parlamento. “Los países están picando adelante y desconocen cualquier convenio, contrato o endeudamiento que no cuente con el respaldo de la AN”, dijo.

A esto podrían seguir acciones políticas, como el retiro de representaciones diplomáticas de Venezuela para aislar al país. “Parece que el Gobierno está jugando a lo que jugó la Cuba castrista”, indicó Luna. Sin embargo, destacó que aquellas acciones se dieron en medio de la confrontación de dos grandes potencias y que estas se dan en un mundo globalizado.

“Hoy la interdependencia de los países es más compleja. Lo que pasa en Venezuela afecta a otro país en cualquier parte del mundo. Las alteraciones no son solo diplomáticas, sino económicas, sociales, políticas y culturales”, aseguró el internacionalista.

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