Arbitrariedad. Así definió León Arismendi la fijación sin consulta, por parte del Ejecutivo nacional, de los nuevos tabuladores para el pago de salarios en la administración pública, como lo anunció el pasado martes, 4 de septiembre, el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez.
Para el director del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin), esta medida es también reflejo de la improvisación del Gobierno, cuando decretó un salario mínimo sin evaluar las consecuencias que ello traería.
“Ahora quieren aplicar arbitrariamente ese ajuste salarial comprimiendo la escala y desconociendo las contrataciones colectivas. No pueden imponer esas tablas unilateralmente”, dijo Arismendi.
El martes, Rodríguez en rueda de prensa y tras reunirse con los ministros del gabinete económico, detalló que un trabajador de la administración pública ganaría como máximo 1,5 salarios mínimos, es decir 2.700 bolívares soberanos.
En un instructivo que circuló, se establece que los obreros en el grado de supervisores ganarán un tope de Bs.S 2.313 y los no calificados llegarán máximo a 1.827.
En el caso de los tos técnicos superiores universitarios su ingreso mensual será de 2.178 bolívares soberanos y en el nivel más alto de la escala salarial ganarán Bs.S 2.412.
Para los profesionales, el salario base será 2.430 bolívares soberanos y llegará en su máximo escalafón a Bs.S 2.790, es decir que tal como lo señaló Rodríguez, no hay remuneración por encima de los dos salarios mínimos.
“Eso, dicho así, está desconociendo los convenios colectivos que existen en la administración pública. Viola la Constitución, los principios de progresividad, no puede dejar por fuera las conquistas previas de los trabajadores”.
Para Arismendi lo correcto sería que si se decidió ajustar el salario, después de años de desconocer las peticiones de los trabajadores, sería que se convocaran a los mismos empleados y obreros para discutir con ellos una nueva tabla salarial.
“No puede llegar el Gobierno y suprimir ese contrato. El convenio colectivo no puede ser modificado unilateralmente por una de las partes, eso es otra arbitrariedad más de este Gobierno”, recordó el experto en temas sindicales, quien mencionó que en el caso de los trabajadores universitarios, la contratación firmada con un sindicato afín al Gobierno establecía que para el personal obrero la base salarial era de 4,75 salarios mínimos y ahora el nuevo tabulador habla de apenas un salario.
Por ello, insiste en el que el decreto del aumento salarial mantiene vigentes las convenciones colectivas. “Lo pactado en los contratos colectivos se mantiene vigente, hay compromisos que están construidos sobre la base de preservar la base profesional de algunos oficios”.
Arismendi recordó que las tablas salariales no son un invento venezolano, sino que las del país fueron copiadas de la legislación francesa, sobre la base de que en la administración pública se hace carrera y debe existir un tabulador. Aunque en el mundo empresarial privado ahora poco se usan, se mantienen en el sector público.
Más arbitrariedad
En el país, desde la llegada del chavismo a Venezuela en el año de 1999 los salarios mínimos se fijan sin consultar a trabajadores ni patronos, pese a los convenios con la Organización Internacional del Trabajo por parte del país.
Arismendi señaló que ahora todos los venezolanos en la administración pública, sin distinguir entre las profesiones u oficios, devengarán salario mínimo. “Una vez que se produce el ajuste de los salarios, todo el mundo pasa a tener como salario, el mínimo. Todos ganamos salario mínimo”, sostuvo.
Para él, una de las causas del éxodo masivo de venezolanos es que “el trabajo en el país no vale nada” y a pesar de que al fijarse el 17 de agosto el salario en 30 dólares mensuales según cambio oficial, ese promedio está muy por debajo de otros países de América Latina, donde la base es de 200 dólares mensuales.
“El Gobierno no evaluó el impacto del ajuste que hizo. Después de estar negados durante años a evaluar las remuneraciones”, reflexionó Arismendi, quien añadió que ese salario ya vale mucho menos que lo anunciado hace tres semanas.
Foto: El Comercio de Perú
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