fútbol femenino copa igualdad

De entre todas las partes interesadas en el fútbol, y sin menospreciar a ninguna de ellas (porque contribuyen todas de igual forma), tal vez la tarea más “cómoda” la tengan los aficionados. Y no es que se deje de lado el hecho de que tengan que trabajar mucho para sentarse en un estadio a ver un partido de su equipo favorito, o al menos sentarse en el sofá a ver el juego de su preferencia en la televisión por cable que paga mensualmente.

Quizá todo esto va un poco más allá: lo que vemos como espectadores son sólo 90 minutos de lo que amamos, tal vez poco más. Hay luchas diarias dentro de los vestuarios, oficinas y cabinas, y hacer la vista gorda a ello puede pasar una costosa factura a héroes anónimos que buscan lo mejor para el deporte.

Si bien el fútbol en sí mismo aún presenta ciertas vulnerabilidades en todas sus formas, los principales desafíos parecen erigirse en un pilar fundamental, sinónimo de desarrollo y del impacto del fútbol en la sociedad: el fútbol femenino. Estas tareas por hacer pasan por incrementar la participación de niñas y mujeres alrededor del mundo en el deporte, mejorar el valor comercial de esta disciplina y construir sus cimientos, así como se ha hecho con su par masculino durante tanto tiempo.

Al final, es una tarea de todos los actores o partes interesadas. Sin la cooperación de todos, se pierden eslabones en una importantísima tarea. El compromiso, entonces, es de confederaciones, asociaciones miembro, clubes, jugadores, medios, fanáticos, ONG, organizaciones de la sociedad civil y otros grupos de interés. Cada uno contribuye en importantes medidas.

Y el éxito derivado de ese compromiso se refleja en varios indicadores: presencia de mujeres en posiciones de alto rango, número creciente de jugadoras y ligas femeninas, estrategias integrales para el fútbol femenino por cada asociación miembro, nuevas competiciones internacionales FIFA para las mujeres, además de la optimización del impacto de las ya existentes, entre otras tantas cosas por hacer.

La agenda de FIFA en los últimos años ha estado encabezada por el fútbol femenino como estandarte de esta gestión, con la incorporación de un plan estratégico para esta área y objetivos (ya superados con creces) para la Copa Mundial Femenina de la FIFA en 2019, en Francia. No obstante, no son logros aislados. Todo corresponde a una cadena de hechos que se resumen en algunos pilares estratégicos planteados por la FIFA, pero es importante entender antes los fenómenos y debates que hay sobre la mesa en relación al fútbol femenino.

Por ejemplo, ¿por qué es ahora tan creciente el debate de la viabilidad de la igualdad salarial entre hombres y mujeres futbolistas? Creo que podrá venírsete a la cabeza el argumento más utilizado: audiencia (o mercado). Pues claro, es algo más que conocido. Pero el problema está ahí, persiste. La brecha salarial, perjudicial para miles de mujeres alrededor del mundo, no desaparece con justificar o encontrar razones, lógicas o ilógicas, a su mera existencia. A día de hoy, la realidad es que las mujeres futbolistas son un grupo creciente pero que aún no ve respuestas económicas a su crecimiento.

Muchas mujeres y niñas han abandonado el fútbol a temprana edad como consecuencia de la falta de oportunidades en el medio. Para un grupo que es cada vez más pujante, pero en algunos casos que sigue sin ser correspondido, es una realidad aterradora pensar en que sus sueños queden sólo eso, sueños. Por eso, los cambios son urgentes, y las medidas necesitan traicionar ciertos principios que estancan el desarrollo de esta parte elemental del fútbol.

En términos de deporte en general, un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), señala que las mujeres componen un 40% de la masa de deportistas a nivel mundial, pero sólo acaparan el 4% de la cobertura mediática. Si bien los números en cuanto al fútbol podrían ser un poco más reducidos (sobre la masa de deportistas), el problema es latente y preocupante.

De igual forma, el desarrollo en el fútbol ha podido encontrar obstáculos en sus propias filas, y hay infinidad de cuentos que aplican para narrar una realidad que parece cerrarle la puerta a muchas soñadoras. Ilustrando un poco: ¿alguien recuerda cuando el Santos F.C., club brasileño que en 2012 poseía la ficha de Neymar Jr., retuvo al joven para encarecer su ficha, pero a costa de la desaparición del equipo femenino y de futsal del club? Fue un hecho, como menos, espantoso y deplorable. Y puede que ni siquiera te hayas enterado, lo cual lo hace aún más terrible.

No obstante, hay asociaciones miembro de algunos países que ya han materializado la igualdad salarial en cuanto a la remuneración de sus selecciones nacionales masculinas y femeninas. Entre Noruega, Finlandia, Australia, Inglaterra, Brasil y Nueva Zelanda, conforman un grupo de países pioneros en estas prácticas igualitarias. Estos son los primeros pero grandes pasos en la vía hacia un objetivo todavía más importante: visibilidad. Y de ahí se puede zanjar el debate mencionado anteriormente. Acercarnos poco a poco a la igualdad.

La visibilidad es, en sí misma, un medio y una meta también. Permitirá que la afamada audiencia sea propulsora de remuneraciones más equilibradas para las mujeres, mejorar la participación de las mismas en el fútbol y conservar esa dinámica creciente que tiene esta parte elemental del deporte. Esa visibilidad puede alcanzarse con medidas que precisamente no correspondan a las audiencias vigentes.

El punto es darle un plazo temporal a estas medidas para que, en algún momento, el fútbol responda equilibrada y apropiadamente a cada grupo que hace vida en este deporte. “Discriminación positiva”, “audiencia”… son sólo palabras que han esterilizado un poco la promoción de ideas que favorezcan a las mujeres en el fútbol, un grupo pujante y necesario para una nueva era en este deporte. El equilibrio no pasará por fraccionar al ya colosal mercado de futbolistas masculinos, sino explotar todo el gigantesco potencial que tienen las mujeres en el fútbol.

Todo esto, pues, se explica mejor con la estrategia de la FIFA, cuyo diagnóstico hará que esta mute hacia otros campos de acción. En resumidas cuentas, el máximo organismo rector del fútbol mundial hace gala de cinco pilares elementales para impulsar el fútbol femenino:

  1. Desarrollar y crecer, con el impulso de programas de desarrollo a la medida para asociaciones miembro, además de formación base para niñas, mujeres, entrenadores/as y árbitros/as.
  2. Mostrar el juego, mejorando las competiciones del fútbol femenino y pujando para crear nuevas que permitan equilibrarlas con respecto a sus pares masculinos.
  3. Comunicar y comercializar, ampliando la exposición y el valor comercial del fútbol femenino en todos sus frentes: digital, comercial, político y en los sectores del activismo y del marketing.
  4. Gobernar y liderar, asegurando la representación femenina en los organismos de toma de decisiones de relevancia para el mundo del fútbol y refinando los marcos regulatorios para la profesionalización y construcción del fútbol femenino.
  5. Educar y empoderar, haciendo eco del impacto social gigantesco del fútbol, y más concretamente, del fútbol femenino, para lograr materializar grandes cambios a través de los programas de formación y otras iniciativas sensibles a lo social.

Todos estos pilares estratégicos construyen argumentos para la materialización de medidas que ayuden a hacer aún más grande, de una vez por todas, al fútbol femenino. Las excusas pueden sólo ralentizar un fenómeno creciente, y será siempre elemental recordar que el éxito del fútbol femenino no implicará apagar la luz de las demás áreas de un deporte tan completo e integral como el fútbol.

Queremos que el fútbol responda naturalmente a sus realidades, pero también queremos que la visibilidad de un deporte tan bonito se manifieste de todas las formas posibles, con todos aquellos quienes quieran formar parte de él y hacer de éste un deporte con un mayor impacto global. ¿Y quiénes somos, al final, para poner barreras a algo sobre lo que, en cambio, se puede construir?

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.