Voy a tratar de ser muy ponderado. Creo firmemente que quienes tenemos un espacio como este, tenemos la responsabilidad de asumir con seriedad las cosas que decimos. El caso de los sobrinos de la Primera Dama es, sin lugar a dudas, un hecho noticioso. A fin de cuentas, genera un impacto sobre la opinión pública y potencialmente sobre el devenir de la legitimidad del ejercicio del gobierno. Yo creo que de igual manera al Gobierno le corresponde asumir una responsabilidad crucial e intentar dilucidar y explicarle a los venezolanos algunos asuntos que son, sin duda, del interés de la nación. No basta con hacer mutis, es necesario dar un paso hacia adelante y aclarar.
No estoy diciendo acá que la gente no tenga responsabilidades individuales, es obvio que las tiene. Los adultos somos responsables de nuestros actos y nos toca responder por ellos. De igual manera se debe decir que la gente tiene derecho a la defensa, la simple acusación no implica una condena. De manera que sin un juicio firme no podemos hablar de delito sino de presunción. Es necesario dejar que el sistema jurídico siga su curso y se produzca la decisión judicial que corresponda de acuerdo a las pruebas que sean incoadas en el proceso.
Entonces en el caso de los señores Flores y más allá de sus parentescos, yo creo que a ellos les corresponderá presentar los descargos a los que haya lugar y defenderse. No es ese el asunto que me interesa. Tampoco me interesa caracterizar el delito. Ya sabemos que se trata, en el caso de ser cierto de algo grave, de un asunto peliagudo del cual se ha hablado hasta el cansancio sobre todo en las redes sociales.
Me interesa plantear alrededor de todo esto algunos asuntos que parecen importantes. La responsabilidad del que ejerce gobierno es el de dar respuesta a las necesidades y a las interrogantes de la gente. Creo que esto debe hacerse sin dilación, con seriedad y con valentía, en todos los casos. Pero además creo que no basta con huir hacia adelante desmereciendo la situación, negando conocimiento de las personas involucradas, o descalificando el asunto simplemente porque los involucrados fueron capturados por los gringos.
Yo creo que es necesario aclarar dos asuntos fundamentales: ¿En que condiciones salió el avión en el cual salieron del país estas personas? ¿Hay algún informe? ¿Hubo una revisión previa? Acá se ha dicho que se trata de una trampa del Imperialismo, que es un ataque artero. No basta con hacer una denuncia como esa. Es necesario, en mi opinión, demostrarlo. Sobre todo creo que no es suficiente con que los personeros del alto gobierno escriban sus puntos de vista por el twitter, creo que los venezolanos nos merecemos una postura oficial ante el asunto y que la misma sea coherente, se muestren pruebas y no se fundamente en pareceres, no este llena de insultos y no se limite a la postura defensiva.
Por otra parte me parece, lo digo con humildad, que es necesario aclarar si es cierto o no que los involucrados portaban pasaportes diplomáticos. De nuevo las preguntas de rigor: ¿eran estas personas miembros del personal diplomático? ¿En calidad de qué prestaban sus servicios? ¿Cuáles son los criterios para el otorgamiento de pasaportes diplomáticos en este momento de la patria? A mí me bastaría con que se aclararan estos dos asuntos que como se sabe no son tan truculentos como otros que giran alrededor de la situación en cuestión.
Llama mucho la atención que en este contexto de crisis profunda en el cual nos movemos, el país, nuestra opinión pública ha dejado de horrorizarse ante situaciones tan graves que tienen que ver con el presunto uso de recursos públicos a favor de intereses particulares. A veces no debemos permitir que los árboles no nos dejen ver el bosque, es necesario ver las cosas en perspectiva y desde allí intentar explicarnos ciertos asuntos. Yo estoy convencido de que las cosas que nos pasan son el resultado de la debilidad de nuestras instituciones, de la manera cómo se han ido rompiendo los sistemas de pesos y contrapesos, de la falta de supervisión y control.
Uno a veces siente que no hay gobierno, que el autoritarismo que nos acogota tienen más la finalidad de mantenerse en el poder que gobernar. Es así como nos movemos entre el insulto artero y la amenaza solapada con muchas presunciones de carácter ideológico y pocas explicaciones. Parecen olvidar que el gobierno civil requiere que haya explicaciones suficientes, que lo público se mueva desde la transparencia, que requiere que no se actúe al amparo de la nocturnidad, que se diga y que se escuche a los demás. A veces simplemente no es suficiente con hacer del silencio una trinchera. Por el contrario es necesario dar la cara, dar explicaciones.
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