Politician holding a mask in front of his face speaking to a large crowd of people. (Used clipping mask)

No sólo una guerra armada o artillada ha sido una constante en la vida del hombre. También, la guerra desmontada o desarmada. Su concepto no sólo implica el enfrentamiento bélico, sino que envuelve esfuerzos que terminan siendo insolventes. Proyectos de vida que se oscurecen ante las intenciones del adversario.  Por eso se dice que en la guerra no hay ganadores. Todos pierden algo.

Pero lo más patético de esos conflictos, es que toda guerra aviva otra. Y en esa nueva guerra que la historia oculta a instancia de siniestros intereses, el combate es con las armas del engaño, del soborno, de la desconfianza y de la traición. Los furibundos guerreros de esas solapadas guerras, actúan convencidos que sus banderas de lucha les hará ganar posiciones sociales y políticas que los situará en zonas de confort correspondientes al sacrificio que presuntamente es rendido.

Esa otra guerra -aunque imaginariamente más violenta- se libra en el campo de la política.

Acá las leyes de la política y de la teoría social, no tienen mayor asidero si las circunstancias adquieren la incomprendida fuerza para invertir en la cadencia de los acontecimientos.

La politiquería disfrazada de política 

El ámbito en el que la politiquería actúa, le facilita imponerse sobre los valores y ahí es justamente, donde domina la intolerancia, el odio y el resentimiento. La hipocresía es su mejor ejercicio político. Quizás, porque es el medio exacto donde la ficción y la realidad se confunden en perjuicio de las verdades. Pero en beneficio de las mentiras susurrantes y exclamadas “a todo pulmón”.

Cabe acá la expresión de Friedrich Nietzsche “la mejor arma contra un enemigo, es otro enemigo”. Por eso, en tan pervertidos espacios, los muertos de la politiquería vuelven a estar vivos. O más muertos. 

Las sombras de la politiquería producen tan extraños efectos, que cualquiera llega a alucinar que el suelo se mueve al ritmo de truenos y relámpagos que retumban en la conciencia de quien tiene la capacidad de arrepentirse de tantas desgracias provocadas por la miseria incitada. 

Aunque lo peor de tan conflagrado escenario, sucede al momento de reconocer y aceptar que tan cruda confrontación, ocurre en lo que, naturalmente, se libra cuando una realidad afronta o está en medio de una guerra de contingencias políticas.

Profesor Titular ULA, Dr. Ciencias del Desarrollo, MSc Ciencias Políticas, MSc Planificación del Desarrollo, Especialista Gerencia Pública, Especialista Gestión de Gobierno, Periodista Ciudadano (UCAB),...