Que Smartmatic, uno de los principales proveedores del Consejo Nacional Electoral (CNE), denunciara que los resultados del 30 de julio fueron “manipulados”, terminó de minar la confianza que quedaba en el máximo órgano comicial. Así lo considera el doctor en Ciencias Políticas y docente universitario, Juan Manuel Trak, quien agregó que el organismo cometió fraude “en una elección que ya de por sí era ilegal“.
Las denuncias no son en torno a una elección cualquiera. Se trató de la Constituyente, un proceso que ha estado repleto de irregularidades para expertos electorales: no hubo participación de distintos sectores en las auditorías, se “saltaron” controles, se permitió la participación en otros centros de votación como medida extraordinaria.
Ahora las preguntas surgen de cara a las elecciones regionales, previstas para diciembre de este año, y para las que no se sabe si el CNE contará con la plataforma de Smartmatic.
“Las implicaciones políticas de las denuncias de fraude son gravísimas porque pone en tela de juicio no solo lo que el CNE anunció sobre la participación en procesos pasados, sino que ha superado una barrera: cambiar los resultados”, dijo Trak. “Al menos un millón de electores” es la diferencia que señaló Smartmatic entre los resultados que arrojaron sus máquinas y los ocho millones de votantes que anunció la presidente del CNE, Tibisay Lucena.
Para Trak, ese “al menos un millón” es “prudente” y asegura que la brecha es aún mayor. Indicó que el Gobierno tenía que enviar un mensaje de “somos mayoría” ante los más de siete millones de participantes de la consulta popular del pasado 16 de julio y que sacó la oposición con menor infraestructura, logística y tiempo para movilizarse.
“El CNE ha destruido la confianza en el voto”, aseguró. El doctor en Ciencias Políticas señaló que anteriormente el Gobierno contaba con los “ventajismos” que inclinaban la balanza a su favor y que han sido denunciados por redes de observadores en comicios anteriores. Sin embargo, indicó que desde la derrota de 2015 el chavismo no ha querido celebrar elecciones porque las condiciones que tiene a su favor, principalmente la maquinaria, “ya no es suficiente para reducir esa brecha”.
“Ya no vamos a volver a ver elecciones como las que se hacían antes”, aseguró Trak. Comicios en los que el Gobierno cumple a cabalidad los pasos para hacer el proceso. “Con estas sospechas, el CNE busca desmovilizar a la gente”, añadió.
Ahora la pregunta es si la oposición debería participar en las regionales sabiendo que se podrían manipular los resultados otra vez. “Yo considero que, hasta los momentos, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) debería asistir. Si no va, al Gobierno no la va a hacer falta hacer un fraude. Si va, se le fuerza a tomar decisiones no democráticas para ganar”, advirtió.
Uno de los posibles escenarios que indicó Trak es que, de asistir, existe la posibilidad de que la Asamblea Nacional Constituyente tome una medida para desfavorecer a la oposición. Una de ellas, dijo, podría ser cambiar la distribución político territorial del país bajo el argumento de que se trata de un “Estado comunal“. Otra de las posibilidades que plantea es que el CNE diseñe otra elección por sectores, como lo hizo el 30 de julio. De producirse alguno de estos dos escenarios, el especialista dijo que a la MUD no le convendría ir.
¿Qué le queda a la oposición? Para Trak, continuar haciendo presión y forzar la renuncia de los rectores del CNE. “Ahora la Asamblea Nacional tiene la mayoría calificada con los diputados del Bloque de la Patria —Eustoquio Contreras, Germán Ferrer e Ivonne Téllez— para designar un CNE como mandan la Ley y la Constitución. Hay que presionar como sea posible para tener un nuevo CNE, observación internacional calificada y condiciones electorales equitativas. Ese sería el escenario ideal”, aseguró.