Para 2066, la capa de ozono habrá logrado su recuperación y eso ayudará a evitar hasta 0,5 grados Celsius de calentamiento global.

Esa fue la conclusión del informe de evaluación del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal, uno de los acuerdos medioambientales más exitosos para frenar el agotamiento de la capa de ozono con la eliminación del 99 % de las sustancias dañinas.

Mantener las políticas para lograr el objetivo

Los expertos estiman que, si las políticas actuales se mantienen, la capa de ozono podría recuperar los valores de 1980 —antes de la aparición del agujero de ozono– en el año 2066; para 2045 en el Ártico; y en 2040 en el resto del mundo.

En 2016, entró en vigor la Enmienda Kigali al Protocolo de Montreal para exigir “la reducción progresiva de la producción y la utilización de algunos hidrofluorocarbonos (HFC)”.

Aunque los HFC no son responsables directos del agotamiento del ozono, sí son gases de efecto invernadero, por lo que la enmienda debería ayudar a evitar entre 0,3 y 0,5 °C de calentamiento global de aquí a 2100, de acuerdo con el Grupo de Evaluación Científica en su décimo informe.

El planeta sería más caliente sin la capa

Las conclusiones divulgadas en enero de 2023 coinciden en parte con un estudio (por simulación) llevado a cabo por la Universidad de Lancaster, la NASA y otras instituciones, publicado en Nature en 2021, que reveló cómo el proteger la capa de ozono —con la implementación del Protocolo de Montreal– ha evitado que el planeta se caliente unos 0,85 °C.

Para demostrarlo, el equipo usó modelos que simularon dos escenarios hipotéticos: el mundo proyectado y el mundo evitado.

Según los resultados, “el mundo proyectado es similar al camino en el que estamos actualmente”.

Pero en los modelos del mundo evitado, “una capa de ozono empobrecida permitiría que la radiación ultravioleta (UV) más dañina llegara a la superficie, inhibiendo a las plantas de almacenar carbono en sus tejidos y en el suelo. Como resultado, se estima que los niveles de CO2 atmosférico serían un 30% más altos de lo que probablemente serían bajo la trayectoria actual de la Tierra. En consecuencia, la Tierra probablemente sería 0,85 °C más caliente en ese escenario”.

En alerta por la inyección de aerosoles (SAI)

La inyección de aerosoles en la estratosfera (SAI, en inglés) ha sido propuesta como un método para reducir la cantidad de luz solar que llega al planeta y así reducir el cambio climático.

Sin embargo, el Grupo de Evaluación Científica ya ha analizado los posibles efectos de la SAI y ha advertido las “consecuencias imprevistas”: afectación de las temperaturas globales y la destrucción del ozono en la estratosfera.

La capa de ozono protege al planeta de la peligrosa radiación ultravioleta de tipo C y la mayor parte de la tipo B, entrando al planeta solo la de tipo A (la menos energética).

Sin esa protección, la vida en la Tierra sería distinta… o no la habría: la radiación solar puede dañar las células vivas y su material genético, es decir, modificar nuestro ADN.

Periodista. Atraída por contar historias de ciencia y ambiente. Miembro de la tercera cohorte de la Red de Periodistas Climáticos de la Universidad de Oxford y el Reuters Institute.