La muerte de tres parlamentarios y cuatro ciudadanos fue el resultado de una pugna entre conservadores y liberales en el denominado asalto al Congreso del 24 de enero de 1848. El motín se dio porque diputados pretendían enjuiciar al presidente José Tadeo Monagas y, a través de las armas, la cúpula del mandatario se dispuso a poner orden. Lejos de ese episodio, en la Venezuela democrática que nació en 1958 jamás los poderes se han enfrentado como ocurre actualmente.
Esto quiere decir, según confirman los estudiosos de la materia, que en ningún momento se ha planteado que un poder prevalezca por encima de otro y, aunque ha habido disputas, aseguran los especialistas que ninguna ha tenido estas características. “De tal modo puedo afirmar que este contexto es nuevo, inédito en el periodo democrático”, señala el historiador, profesor y doctor en Ciencias Sociales, Agustín Blanco Muñoz.
En todos los casos, coincide el experto con Luis Salamanca, doctor en Derecho y exrector del Consejo Nacional Electoral (CNE), la vía para solventar los conflictos que se utilizado siempre fue la negociación. “Eso ha sido una constante en la historia de Venezuela, los conflictos entre Ejecutivo y Legislativo terminan en negociación”, insiste Blanco Muñoz.
Salamanca hace un recuento de aquellos episodios de la historia en los que el Congreso se ha enfrentado de alguna manera con el Ejecutivo y empieza con el allanamiento a la bancada del Partido Comunista de Venezuela (PCV) bajo las órdenes del Presidente Rómulo Bentacourt en 1961. “Ese fue un conflicto entre el Presidente y una fracción minoritaria y después se mostró que había fundamento para ello”, indica.
Blanco Muñoz recuerda, por su parte, que ese hecho estuvo rodeado de una gran tensión. “Como AD pierde la mayoría parlamentaria por la división del partido y la aparición de la AD de izquierda, surge una política tan dura como la de una lucha armada que se iba a concretar, pero no pasa de allí porque se logra un acuerdo”, comenta el profesor, y añade que fue un diputado que no pertenecía a ninguna de las fracciones en disputa el que guío el acuerdo. Nuevamente, “hubo negociación”, afirma.
El siguiente caso se dio en el primer periodo presidencial de Rafael Caldera (1969 -1974). “Es un presidente que gobierna con minoría en el Congreso. Gana con 29 mil votos de ventaja, pero su partido no gana el Congreso”, relata Salamanca. En vez de crear un gran conflicto “eso no paso de allí”, puntualiza. Para solventar aquel altercado, el abogado relata que se generó un pacto institucional. “Con eso se respetaban las cuotas de poder a los partidos, la presidencia del Congreso se le dio a Copei y la cámara de diputados a AD, pero no se dio ningún conflicto de poderes”, dice.
“Ni siquiera hubo conflicto en el 99 cuando Hugo Chávez lanza la Constituyente y empieza a quitarle competencias al Congreso, y finalmente lo clausura”, rememora Salamanca. No se presentó mayor confrontación aunque ciertamente “hubo choque entre parlamentarios y la fuerza pública, pero todo se resolvió en el año 2000 con la nueva elección de todos los poderes”, señala.
El también profesor de la UCV, Blanco Muñoz, explica sobre el escenario actual que “se le está dando mas importancia a la presunción de los impugnadores de los diputados que a la voluntad del pueblo”, por lo que considera que se le pasa por encima a la Constitución. Ese desconocimiento, en el que se deroga la Carta Magna por vía de facto, provoca que no haya un poder legislativo que tome decisiones, lo que lleva a que por ejemplo, el presidente Maduro actúe por cuenta propia. “Estaríamos obviamente ante un golpe de Estado”, asegura.
Considera que finalmente llegarán a acuerdos porque ni el “monstruo gubernamental” ni el “monstruo de la oposición”, como llama Blanco Muñoz a los dos polos que históricamente actúan en la política nacional, parecen tener una verdadera voluntad de cambio, y al estudiar los antecedentes históricos, la vía en esta circunstancia parece ser una negociación.
Aqui no existe Estado, no hay separación de poderes. callejon sin salida