No solo en los hospitales los médicos y enfermeras rogaban que las plantas eléctricas funcionaran. Lo mismo ocurrió en las clínicas privadas de la capital. En la clínica Ávila, en Caracas, los trabajadores tuvieron que probar tres generadores eléctricos distintos para suministrar energía a las áreas críticas: la Unidad de Terapia Neonatal y la terapia intensiva de adultos.
A las 4:54 pm del jueves 7 de marzo, el centro de salud se quedó a oscuras porque la planta interna no respondió. Una paciente recién operada se quedó varada en la emergencia, a donde la habían trasladado para realizarle unos rayos x, porque era riesgoso cargarla por las escaleras de vuelta a su habitación.
Las luces de la emergencia alumbraron los pasillos de la sala de urgencias apenas por dos horas. El resto de la noche, el personal de la clínica tuvo que guiarse por las luces de sus celulares.
En el piso 3, una paciente precavida encendió en el corredor unas velas que trajo consigo. Las enfermeras se lo agradecieron: la única forma de transitar por el centro de salud en plena oscuridad era tanteando las paredes y los escalones.
Para el momento del apagón, que se ha extendido por más de 24 horas, cuatro mujeres habían dado a luz en la clínica.
Los recién nacidos tuvieron que ser sacados del retén y llevados hasta las habitaciones de sus madres cuando la energía eléctrica se vino abajo. “Se pusieron muy nerviosas, estaban decepcionadas porque las plantas no respondieron al momento”, contó un médico.
Al centro asistencial se trasladó el alcalde del municipio Chacao, Gustavo Duque, quien realizó un recorrido por distintas urbanizaciones de la zona tras la avería del sistema eléctrico.
-¿Qué pasó? ¿No prendió la planta?- preguntó tras llegar a la clínica privada y verla a oscuras.
En la terapia neonatal (Utin) había dos bebés conectados a los ventiladores mecánicos, mientras que en la de adultos había un hombre. El personal tuvo que asistirlos con ventilación manual durante el tiempo que la planta no respondió.
La tercera fue la vencida. Y el tercer generador eléctrico que probaron encendió y mantuvo operativas las dos terapias durante la guardia nocturna. El reducido suministro también permitió hacerle un cateterismo de urgencia a uno de los bebés que estaba en la Utin.
“Había que operarlo de urgencia, pero no habían podido hacer la intervención porque se fue la luz. Apenas la planta dio energía, los médicos se montaron en eso. Es un recién nacido que estaba en una condición bastante delicada”, dijo una trabajadora a Efecto Cocuyo.
Durante la guardia nocturna, a la emergencia de la clínica El Ávila llegaron cuatro pacientes que tuvieron que ser referidos a otro centro privado de la capital, uno de ellos requería de suturas. Sin luz no lo podían operar.
La guardia también se quedó corta de personal ante la contigencia. Sin transporte público ni electricidad en la capital, el personal que reside en El Valle, Guarenas, Valles del Tuy y otras áreas de la Gran Caracas no logró trasladarse hasta el centro de salud.
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