El microtaller Narrativas multimedia: cómo hacer contenidos en diversos formatos, dictado por la periodista especializada en el tema de la City University de Londres, Julett Pineda, fue uno de los microtalleres abridores del segundo día de la Escuela Cocuyo 2020.
Narrativas multimedia como otras formas de sumergir al lector en las historias, con interacción y emoción, fue la propuesta de la actividad, que se realizó en el marco del Festival Cocuyo 2020.
Al igual que el periodismo impreso tradicional transporta a las personas a la situación y lo conecta con lo narrado, se hace ahora pero con la ayuda de herramientas tecnológicas que incorporan audios, gráficos, videos e interactividad; es decir, con solo un click el usuario puede entrar y llegar a otras partes de la historia que se le ofrecen.
Se trata de ir más allá del qué, cómo, cuándo, dónde y por qué, bajo la premisa de que la forma es parte de la información al momento de entregar la historia que llegue al lector.
“Las imágenes (en diferentes formatos) nos transportan a la situación y a sumergirnos en la historia, construir tramas, evidenciar conflictos. Debe haber emoción, generar molestia, me encanta, me aterra; si la historia no genera emoción no será compartida y esto se logra a través de herramientas multimedia. Sin estos recursos es muy difícil por ejemplo transmitirle a alguien que vive en el Reino Unido cómo es la crisis humanitaria en Venezuela, el drama de los caminantes en las fronteras”, destacó Pineda.
Subrayó que el hecho de narrar sigue haciendo el mismo que usó el periodista Rodolfo Walsh con la novela de no ficción periodística Operación Masacre en 1957, pero que el panorama cambió por la llegada de Internet en los años 80. “Los recursos no son solo textos e imágenes, sino audios, videos, gráficos, animaciones, y la combinación de estos formatos originó el periodismo multimedia”, recalcó.
Este año la Escuela y el Festival se realizaron de forma virtual por la pandemia del coronavirus, con el uso de la plataforma Hopin y bajo la administración de Wingu, una iniciativa de tecnología cívica que realiza eventos virtuales.
No se sustituye el trabajo periodístico
Una aclaratoria importante durante el microtaller moderado por la periodista y una de las coordinadoras de la Escuela Cocuyo, Laura Weffer, es que las herramientas tecnológicas no van a sustituir el trabajo del reportero ni el contenido, el periodista debe debe salir a la calle, recopilar la información, grabar entrevistas. La presentación multimedia carecerá de valor sin un buen contenido o una buena historia.
“Hay que sopesar si el trabajo amerita las herramientas, no es solo porque sí o porque otro medio informativo lo tiene, es porque la historia lo amerita, cada elemento cumple una función en el trabajo, no sustituye el trabajo del reportero ni el contenido, si no tiene buenos datos, ese trabajo no servirá”, enfatizó.
También subrayó que el uso de tales recursos no son exclusivos de grandes salas de redacción que contratan equipos multidisciplinarios conformados por programadores, diseñadores gráficos, periodistas, científicos de datos, entre otros. La red ofrece una amplia gama de herramientas gratuitas y sencillas que pueden ser utilizadas para presentar una historia de manera distinta.
Durante el encuentro virtual, Pineda mostró ejemplos interesantes de cómo crear contenidos multimedia. Uno de ellos fue un juego interactivo creado por la agencia Propublica, que muestra a una sobreviviente de violencia doméstica en El Salvador y su travesía (de más de 800 días) para salir de su país hacia Estados Unidos, junto a su hijo.
Ante la pregunta de si este tipo de presentación, bajo la modalidad de juego no contribuye a deshumanizar o banalizar el drama vivido por esas personas, la especialista aclaró que se hizo con respeto, mostrando qué hay detrás de emprender un viaje de este tipo y las políticas migratorias que imponen muchas dificultades.
“La intención de presentar un contenido bajo la modalidad de juego, busca llevar a las nuevas generaciones, que no son grandes consumidoras de noticias, ese tipo de realidades”, apunta Weffer.
También mostró una animación con una avalancha de nieve ocurrida en 2012 en los Alpes franceses presentada por el The New York Times y que provoca en quien lo ve la sensación de verse rodeado por el hielo.
Herramientas sencillas y gratuitas
Pineda ofreció a los participantes varias opciones de herramientas disponibles en la red para crear contenidos multimedias. Entre ellas, Datawrapper (para gráficos), Flourish, muy usado en las datas del COVID-19, con gráficos lineales y mapas. Story map para hacer mapeos de rutas, permite describir distintas etapas de una problemática, Carto DB, que facilita ensamblar elementos de forma armónica, como lugares de ocurrencia de un evento natural con efectos visuales de por ejemplo incendios.

Igualmente las animaciones de Google Earth permiten estudios con espectaculares imágenes satelitales del globo terráqueo. Mientras que otras como Soundcite son para incluir “audiocitas” en el texto o una cita ampliada de lo que dice una persona como parte de un testimonio.
Juxtapose hace comparativas visuales de antes y después, muy empleada para mostrar el impacto de la guerra en Siria, con el antes y después de muchos lugares. Con la pandemia por el virus se ha usado para mostrar cómo es un día normal en diversas ciudades y cómo quedaron vacías con el confinamiento. Se añade el uso de los Gifs, útiles en muchos casos para comunicar más que las palabras.

Una limitante en Venezuela para crear contenidos multimedia puede ser la mala conexión en general a Internet que impide que muchos usuarios tengan acceso. Ante ello Pineda aseguró que hay herramientas menos pesadas que las que crean videos, como Story map o Juxtapose.
“No teman experimentar con herramientas, usen bases de datos, ensayen, si no pueden con una usen otras, familiarícense y potencien su uso”, es la recomendación final de la fellow de Naciones Unidas.