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Es necesario referir el concepto de “desarrollo” para así tener una idea algo justa no sólo de su significado, sino también de sus implicaciones. De manera que vale comenzar esta disertación, aludiendo a la mutación que ha conllevado tan sonado concepto.

La dinámica de los últimos tiempos ha remozado el concepto ante los cambios en el desarrollo de la tecnología. Así se tiene que los rezagos de la Segunda Guerra Mundial, motivaron distintas hipótesis que buscaban describir el “subdesarrollo” como consecuencia de la ausencia de estrategias ordenadas. Dichos planteamientos apuntaban a un mundo pluridisciplinario y multidimensional, que buscaba emerger de forma organizada, eficiente y eficaz.

Se discutieron propuestas que configuraban procesos específicos que debía comportar el desarrollo económico y social de naciones. Pero que demostraran capacidades de adaptación a nuevos paradigmas de productividad. Igualmente, que tuvieran niveles aceptables de formación profesional conjugados estos a demostradas potencialidades económicas y sociales, tanto nacionales como regionales y hasta locales.

En el fragor de tan animados debates, se erigieron organismos (multilaterales) cuyos manejos institucionales reconocían intereses de espectro internacional. Sus objetivos apuntaban, y siguen así dirigiendo sus respectivos esfuerzos, a impulsar el desarrollo económico y social de naciones esperanzadas en mejorar sus niveles de crecimiento y progreso.

De esa forma, se adelantaron conceptos de desarrollo (diferenciados unos de otros), a partir de múltiples manifestaciones de procesos sociopolíticos y socioeconómicos. Sin embargo, en principio esos conceptos consideraban escasamente el nivel de pobreza que caracterizaba a los países menos capacitados para alcanzar un grado superior de desarrollo económico y social.

No obstante, la dinámica política, asediada por condiciones de orden cultural, sociológico, ambiental y tecnológico, hizo que el concepto de “desarrollo” se comprendiera de distintas formas. Particularmente, al darle más importancia a la integración de factores dirigidos a compenetrar más la población en aquellos problemas que resultaran más enmarañados. Así el concepto de “desarrollo”, comenzó a posicionarse como condición que trascendiera las circunstancias.

Por ejemplo, en círculos académicos vino hablándose de razones que enfatizaban en la interpretación de las realidades. De cómo sortear las dificultades que atascaba el liderazgo, la creatividad, el emprendimiento y la competitividad. Estos valores se mostraban más integradores que factores de razones meramente economicistas y administrativistas.

En virtud de tan interesantes enfoques, se propició la construcción de nuevos paradigmas sobre los cuales podría sustentarse un nuevo concepto de “desarrollo”. En consecuencia, se plantearon consideraciones que tocaron intereses y necesidades de índole cultural, ambiental, político y social. Todas arraigadas en las comunidades integrantes de los territorios objeto de desarrollo.

De atenderse estas consideraciones, se hace posible alcanzar importantes cotas de desarrollo que superen los estadios anteriores. Aunque es importante admitir que, frente a situaciones asediadas por problemas identificados por precariedades consustanciadas con razones como las arriba descritas, cualquier esfuerzo de desarrollo se tornaría imperceptible. Incluso, confuso. Al extremo que resultaría seriamente enredado. Por tanto, se convertiría en un pesado factor de atraso que se arraigaría aún más al subdesarrollo como situación y condición que encerraría importantes esfuerzos de todo rango y dimensión.

De aceptarse la incidencia que el desempeño de actores sociales connotados puedan realizar ante el trazado de propuestas de “desarrollo” como objetivo sociopolítico, basadas las competencias de esos actores podrían ostentar en experiencias, capacidades, habilidades, visiones, iniciativas y expectativas, entonces el “desarrollo” será una realidad más temprana que tarde.

Lo referente a programas de transferencia de tecnología, tanto como de las inversiones que demanda el asunto en cuestión, incidirán favorablemente en la determinación del “desarrollo” planteado. De lo contrario, seguirá el ciudadano preguntándose: ¿dónde quedó el desarrollo (anunciado)?

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

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Profesor Titular ULA, Dr. Ciencias del Desarrollo, MSc Ciencias Políticas, MSc Planificación del Desarrollo, Especialista Gerencia Pública, Especialista Gestión de Gobierno, Periodista Ciudadano (UCAB),...