Desde hace meses muchos venezolanos están estancados es el dilema de participar o no en las elecciones presidenciales convocadas para el próximo 22 de abril. No hay foro o espacio de discusión donde este tema no sea la principal pregunta y frente a esto las respuestas son altamente antagónicas y algunas muy subidas de tono, en especial, aquellas que satanizan la participación con las condiciones actuales en las cuales las elecciones presidenciales están dadas.

En este mismo sentido, para el momento en que escribimos estas líneas, la oposición, todavía no responde la interrogante de si participará o no en el proceso y pareciera ser que el silencio que ensordece mide más la opinión publica y lo que la gente quiere oír que lo que la gente realmente necesita escuchar.

Ahora bien, quisiéramos añadir al debate las implicaciones de participar, bajo el entendido de que ambas opciones -votar o no votar- son parte del ejercicio del derecho, a fin de que la decisión que tomen los ciudadanos electores sea realmente informada, lo cual, es lo que la hará una decisión verdaderamente libre y no sesgada por la confusión, la falta de alternativas y la desesperanza aprendida que actualmente vivimos los venezolanos.

Otro elemento preocupante es que, ante la imposibilidad que asumen algunos sobre el poder tener un cambio político y una transición a la democracia a través de unas elecciones, aparecen soluciones mágicas y de muy alto costo, que seguramente muchas de las voces que hoy las aclaman por desesperación o visión corta del proceso político, no lo harían si reflexionaran más sobre las implicaciones y consecuencias de las mismas.

Entonces, definitivamente nos apuntamos en aquellos que no se plantean el camino que parece rápido o mágico, sino que entienden que la organización y participación ciudadana es necesaria, y que el rol de los ciudadanos organizados es y será clave para la recuperación de la democracia en Venezuela. Es cierto, no sera el único factor sobre la mesa que apunte hacia eso, pero sí afirmamos que será clave y fundamental.

Es por ello que la participación organizada de la ciudadanía es para mi el llamado en este momento. Ahora bien, participación no significa votar o por lo menos no solo votar. Quienes subsumen la participación solo al ejercicio del voto, solo están viendo el vaso medio vacío.

Participar es un concepto mucho mas amplio e implica una conciencia ciudadana de deberes y derechos, en un contexto adverso donde no contamos con las herramientas que da la democracia para participar plenamente pero que, aún así, es nuestra opción ciudadana más viable por lo que debemos activarnos, organizarnos y participar para recuperarlas.

Es poco probable, que un régimen no democrático dé las condiciones para participar libremente, y es también muy iluso, esperar a tenerlas para organizarse y activarse.

Es por ello que participar en este momento no es solo llamar al voto, lo que tampoco satanizamos porque en algún momento puede ser estratégico y, como hemos dicho en distintos foros, también convertirse en una expresión de resistencia ciudadana.

Participar en este contexto es documentar las irregularidades y el ventajismo. Participar es denunciar todas las violaciones a los derechos en el contexto electoral. Participar es no abandonar los espacios. Participar es incluso estar con aquellos que piensan distinto y que decidieron ir a votar el 22 de abril, actitud que, aunque usted no comparta y piense que esa persona solo va porque esta cooptada, entonces le toca hablarle y darle información o acompañamiento para que pueda ver otras opciones y que su decisión sea libre. Participar es estar presente, saber, conocer, entender y registrar todo lo que pasa, de manera que no quede duda y pueda ser probado todo lo que se afirma.

Participar es, no solo no votar porque este evento electoral no tiene las condiciones para ser una elecciones autenticas, participar es luchar para que tengamos una elecciones libres en un futuro y esa lucha es de día a día, con organización y con una fuerza que es y ha sido clave para lograr los cambios en la historia. Si así es, si algo nos ha enseñado la historia, es que es la participación y organización ciudadana es la clave para la recuperación de nuestra democracia. Así pues, a seguir organizándonos y a participar.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de la entera responsabilidad de sus autores. 

Abogada I Profesora Investigadora UCAB I Directora CEPAZ

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1 comentario

  1. Comparto la importancia de la organización y la participación ciudadana POR ENCIMA DEL DILEMA DE VOTAR O NO VOTAR. Es más, debemos priorizar la organización ciudadana antes que PARTICIPAR EN CUALQUIER ACTIVIDAD QUE TIENDA A MOVILIZAR A LA CIUDADANÍA, y me atrevo a ir más allá: LO IDEAL SERÍA QUE SEA LA CIUDADANÍA ORGANIZADA QUIEN DECIDA CÓMO, CUÁNDO Y EN QUÉ FORMA VA A PARTICIPAR en esta encrucijada de dimes y diretes en que se ha convertido el escenario político nacional por las inconsistencias y desviaciones de las metas y objetivos primarios trazados. Para ello hay un camino expedito que no entiendo porqué no se asume como lo es la convocatoria de 335 plenarias municipales en los 335 Municipios del país para LA ORGANIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LA CIUDADANÍA en la toma de decisiones sobre lo procedente o no procedente. LA COMUNIDAD INTERNACIONAL HA OÍDO, HA ENTENDIDO LO QUE ACÁ ACONTECE Y HA HABLADO Y SE HA PRONUNCIADO. La dirigencia? nacional no lo ha hecho, de hecho gozan de poca credibilidad, que sea entonces la ciudadanía ORGANIZADA EN ESTAS PLENARIAS MUNICIPALES quien PARTICIPE Y DECIDA. SIN CAMBIAR LAS REGLAS DE JUEGO NI EL CNE NO SE DEBE PARTICIPAR EN ELECCIONES.

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