Entre el luto y el miedo vivieron los habitantes de El Sombrero, población de Guárico, este 4 de mayo, después de permanecer cerca de 24 horas en un toque de queda espontáneo. Los lugareños se atrevieron a salir de sus casas, pero no a enviar a sus hijos a escuelas o liceos. Un docente y entrenador deportivo fue víctima del enfrentamiento entre la banda de “El Picure” y cuerpos de seguridad del Estado, en el que la cabecilla y ocho de sus compinches murieron.
Rafael Hernández, profesor de deporte de la Escuela Julián Mellao y entrenador de Los Criollitos de Venezuela, no fue el único fallecido colateral del operativo desplegado para capturar a José Tovar Colina, nombre de pila de “El Picure”. Efecto Cocuyo tuvo conocimiento de que un joven deportista también falleció.
Sobre ambos decesos existen versiones encontradas, pues durante el tiroteo aquellos vecinos que podían ser testigos de sus muertes, estaban refugiados en sus viviendas. Algunos aseguran que los hombres fueron sorprendidos en sus casas por los funcionarios policiales, pues miembros de la banda de “El Picure” habrían pasado por sus inmuebles. Otros señalan que una bala perdida los alcanzó.
La concejal Susan Longo indicó que estudiantes y allegados realizarían este jueves, 5 de mayo, un homenaje en honor a la labor educativa de Rafael Hérnandez. De acuerdo con una fuente, el evento fúnebre se efectuaría en el estadio Miguel Ángel Muñóz a las 8:00 am.
“Hay una expectativa muy grande por lo que pasará con el pueblo de ahora en adelante. Todos están consternados por la noticia de los inocentes muertos. Algunos apoyan el operativo y otros lo rechazan”, dijo la concejal.
Mariana López, residente de El Sombrero, contó que el operativo los tomó por sorpresa la madrugada del 3 de mayo. “Escuché las detonaciones en la noche, pero como mi casa es retirada de La Charneca, no me preocupé demasiado. Lo que sí me angustió, es que los impactos de bala sonaron de manera intermitente hasta las 5:00 de la tarde. Eso no es normal en El Sombrero”, aseveró.
Pide a las autoridades que el procedimiento se prolongue hasta que localicen al resto de la banda y a otros delincuentes que desde hace un año comenzaron a azotarlos con atracos a transeúntes y robos de vehículos. ”Tengo miedo porque no sé qué pueda pasar. Antes estábamos a la buena de Dios, ahora hay patrullaje de la Policía de Guárico, pero ¿cuánto va a durar?”, exclamó.
Una baja en la GNB
El ministro para Relaciones Interiores Justicia y Paz, Gustavo González López, informó que el operativo de búsqueda se inició el sábado en la noche. En él participaron funcionarios de la Policía de Guárico, Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) y Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
En la madrugada del 3 de mayo, el sargento segundo de la GNB, Luigi Rafael Mina, resultó herido en el enfrentamiento en el que presuntamente murieron cinco miembros de la banda de “El Picure”. Los tiros los recibió en una pierna, por lo que fue atendido y estabilizado.
En la tarde de ese mismo día, el sargento Eduar Carrasco habría recibido tres impactos de bala, dos en las piernas y uno en el abdomen. Fue trasladado a un centro asistencial en San Juan de los Morros, donde falleció aproximadamente a las 5:00 de la mañana del 4 de mayo.
Extraoficialmente se dice que fiscales de la Dirección de Derechos Fundamentales del Ministerio Público se trasladaron a El Sombrero para entrevistar a los funcionarios que actuaron en el procedimiento. Se habla de un “ensañamiento” contra los fallecidos.
“Ahora vienen los Derechos Fundamentales a vernos. ¿Qué, vaina, no hermano? Si no haces el trabajo es porque no lo haces, si lo haces es porque lo haces. Esto de verdad desanima a uno. Con tanto esfuerzo y dedicación que pusimos mis compañeros y yo, y cuatro funcionarios que salieron heridos”, se escucha en un audio divulgado a través de fuentes policiales. Presuntamente es la voz de uno de los efectivos que actuó en la operación que dio de baja a Tovar Colina.
En Caracas
Vestidos de verde y encapuchados llegaron los funcionarios del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) a la morgue de Bello Monte el 3 de mayo a las 6:00 de la tarde. El cuerpo de Tovar Colina fue trasladado desde Guárico a la capital del país en una avioneta que aterrizó en la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota.
Desde allí hasta la sede forense fue llevado en caravana. Varios vehículos estilo pick up iban en ella, dentro de los cuales había funcionarios militares del Conas.
A partir de ese momento, los alrededores de la morgue de Bello Monte, en el medio de una urbanización clase media, fueron cerrados. Alcabalas de la GNB trancaban el paso e inspeccionaban los vehículos, preguntaban a sus pasajeros y daban paso o lo negaban.
Esta precaución castrense se mantuvo hasta la mañana del 4 de mayo, cuando periodistas y familiares de las víctimas de la violencia fueron desalojados de las inmediaciones. Algunos se quejaron de retrasos en la entrega de cadáveres.
De hecho, este miércoles solo dos cuerpos reposaban en las salas de autopsias de Bello Monte. El de un teniente de la Naval, asesinado en Petare, y el de “El Picure”.
Esta es la tercera vez que se produce un cerco policial o militar en la morgue de Caracas. En 2014, ocurrió luego del asesinato del diputado Robert Serra y en 2015 después del debut de las Operaciones de Liberación y Protección al Pueblo (OLP) que empezó con 15 fallecidos por presuntos enfrentamientos en la Cota 905.