De traje oscuro y con portafolio en mano, el defensor de Leopoldo López, Juan Carlos Gutiérrez, camina hacia la iglesia Santa Teresa. Es la última parada que hace antes de entrar al Palacio de Justicia pasadas las 8:30 de la mañana.
Alguien le pregunta: “¿Hoy sí?”, refiriéndose al dictamen de la sentencia, y el abogado asiente.
A las 9:00 am sale de la capilla y entra a los tribunales, para presentarse en la tercera audiencia de la fase conclusiva que se confía inicie a las 11:00 am.
López también espera dentro del Palacio desde las 7:30 am de este jueves 10 de septiembre.
La militancia de Voluntad Popular se empieza a congregar y, con pancartas, piden que lo liberen frente a la baranda custodiada por la Guardia Nacional.
De un lado del cordón militar, la cola de gente que tiene que entrar a la audiencia de algún familiar va en aumento.
Al igual que el pasado viernes, 4 de septiembre, todos los accesos están bloqueados por los uniformados.
La canción Chávez corazón del pueblo retumba desde un camión en la plaza Diego Ibarra a las 10:00 am. Seguidores del fallecido presidente Hugo Chávez bordean la iglesia por una esquina a los pocos minutos.
Mientras se acercan a la militancia de VP, los funcionarios de la GNB que aguardan en la plaza Santa Teresa se retiran en sus motos.
Un contingente de la Policía Nacional Bolivariana impide que los grupos se enfrenten.
Los rojos reclaman justicia por las 43 muertes ocurridas en las protestas de 2014. Gritan: “Leopoldo pa’l Rodeo” y los naranja responden: “No al comunismo”.
El ambiente se caliente cuando aparece el camión en la Diego Ibarra y los seguidores de López intentan bloquearle el paso a las 11:00 am. A esa misma hora llega Tomás Guanipa. El primer político en declarar.
“Todos sabemos que la setencia de Leopoldo López depende de lo que decida el partido de Gobierno (…) si hay justicia en este país Leopoldo debe quedar libre”, manifiesta en medio de los gritos que le propinan algunas oficialistas.
La tensión aumenta cuando Lilian Tintori llega cerca del mediodía. Mientras intenta pasar bajo el custodio de la PNB, se desata un enfrentamiento entre los bandos.
Los rojos lanzan las pancartas en las que plasmaron las caras de las 43 víctimas de “las guarimbas” sobre sus “enemigos” políticos y los otros se defienden con potes plásticos de agua. Hasta los trípodes de las cámaras son utilizadas como armas.
Una persona de la tercera edad es levantada del piso por varios dirigentes de VP. Está inconsciente. La GNB abre paso para que atiendan al señor Horacio Blanco, quien falleció minutos más tarde.
A las 12:40 del día grupos chavistas se apoderan de las inmediaciones de la iglesia.
La madre de Robert Serra, Zulay Aguirre, agradece a los presentes por recuperar ese espacio y sacar a “los fascistas”.
Frente al camión queman los banderines de Voluntad Popular.
Uno de los moderadores alerta que hay “infiltrados enviados por la derecha” y pide la expulsión de los periodistas del portal La Patilla y de la cadena de noticias CNN.
“Por ahí están los palangristas, los que se saborean con la muerte como los de La Patilla. A ellos les decimos: váyanse al carajo”, repetía por el micrófono mientras sostenía una pancarta con la palabra: Justicia, en mayúsculas.
A la 1:00 pm los medios comienzan a retirarse, los primeros en irse son abucheados.
Algunos rojos se desplazan a la plaza Santa Teresa. Otros deciden irse. Por los parlantes del camión les piden que se queden a cuidar el espacio.
Se escuchan comentarios sobre la riña y algunas risas.
Empleados de CorpoCapital informaban que “el jefe” quiere que se vayan a la Diego Ibarra.
Mientras, un pequeño grupo de jóvenes, con palos, esta “mosca” por si ven a alguien grabando o tomando fotos.
Desde una improvisada carpa roja entregan afiches del presidente Nicolás Maduro y el periódico 4F a los que esperan la sentencia con música caribeña de fondo.