El etíope Feyisa Lilesa, quien obtuvo medalla de plata en la maratón olímpica el último día de Río de Janeiro, sigue en Brasil. El atleta no se ha ido de la ciudad anfitriona y asegura que no quiere regresar a su país, porque está en riesgo su vida.

Lilesa corrió la maratón el 21 de agosto bajo el cielo gris que adornaba Río. Iba segundo, detrás del keniata Eliud Kipchoge, y delante del estadounidense Galen Rupp. De vez en cuando, el etíope volteaba para confirmar su ventaja, se acercaba al final de la carrera y pensaba en aquella conversación que tuvo con su familia la noche anterior a la competencia, cuando le dijo a su hermana que al cruzar la meta alzaría sus brazos y los cruzaría en equis, repitiendo la señal que hace su etnia para mostrar rechazo al Gobierno de su país cada vez que hay protesta en sus calles.

“Fue una protesta, porque en Etiopía los oromo somos reprimidos por el Gobierno. Nos matan y nos encarcelan, somos sospechosos por el simple hecho de ser oromo. Tengo parientes presos y llevaré la protesta de mi gente allí adonde vaya”, dijo Lilesa al finalizar la maratón en Río de Janeiro.

feyisa lilesa

El maratonista dijo saber que el gesto le haría imposible su vuelta a Etiopía y que, si volvía, quizás no llegaría a casa sino a una prisión o quizás…sencillamente no llegue. “Si vuelvo, sé que podrían encarcelarme o incluso matarme, es algo que ya he discutido con mi familia. Pero yo represento a mi pueblo y creo que debo dar a conocer lo que nos pasa”, sentenció.

Pero ¿qué significa este gesto? ¿Por qué Lilesa utilizó el escenario olímpico para expresarse en contra de su gobierno? ¿Qué pasa en Etiopía?

Lilesa, como lo señaló entonces a los medios, es miembro de la etnia Oromo,  asentada principalmente en Etiopía, pero con presencia significativa también en Kenia, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos. Oromo, en su lengua original, significa “La Poderosa” y es un grupo étnico que cuenta con más de 25 millones de personas en el país de origen del medallista olímpico y desde hace casi un año está enfrentado al Gobierno central de la nación.

El principal asentamiento de la etnia en Etiopía está en la región de Oromía, la más grande del país. Desde noviembre de 2015, los habitantes ésta y otras regiones, han protestado de forma constante, luego de que el gobierno aprobara un plan urbanístico que busca expandir Addis Abeba, capital del país africano, lo que implicaría el desalojo de miles de personas y pone en riesgo los cultivos de las zonas cercanas a la capital del país.

Además de oponerse a la expansión urbana, existe un movimiento independentista oromo, el cual busca convertir su región en un estado soberano y separarse de Etiopía desde hace más de 20 años. Perder un espacio de más de 330.000 kilómetros cuadrados, es una idea inaceptable para el presidente Mulatu Teshome y su primer ministro Haile Mariam Desalegne.

De acuerdo a reportes de Human Rights Watch y de Amnistía Internacional, las fuerzas de seguridad del país han asesinado a más de 400 oromos entre noviembre de 2015 y agosto de 2016, por lo que los pobladores de la Oromía denuncian una “persecución sistemática por parte del Gobierno” en contra de todos aquellos que buscan protestar.

Ante este panorama, Lilesa tiene fundados temores sobre su vida y es por ello que ha decidido quedarse en Brasil, al menos mientras cuenta con la visa emitida para los JJOO que le otorga unos 70 días más de estadía. Así podrá usar este plazo para gestionar solicitudes de asilo y evitar tener que volver a su país, donde –asegura- le esperarían represalias, ya que no cree en la declaración que hiciera el Gobierno sobre su caso, tras prometer que no realizará ninguna acción en contra suya o de su familia.

“A pesar de que está prohibido expresar una postura política en los Juegos Olímpicos, el atleta tendrá una bienvenida junto los otros miembros del equipo olímpico de Etiopía”, aseguró Getachew Reda, portavoz oficial del gobierno etíope antes de que aterrizara el avión con la delegación, que ya está en su terruño. GoFundme Lillesa

La historia de Lilesa ha traspasado fronteras y conmovido a muchas personas. De hecho, el mismo domingo 21 de agosto, una organización en California (EEUU) inició una campaña por internet para recaudar fondos a favor de la causa del maratonista, y si bien en la primera hora ya había alcanzado los 10 mil dólares de la meta original, ya en su tercer día acumula más de 136 mil dólares, para que el atleta pueda cubrir los trámites de solicitud de asilo en el país que decida, para él y su familia –esposa y dos hijos- que aún está en tierra etíope.

Feyisa Lilesa, quien todavía no ha decidido cuál será su próximo lugar de residencia, sin duda ha escrito una nueva página en la historia de los Juegos Olímpicos al trascender la propia competencia deportiva, tal como en su momento lo hicieron con sus expresiones políticas durante sus participaciones Jesse Owens, Nadia Comaneci, Tommie Smith y John Carlos, entre otros.

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