La reciente encuesta ómnibus de Datanálisis ratifica lo que otros estudios ya han fotografiado. El apoyo a la gestión de Maduro no pasa de 25%, la oposición supera en respaldo por más de 20% al chavismo y el desabastecimiento y otros problemas socioeconómicos les están pasando factura al oficialismo.
Sin embargo, parece prudente revisar los números y ponerlos en contexto. No cabe duda de que si las elecciones presidenciales fuesen hoy, la oposición ganaría. No obstante, las del 6 de diciembre no son elecciones nacionales, por tanto hay que llamar la atención sobre el hecho de que las encuestas nacionales no necesariamente reflejan realidades locales. Para el proceso del próximo 6D juegan otros factores, entre ellos: el sistema electoral cuasimayoritario, las candidaturas independientes, las maquinarias, el ventajismo y la abstención.
Vamos por parte.
I
El estudio de Datanalisis prácticamente no refleja nada distinto a lo observado en el último año, según sus propios datos históricos. Al preguntar: ¿Cómo evalúa ud la labor de Nicolás Maduro por el bienestar del país? se obtuvo lo siguiente: En septiembre de 2014: 67,5% lo califica negativo frente a 30% positivo; en noviembre de 2014 70% negativo , 22,8% positivo y en julio de 2015: 70,4% negativo, 24, 3% positivo. En este ínterin, los mejores números del gobierno fueron en abril de 2015 cuando, debido a las sanciones de Estados Unidos contra siete funcionarios venezolanos, subió el respaldo a 28,2%.
Lo llamativo es que en medio de una situación país que a todas luces empeora y que es reconocida por seguidores del chavismo y de la oposición, Maduro aun cuente con ese 24 por ciento de respaldo.
Otro dato relevante que arroja el estudio es que 94% del chavismo está muy seguro de votar, frente a 86% de la oposición y 78% de los que se declaran independientes. En la estimación de participación- un calculo que se hace sobre la base de si quien dice que esta seguro de ir a votar realmente cumple con las condiciones para hacerlo- los porcentajes difieren, pero las proporciones se mantiene en los polos y baja drásticamente en el sector independientes: Asi se estima que voten 69,9% del chavismo, 59,9% de opositores y 28,7% independientes.
Esta encuesta reitera que aún el Psuv se mantiene como el principal partido. Tiene 18,4%. En el mismo histórico se evidencia que este partido ha estado en un sube y baja desde septiembre de 2014 y este año alcanzó un pico de apoyo en abril, al igual que el gobierno.
¿Qué nos pueden estar diciendo estos indicadores? La interpretación es libre, pero en mi opinión, nos reporta una base muy dura del chavismo-madurismo. Con ese porcentaje bien alineado -en los estados donde el chavismo es fuerte se eligen 100 diputados- mas las inequidades de las que se suele aprovechar el oficialismo, la movilización de su maquinaria, el desplazamiento de votos opositores a independientes y la tendencia a abstenerse de la oposición, los rojos pueden salir mejor en los resultados del #6D de lo que algunos auguran cuando toman como base las encuestas nacionales.
II
La postulación de candidaturas independientes se ha hecho en algunos casos sobre la base de que las encuestas reflejan un alto porcentaje de personas no alineadas a ninguno de los polos. En esta entrega de Datanalisis se halla que en la identificación partidaria 57,2 % afirma no ser de ningún partido, mientras que los partidos y organizaciones opositoras (entre ellas la MUD) suman 17% y el Psuv 18,4%. Sin embargo, 42,7% dice ser de la oposición antichavista, 20,6% se identifica como progobierno y 30,5% se declara independiente.
Además, la estimación de participación real en las elecciones de los votantes que dicen independientes se ubica en 28, 7%.
Luego, al examinar la intención de voto general 42,2% asegura que lo haría por candidatos de la oposición, 19,2% por candidatos del chavismo y 11,8% por independientes. 17% no sabe o no responde y 9% dice que no votaría. Al recalcular tomando como base la participación se obtiene que: 50,7% votaría por candidatos de la oposición, 28,0 por el oficialismo y 8,4% por independientes.
Al ir un poco mas adentro de los que si van a votar se halla que 29% de los que se declaran independientes afirma que votaría por candidatos de la oposición, 5,8% por candidatos del chavismo y 33% por un independiente.
¿Qué lectura podemos hacer de estos indicadores? La primera que es obvia es que los candidatos independientes no se pueden atribuir ese 57% de electores que se declaran independientes porque lo más probable es que esté compuesto por personas inclinadas por uno u otro polo. Esto lo podemos inferir al tomar el indicador de bloque, es decir, un porcentaje de las personas, aunque no se sienten de ningún partido, se agrupa en uno de los dos polos.
Aún queda 30,5% que dice ser totalmente independiente. En otras elecciones ha ocurrido algo de lo siguiente: Se abstienen, se suman a uno de los dos polos -aquí aplica la economía del voto- o sufragan por un candidato minoritario. En este caso, visto los números sobre intención de voto, se puede deducir que el polo opositor está nutriéndose más de los que se dicen independientes que el polo chavista.
¿Cuáles son las probabilidades de que una candidatura independiente gane en las elecciones del 6D?
Según los expertos casi nulas, aunque siempre puede haber una excepción en algún circuito. No obstante, si el candidato no cuenta con maquinaria, los votos que obtengan probablemente no les alcance para el triunfo, pero dado que estas elecciones se pueden ganar por una mínima mayoría, al final los votos que obtenga un independiente, serán a expensas de uno de los dos polos, lo más probable, por lo que se vio más arriba, que sea de la oposición.
Sin embargo, en términos políticos, la visibilización de terceros puede aportar al debate y mostrar la diversidad del país -así opina Margarita López Maya y lo comparto- pese a que sus posibilidades netamente electorales son bajas.
III
Parte de la historia que estamos viviendo hoy la vivimos en 2010. Es decir, el voto no chavista en el ámbito nacional, puede ser mayoría, pero en la práctica, y debido a los factores ya mencionados, podría ocurrir que esta oposición no se vea representada de manera proporcional en la AN.
El otro paralelismo que parece sensato hacer es con el proceso del referendo constitucional de 2007. Aquella vez, algunos sectores de oposición llamaban a la abstención, cuando los estudios, y justo de Datanálisis, detectaron que el NO estaba preñado de abstención, es decir, que la mayoría no quería aprobar ese proyecto, pero muchos de ellos tampoco querían votar. Entonces, en las dos últimas semanas líderes de opinión -partidistas y no- llamaron a votar.
Ahora, en 2015, si la oposición que se manifiesta en las encuestas no va a votar, le hará más difícil el camino a sus candidatos.
Esta afirmación es de perogrullo, sin embargo, hay que hacerla, porque aún falta un buen trecho para el #6D y en ese camino lo más probable es que el oficialismo haga todo lo que esté en sus manos para espantar el voto opositor, aglutinar el propio y evitar perder la AN.