La desaparición del periodista saudí Jamal Khashoggi ha sacudido al mundo. Las imágenes que se viralizaron en las últimas dos semanas muestran al reportero de 59 años entrar al consulado saudí en Turquía el pasado 2 de octubre, mas no su salida.
Desde entonces, la comunidad internacional se ha mantenido en vilo, mientras que los rumores de un presunto asesinato a manos de funcionarios saudíes cobran más peso.
Khashoggi, quien ha sido un disidente la monarquía de su país y se vio en la necesidad de abandonar el territorio saudí en 2017 debido a amenazas, acudió al consulado de Arabia Saudita en Estambul para realizar unos trámites personales. Estaba residenciado en los Estados Unidos, pero iba a solicitar unos papeles para poder casarse con su prometida turca al día siguiente.
Las grabaciones muestran que Khashoggi entró a las oficinas diplomáticas, pero no cuando salió. Tras días de incertidumbre, la filtración de un audio apunta que no se trata de un secuestro, sino de un posible homicidio.
La “compleja” operación duró minutos, sugiere un audio que fue confirmado por el funcionario del gobierno turco al periódico local Yeni Safak. El agente detalló que Khashoggi fue torturado y asesinado por agentes sauditas que se encontraban en el consulado y precisó que usaron un serrucho quirúrgico para desmembrar al reportero.
No obstante, hasta la fecha, Turquía no ha hecho público ningún informe oficial sobre la investigación.
A pesar de que las cámaras de seguridad no registraron la salida de Khashoggi, sí quedó en video el momento en el que un vehículo negro con funcionarios a bordo abandonaron el edificio horas después del ingreso del periodista.
La policía turca registró la sede diplomática el pasado lunes, 15 de octubre, y este martes 16 realizó las pequisas en la residencia del cónsul, ubicada a unos 200 metros del consulado.
“Se hace una investigación de qué son y qué no son unas cuantas cosas que se eliminaron pintando encima, tóxicos, etcétera”, dijo el presidente turco Recep Tayyip Erdogan a la prensa el pasado 15 de octubre, según informó el diario Cumhuriyet.
El Gobierno turco se ha negado a comentar si Khashoggi fue torturado y desmembrado en el consulado saudí.
Khashoggi residía actualmente en Washington DC y tenía una columna en el diario Washington Post en la sección Global Opinions, en la que ha criticado a la monarquía saudí.
Las repercusiones
El escándalo en torno al caso de Khashoggi ha afectado severamente la imagen del príncipe heredero Mohammed bin Salma en el mundo occidental. En un principio, el gobernante de 33 años se presentó al país como un reformista determinado a realizar una apertura económica, tecnológica y cultural del reino, a manera de superar la dependencia del petróleo.
Sin embargo, la desaparición del reportero ha traído repercusiones en la comunidad internacional. La Bolsa de Arabia Saudí cerró el pasado 14 de octubre con caída del 3,51 % tras las amenazas de sanciones internacionales por el caso Khashoggi.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) canceló la participación de su directora gerente, Christine Lagarde, al foro económico a celebrarse en Arabia Saudí la próxima semana sin ofrecer explicaciones. No obstante, Largarde dijo los días previos que está “horrorizada” por la desaparición del periodista.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunió con autoridades de los gobiernos saudí y turco a principios de esta semana. Y se espera que lleve a Washington un informe completo que recoja lo dicho en los encuentros con ambos países.
“Quiero saber qué sucedió, de quién es la culpa, y probablemente lo sabremos antes de que acabe esta semana”, apuntó Trump a los periodistas durante un acto en el Despacho Oval este miércoles, 17 de octubre.
Agregó que Estados Unidos está pidiendo a Turquía, que investiga lo sucedido, que comparta las grabaciones de audio o video relacionadas con el caso “si existen”.