[dropcap]E[/dropcap]n un encuentro reciente, celebrado en Columbia University, una joven venezolana le pregunta al escritor Francisco Suniaga. ¿ Después de todo, hay luz al final del túnel. Puede Venezuela salir de esta situación?  Suniaga,  quien había hecho un muy buen retrato de la situación de nuestro país, respondió casi sin titubear: Si creo que la hay, sólo es cuestión de tener paciencia.

El margariteño  ofreció a una charla titulada “El incierto final de la revolución bolivariana”  el martes 5 de abril.

Suniagaii

Había profesores, estudiantes y venezolanos residenciados en Nueva York entre los asistentes. Luego de hacer una presentación con contexto y actualizaciones de la realidad del país, comenzaron las preguntas y respuestas. Algunos inquirieron  por el deterioro ético, otros por la situación de criminalidad y esta chica, con algo de angustia en su voz, sobre el futuro.

El escritor comentaba que cuando él se graduó en Columbia, casi que al dia siguiente él y sus compañeros estaban de vuelta a Venezuela porque el país era un proyecto prometedor.

Hoy ocurre casi lo contrario. Muchos jóvenes se marchan a estudiar y deshojan la margarita entre la angustia de retornar a la patria y hacer algo por ella; o la necesidad de organizar sus vidas y buscar un mejor porvenir. No es fácil para nadie estar en esta situación. Lo veo casi a diario cuando converso con paisanos que están en Nueva York y con otros que no lo son. La duda es persistente.

Tal vez por ello la perspectiva de Suniaga terminó siendo alentadora. No por una fe ciega, sino porque él- y en esto coincido- está convencido de que el proceso revocatorio del mandatario Nicolás Maduro y del actual oficialismo ya se inició, en el sentido macro.

Es decir, desde los resultados del 6 de diciembre quedó en evidencia que se produjo un cambio en el país, que el gobierno sigue en el poder es algo circunstancial.

Sin embargo,  Suniaga no tiene fe en los mecanismos de referendo revocatorio o enmienda para salir de Maduro. Se inclina por seguir cosechando éxitos electorales y coloca como nuevo hito los comicios de gobernadores que deberían realizarse a finales de este año, aunque aun la fecha no ha sido determinada, enfocada como está la Mesa de la Unidad Democrática en activar el referendo.

Las reservas de Suniaga tienen más que ver con las trabas de los organismos para impedir que se lleve el referendo en el momento requerido y no con los votos. En su opinión- la cual apoyo- la oposición no solo puede recabar firmas sino también votos para sacar a Maduro. Solo que el tiempo, el CNE y el TSJ  juegan en contra.

Discrepo, no obstante,  de sus dudas sobre la efectividad del revocatorio. Desde mi punto de vista, el proceso requiere que los ciudadanos se activen de distintas maneras. El espíritu revocatorio está sembrado, es como una llamita que puede crecer con buen viento. Ese soplo hay que manejarlo con mucho cuidado para que no se desvíe.

Allí el factor de la paciencia es esencial. La mayoría de los errores que ha cometido la oposición venezolana han tenido que ver con una incapacidad para medir adecuadamente los tiempos en los que puede y debe actuar. A veces juega posición adelantada y otras se queda como paralizada. No obstante, creo que se ha abierro la ventana de oportunidad para esta vez la MUD continúe con su hoja de ruta para el revocatorio. Las acciones recientes de esta semana frente al CNE, la respuesta de la rectora Tibisay Lucena,  presidenta del organismo y la contrarreplica de Henrique Capriles Radonski, son en mi criterio señales de que el tiempo del revocatorio ya está aquí.

Sin embargo, la luz al final del túnel no la encenderán solo los políticos. Los venezolanos, dentro y fuera del país, que creen en la democracia verdadera, que están convencidos de que el gobierno se ha extralimitado no solo por su afán autoritario sino por su incapacidad de resolver la crisis, que consideran necesario un cambio profundo, todos esos venezolanos y venezolanas, son los guardianes de la antorcha revocatoria.

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