El día mundial del hombre -19 de noviembre- no tiene tanta resonancia mediática como el día de la mujer. El de ellas, tradicionalmente, se centra en reivindicaciones del género, el de ellos, en la salud. Pero, tratándose de hombres, el que atiendan a su salud también podría ser considerado un día de reivindicaciones del género.
Los hombres, a pesar de la creencia generalizada de que por ser hombres tienen la papa pelada en la vida, son seres muy complicados consigo mismo y muy desprovistos de apoyo psicosocial e institucional. Las sociedades suelen ser muy demandantes con ellos y sancionadoras de los deslices de lo convencional sin prestarles mucha ayuda. Ellos luchan solos.
Hacerse sentir a cada momento varón, macho a toda prueba, le complica a los hombres su esencia como Ser, con su cuerpo y su psique.
La relación del hombre con su cuerpo suele ser difícil hasta el no tenerla. Llegan a asumir el cuerpo como algo independiente, que va solo, que tienen y no más. Pudieran ignorarlo, con excepción del pene y su funcionamiento. Eso si lo suyo. Así suele ser para la mayoría de los hombres, por lo general, heterosexuales, varones a carta cabal, según lo establecido.
Los hombres homosexuales, por su aceptación de la parte femenina que todo varón tiene, suelen tener una relación más íntima, atenta a su cuerpo y coinciden con los heteros en la sobrevaloración del pene. La cultura lo ha hecho así. Lo de los hombres travesti o transgénero es otra cosa: ellos son su cuerpo.
El asunto es que el cuerpo masculino, donde se expresa la salud física, suele ser visto por si mismo y por los demás como algo fuerte, duro hasta la invulnerabilidad y aquí comienza la fantasía y el mito: el hombre como superhombre. Todos son supermanes, o deberían serlo y si no, pueden verse en problemas con su autoimagen y la imagen que proyectan.
Para el hombre, la enfermedad, como expresión de debilidad, es difícil asumirla. Prefieren sufrirla en silencio. Los chequeos médicos preventivos los consideran innecesarios. Les da miedo. Muchos acuden al médico cuando ya pa´qué o mejor, cuando el dolor los revienta o la debilidad los tumba y, en poco, se los podría llevar a la tumba.
El autoconcepto convencional de hombre y la exigencia social de ser fuerte y mostrarse como tal, hace que en las estadísticas mundiales de lesiones y muertes por violencia los hombres le llevan una morena a las mujeres como víctimas y victimarios. Hombre y violencia se asocian.
Pese a su valentía y fortaleza impuesta, los hombres, como humanos, sienten temor, vergüenza, tristeza, alegría – sin ser gays- pero relativamente pocos se atreven a expresar su emocionalidad. La maquinaria social les puede caer encima hasta casi aplastarlos. Aún ahora que hay más tolerancia.
En el siglo XXI, ya con logros en algunas sectores y en la teoría, como el reconocimiento de las masculinidades (un concepto diferente a lo masculino porque acepta diversidad), en la mayoría de las sociedades predomina el yugo a la emocionalidad masculina.
En sociedades reales y virtuales hay más licencias que antes para la expresión de la emocionalidad masculina, pero son licencias, permisos, expresiones de tolerancia. Aún no se ve como “normal”, como un derecho humano, el que un hombre se exprese muy emotivamente. Se permite que llora, se ríe, sea tierno, sí, pero un poquito, no más. Si se pasa de la raya, se ven del otro lado.
El día del hombre, con su símbolo del bigote, se creó para contribuir a la toma de conciencia (Awareness, es un bello término en inglés), al darse cuenta que tienen cuerpo, que son vulnerables, que tienen que cuidar la salud física y emocional, Es un día para la autorreflexión e invitar a los demás a hacerlo.
El día, la semana, el mes del hombre debería convocar a una jornada nacional en la que las instituciones públicas, privadas, iglesias, sindicatos, instituciones educativas, militares, prisiones, clubes deportivos, etc. ofrecieran, a muy bajo costo, exámenes de próstata, medición de testosterona, tensión arterial, peso, exámenes de sangre; lo básico que los hombres necesitan saber sobre su organismo.
Junto a la promoción del cuido del cuerpo masculino, más allá del entrenamiento físico, de verse y sentirse bien, deberían organizarse jornadas de reflexión, talleres, programas de opinión, campañas en las redes, sobre las masculinidades. El orgullo y el temor de ser hombre.
Quedamos pendientes.
Lee también:
- https://www.t13.cl/noticia/tendencias/dia-hombre-noviembre-19-11-2019
- https://news.un.org/es/story/2019/11/1465571
- https://twitter.com/LetsKinky/status/1196987799020462080/photo/1
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