Hasta las 2:30 pm de este sábado, 20 de noviembre, las familias de Walter Campos, Luis Ochoa, Eisbirgar Pérez y Luis González sostuvieron comunicación con sus secuestradores. Los cuatro empleados del Metro de Caracas fueron capturados horas antes por delincuentes de la Cota 905.

De acuerdo con información extraoficial, los trabajadores habían salido de un partido de softbol institucional en Caricuao y se dirigían al antiguo club de la Policía Metropolitana (PM), ubicado en El Paraíso. Una vez llegaron a la Cota 905, en una camioneta Gran Vitara plateada, placa BCB61G, fueron sorprendidos por delincuentes que los sometieron y los secuestraron.

A través del celular de una de las víctimas, se comunicaron con los parientes para exigirles una alta suma de dinero en dólares por el rescate. Además pidieron prendas de oro y otros objetos de valor. A las 2:30 pm, los delincuentes dieron una hora a la familia para entregar lo exigido.

Se conoció que los empleados del Metro de Caracas fueron liberados en la avenida Libertador, después de que en el sector El Peaje de la Cota 905 sus captores obtuvieron un monto menor de efectivo en dólares, dos relojes y tres botellas de whisky.

Una fuente interna del Metro de Caracas informó que las víctimas del secuestro múltiple pertenecen a la Gerencia de Informática, cuya sede se encuentran en La Hoyada.

Los delincuentes de la Cota 905

Desde enero los grupos delictivos de la Cota 905, El Cementerio y El Valle decidieron unificar esfuerzos para combatir a su rival: los cuerpos policiales. A partir de ese momento los homicidios a funcionarios policiales que transgredieron sus límites les ganó un espacio en los medios, al igual que en el blanco de la justicia.

La “paz de los malandros”, término con el que se conoció entre los vecinos al pacto de no agresión entre las bandas, fue aceptado por los residentes quienes aseguraron que durante los primeros meses del año los delincuentes no protagonizaban tiroteos en el sector. Hasta que la policía ingresaba.

“Aquí estoy tranquilo porque ya tengo mi casa, más aún con la paz de los malandros. Eso sí, esto se vuelve un terreno de guerra si entra la policía”, contó un residente de la Cota 905 en junio de este año.

El 13 de julio, la Operación Liberación y Protección al Pueblo (OLP) tomó el sitio. Esta vez no fueron 10 o 20 funcionarios; fueron 200 efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y Policía Nacional Bolivariana (PNB) los que se dispusieron a hacer frente a la delincuencia. El resultado: 14 presuntos delincuentes fueron abatidos y 132 personas quedaron detenidas durante el procedimiento. Sin embargo, los líderes no fueron capturados.

En menos de un mes, la violencia regresó a las calles de la Cota 905: Víctor Vielma, de 47 años, recibió un tiro cuando se encontraba tomando con unos vecinos el 1 de agosto; dos días después, un escolta privado fue acribillado con 70 disparos y luego fue quemado; el 19 de agosto, seis presuntos delincuentes fueron abatidos por el Cicpc.

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