La periodista Svetlana Alexiévich, de 67 años, es la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2015. Un premio particularmente distinto, por que reconoce un género originalmente periodístico y no precisamente literario. “Ha inventado un nuevo género literario, supera el formato del periodismo”, aseguró la secretaria permanente de la Academia, Sara Danius.

Alexiévich nació en Ucrania. Es hija de un militar soviético de origen bielorruso. Al retirarse su padre del Ejército, la familia se mudó a Bielorrusia, donde Alexiévich se crió y posteriormente estudió periodismo en la Universidad de Minsk en donde trabajó en diferentes medios de comunicación.

La Academia sueca destaca “sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo”, refiriéndose a la disuelta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Urss).

“La guerra no tiene rostro de mujer” fue la obra que la dio a conocer, la cual culminó en 1983 pero fue publicada hasta dos años después gracias al proceso de reformas conocido como la Perestroika. Esta obra cuestionó los clichés sobre el heroísmo soviético. (Xanax)

Sus trabajos son en suma una crónica particular de historias de hombres y mujeres soviéticas y postsoviéticas a quienes consultó para sus narraciones durante los momentos más difíciles de la historia de su país.

La galardonada fue influenciada por el escritor bielorruso Alés Adamóvich, quien la  inclinó definitivamente a la literatura, apoyando un nuevo género de escritura que denominó “novela colectiva”.

La novela colectiva, oratoria o evidencia, es un formato que transita en sus textos a medio camino entre la literatura y el periodismo, utilizando la técnica del collage y yuxtapone testimonios individuales, con los que consigue acercarse más a la sustancia humana de los acontecimientos.

Un dato curioso es que la periodista se perfilaba como favorita en las casas de apuestas por delante de acostumbrados como el japonés Haruki Murakami y los estadounidenses Philip Roth y Joyce Carol Oates.

A pesar del secretismo que rodea aparentemente a la Academia Sueca, los aciertos de las casas de apuestas no son nuevos y en los últimos años se han dado varios casos de nombres que experimentan una subida vertiginosa en los pronósticos en los días u horas previas a la concesión del galardón.

Posterior a la premiación, durante una rueda de prensa Alexiévich, dijo: “respeto el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y Putin”.

La escritora reside la mayor parte del tiempo de viaje y últimamente reside de forma permanente en Alemania. Su último libro, “El final del hombre rojo”,  donde en el prólogo propone “escuchar honestamente a todos los participantes del drama socialista”, ha tenido impacto por sus duras opiniones.

Con información de EFE

Me dedico al periodismo con enfoque en derechos humanos. Hago cobertura sobre violencia en un país con pocas garantías

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