Tan devastadora fue su muerte como triste su sepelio. El cuerpo de Royer Augusto Machado Machado, de apenas 18 meses de edad, pudo ser enterrado en el Cementerio El Edén porque el consejo comunal del barrio Las Trinitarias, en Maracaibo, donde vivía con su mamá y sus seis hermanitos, donó cemento y bloques para que sus restos mortales recibieran cristiana sepultura.

De acuerdo con la versión policial, la causa de la muerte fue una desnutrición severa. El niño tenía tres días sin comer. La noticia la publicó el diario marabino La Verdad, que también detalló que la madre de Royer se desempeñaba como empleada doméstica, pero quedó desempleada. Cuando murió su hijo menor, solo tenía Bs. 60: no le alcanzaba ni para salir del barrio a buscar dónde trabajar. El mayor de los hijos tiene 10 años.

Los últimos días de Royer los pasó durmiendo y tomando agua, que la madre le daba para intentar mitigar su llanto. Cuando el bebé lloraba, la madre lo mecía hasta dormirlo. Cada vez que despertaba, repetía la rutina hasta la madrugada del sábado, cuando Royer dejó de respirar.

“Aquí, en el sector 5, hay otros casos de niños que están graves y, si no los atendemos, se pueden morir“, dijo Yaritza Fleitas, del consejo comunal que corrió con los gastos funerarios.  “La mamá (de Royer) tiene una situación bastante crítica. El consejo comunal la puede ayudar, pero no va a poder resolver. Eso tiene que tener ayuda del Gobierno“, agregó Fleitas.

Explicó que ellos suelen ser los encargados de ayudar a la gente de bajos recursos de la comunidad para que puedan enterrar a sus seres queridos. “Aquí mensualmente se mueren como siete u ocho, y nosotros ayudamos con unos seis. Aquí hay mucha gente de bajos recursos”, comentó.

Por denuncias anteriores de violencia intrafamiliar, la policía creía que este era un caso más. La madre pasó todo el sábado en un interrogatorio en el Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), que también revisó a los demás niños para conseguir evidencias, pero no: solo tenían hambre.

Aunque la entristece profundamente, Fleitas admite que no es el único caso de pobreza agravada en la zona. “Tenemos muchos casos de pobreza extrema. Esto da ganas de llorar, ver cómo la gente está pasando tantas necesidades… todos estamos pasando, pero al menos uno tiene como medio resolver. Y cuando es un niño, es aún más doloroso”.

Las Trinitarias es uno de los barrios más peligrosos de Maracaibo. Tiene siete sectores; los Machado viven en la avenida 84D del sector 2. En la zona, donde habitan más de 2 mil familias, no hay suministro regular de agua ni de gas. Tampoco tienen aseo urbano. “Si no tienen para comprar el agua, las familias tienen que caminar cerca de 1 hora a una toma de agua ilegal en los barrios aledaños”, explicó Jessika Ferrer, periodista de La Verdad.

Para conseguir alimentos, dependen de las bolsas de Mercal que les entregan, porque “aquí ni el Clap ha llegado“, dijo Fleitas. Sin embargo, no pueden fiarse de las bolsas: este miércoles 24 de agosto les llegó una, pero no llegaba hace más de un mes. A veces llega, pero no alcanza para todos.

Foto: La Verdad

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