Venezuela, el diálogo, el revocatorio y los presos políticos siguen estando en la agenda internacional. Nada más el pasado fin de semana, el secretario general del Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin; el canciller brasileño, José Serra; y el exjefe de Gobierno español, Felipe González, se pronunciaron sobre el caso venezolano. Sin embargo, a pesar de las presiones internacionales y las visitas de mediadores, los especialistas se muestran escépticos frente al diálogo.
“Yo no creo mucho en esa mediación“, señaló la internacionalista Giovanna De Michele. De acuerdo con la experta, el proceso ha estado lleno de obstáculos y, hasta los momentos, no ha arrojado ningún resultado. “Más bien vemos una disminución de las periodicidad de visitas de los actores”, apuntó.
La última visita del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero fue durante la segunda mitad de julio. Desde entonces, no ha habido disposición entre las partes para sentarse a la mesa a discutir. “Parece ser que los actores (Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández) se percataron de que no gozan de reconocimiento por parte de un sector importante de la población. También de que no están dadas las condiciones”, indicó.
Para el politólogo Luis Salamanca es muy difícil que el Gobierno adopte el diálogo como parte de su política y considera que es una medida a la que han acudido únicamente cuando se ha visto comprometida la gobernabilidad. “Las veces que Chávez y Maduro han acudido al diálogo es porque han estado en crisis, porque han querido mejorar su imagen y distraer a la ciudadanía”, dijo.
Añadió que al momento de hacer la invitación, el Gobierno también aprovecha para descalificar a su contraparte. También para tildarla de “violenta” o acusarla de no estar dispuesta a dialogar.
El ex jefe del Gobierno español González también duda de la capacidad de diálogo de quienes detentan el poder. El pasado lunes, 15 de agosto, dijo durante una entrevista transmitida por Circuito Éxitos que no solo el revocatorio es necesario para que en Venezuela gobierne un régimen democrático, sino también son indispensables las elecciones regionales y la liberación de los presos políticos.
“Si queremos mantener el poder civil, tiene que haber elecciones de acuerdo con los plazos previstos. Debe respetarse el revocatorio, no alargar los plazos, y poner en libertad a los presos políticos. Si Maduro no quiere, es que no quiere diálogo”, dijo González. Sobre la negativa del chavismo para convocar a los comicios, Salamanca afirmó que el Gobierno está “corriendo la arruga” y que le teme a las elecciones porque “siente que la vía electoral se está agotando”.
Otros actores internacionales, entre ellos el canciller brasileño José Serra, también llaman a que se celebre el referendo revocatorio este 2016. “Si es el año que viene, asumiría alguien que el presidente actual, Nicolás Maduro, nombraría; lo cual no me parece que sea una conducta democrática”, expresó el pasado domingo, 14 de agosto.
Desde el Vaticano también se elevan plegarias para que se respeten los tiempos establecidos en la normativa. “Sabemos que Venezuela se debate y atraviesa por difíciles situaciones sociales, políticas y económicas, que están produciendo gran sufrimiento en la población”, dijo el cardenal Parolin durante una misa con ocasión del 36° Campamento de los Jóvenes en el Santuario de San Gabriel, en la localidad italiana del Aquila.
Sin embargo, a pesar de estar presente en la agenda internacional, la presión de la comunidad es más de carácter moral. “(Este tipo de declaraciones) no tienen ningún efecto vinculante ni generan una obligación concreta para el Gobierno“, explicó la internacionalista Giovanna De Michele, “sube el volumen a la crítica sobre la situación que hay en Venezuela“.
La presión por el diálogo no solo viene de parte de los actores internacionales, también dentro de las mismas filas de la oposición. El pasado jueves, 11 de agosto, el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Enrique Márquez, dijo haber recomendado a Henry Ramos Allup hablar con el Presidente. Sobre estas declaraciones, Salamanca advirtió que Nicolás Maduro busca dividir a la oposición al invitar al presidente de la AN.
Añadió que el mandatario nacional no debe personalizar el diálogo en un solo líder, sino extenderlo a toda la Mesa de la Unidad Democrática. “El Gobierno es el que más necesita el oxígeno del diálogo; pero hace una propuesta insincera y no está dispuesto a aceptar condiciones“, indicó, “¿qué espacio es más natural para ello que el Parlamento? Ahí la oposición dialoga, pero el chavismo ha desconocido a la Asamblea Nacional“.