Cuando Grecia entró en default por segunda vez en menos de cinco años, el martes 30 de junio, las alarmas internacionales se encendieron. El excesivo gasto y la caída del Producto Interno Bruto (suma de bienes y servicios que se producen en un país) en 26% eleva la deuda griega a 320.000 millones de euros, lo que se traduce en $358.000 millones.

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El Eurogrupo accedió a “rescatar” a Grecia con un financiamiento que podría ascender a 86.000 millones de euros a cambio de reformas en el precio del IVA, las pensiones y privatizaciones, además de la transferencia de hasta 50.000 millones en activos públicos a un fondo en Luxemburgo como garantía de pago.

Ante este crítico escenario, el economista Antonio Paiva advirtió que si Venezuela no reactiva su aparato productivo y caen aún más los precios del barril de petróleo podría transitar el peligroso camino de la nación helénica.

En el foro  Grecia: ¿hacia allá vamos?, organizado por la escuela de economía de la Universidad Central de Venezuela, el profesor universitario explicó que aunque las economías de ambos países son distintas existen varios elementos en común que las conectan como los casos de corrupción, la desestimulación del aparato productivo, el excesivo gasto público y las abultadas deudas externas.

En Grecia, los problemas de corrupción y evasión fiscal provocaron un déficit superior al 3% del Producto Interno Bruto. El experto puso como ejemplo el Instituto de Protección del Lago Kopais que en la actualidad emplea a 1.763 griegos y este lago se secó en 1930.

En Venezuela, país que figura como uno de los 14 más corruptos según el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional, el caso más reciente fue una investigación que abrió el Departamento de Estado de Estados Unidos por el lavado de alrededor de 4,2 millardos de dólares en la Banca Privada d`Andorra con la participación de funcionarios venezolanos.

La caída del Producto Interno Bruto en Grecia decrece a un ritmo de 6% desde 2010. En Venezuela se estima una contracción del 4% desde 2014.

“Mientras el PIB de China crece en un promedio de 10%, en Grecia decrece un 6%. Su principal fuente de divisas que es el turismo y se ha visto dramáticamente afectado porque los temporadistas no están dispuestos a llevar grandes sumas en efectivo y los bancos están cerrados (…) En Venezuela la factura petrolera ha descendido en 50% con respecto al año pasado y esto impacta negativamente en su PIB”, señaló Paiva.

El barril de crudo venezolano cerró en $49,89 este viernes 17 de julio, $10,11 menos que los $60 por barril previstos en el presupuesto nacional.

El gasto público tanto en Grecia como en Venezuela es excesivo a juicio del economista. Sobre este punto precisó que Grecia tiene un millón de empleados en el sector público lo que es insostenible para la población económicamente activa de cuatro millones de personas.

“Se han creado 300 empresas públicas que producen pérdidas para el Estado, el metro de Atenas sólo recauda 90 millones de euros al año y el costo de mantenimiento es de 500 millones y el sistema de pensiones jubila a los ciudadanos a los 50 años cuando la edad a nivel mundial es de 60”, dijo.

En el caso venezolano, aseguró que la nómina de empleados públicos es de 3 millones y que las misiones sociales dependen del mantenimiento de un gran gasto. La economista Anabella Abadi estima que el gasto público aumentó 55,6% con respecto al monto presupuestado para este 2015 por lo que se han aprobado Bs.412.429 en créditos adicionales.

Por último, destacó que aunque el monto que adeuda Grecia de $358.000 millones está muy por encima de los compromisos que debe honrar Venezuela, la capacidad de financiamiento del país sudamericano, tras la caída del precio del crudo, podría ser perjudicial si no se toman medidas que generen ingresos de divisas para operar y saldar los $15.986 millones que se calculan para 2016.

“En mi opinión un precio del barril por debajo de los $60 hace inviable la economía venezolana y con la incorporación de Irán en el mercado petrolero internacional tenderá a la baja. Los economistas hemos dicho hasta la saciedad que es necesario eliminar el control de precios, el control de cambio, ir al Fondo Monetario Internacional y solicitar apoyo financiero para estimular la producción nacional, incrementar la petrolera y recortar el gasto público para recuperarnos”, concluyó.

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