El papa Francisco afirmó que le “asusta un posible derramamiento de sangre en Venezuela” y ofreció su ayuda si ambas partes lo quieren, según dijo durante el vuelo de regreso de Panamá, adonde acudió el pasado miércoles para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Francisco pidió este domingo desde Panamá tras el rezo del Ángelus “una solución justa y pacífica para superar la crisis respetando los Derechos Humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país“.

Al ser preguntado en la rueda de prensa de regresó de su viaje sobre si el Vaticano respaldaría como una gran parte de países la juramentación de Juan Guaidó como presidente de Venezuela, Francisco respondió que “sería una imprudencia pastoral y haría daño ponerse de la parte de unos países o de otro”, afirmó este lunes 28 de enero.

“Yo apoyo a todo el pueblo venezolano, que está sufriendo. Si yo entrara a decir hagan caso a estos países, o a estos otros me metería en un rol que no conozco. Sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño”, reafirmó el pontífice a quien un sector opositor venezolano le reclama una posición más firme a la crisis del país.

En este contexto Francisco dijo que no le gustaba que se le definiese como “equilibrado”, sino que su comportamiento era el de un pastor”.

Instó además a que “si necesitaban ayuda” para solucionar este problema “que se pongan de acuerdo y la pidan”.

Sobre sus palabras sobre Venezuela en el Ángelus, Francisco reveló que pensó y repensó mucho lo que quería decir, y reiteró su deseo para Venezuela de “una solución justa y pacífica.

Con ese mensaje -explicó – que quiso sobre todo expresar su cercanía al pueblo venezolano porque está “sufriendo mucho por todo esto”.

Me asusta el derramamiento de sangre. Y en esto pido grandeza a los que pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia, a mi me aterra”, afirmó el papa.

Y citó el ejemplo de Colombia que después de todo lo que se había hecho en el pasado en favor de la paz, hace unos días tuvo lugar el ataque a la escuela de cadetes, que causó una veintena de muertos y que definió de “terrorífico”.

Crisis política: Dos presidentes

En Venezuela, el pasado miércoles 23 de enero el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, anunció que asumía las competencias de la Presidencia de la República hasta que “cese la usurpación, inicie el gobierno de transición y se den elecciones libres”.

Su decisión generó que el gobernante Nicolás Maduro, quien se juramentó ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) el 10 de enero, para un segundo periodo constitucional, declarara que Estados Unidos dirige un golpe de Estado contra su gobierno con el apoyo de la oposición venezolana.

Por ello rompió relaciones diplomáticas con la administración de Donald Trump, que desconoció esta decisión después de reconocer a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela.

En este contexto, después de movilizaciones en contra de Maduro, protestas en sectores populares de Caracas, pero también en actos vandálicos, se han producido entre el 21 y 27 de enero, el arresto de 791 personas según la ONG Foro Penal, y al menos 44 muertos por la represión de los cuerpos de seguridad, especialmente las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

Con información y foto de EFE

Lea también:

Dos balazos en el cuerpo de su hijo: “No me involucraba en política”