Durante la apertura de un congreso nacional de docentes bolivarianos, el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, aseguró que se plantea para el próximo año escolar el «fortalecimiento del sistema educativo» del país, poniendo en el centro a los maestros y la identidad cultural del país.
El titular del despacho educativo afirmó que para este próximo periodo 2025-2026 se buscará abordar desde la falta de continuidad en el calendario escolar hasta la necesidad de formar docentes que respondan a las realidades nacionales. El ministro fue tajante al exigir un calendario escolar que respete los 200 días de clases establecidos por la ley para los estudiantes.
«Así como por ley se exigen 60 días de vacaciones, también esa misma ley impone 200 días de clases para los alumnos«, indicó Rodríguez, a la vez que criticó las interrupciones por feriados, carnavales o eventos que fragmentan el tiempo lectivo, así como el llamado “horario mosaico”.
“Estamos peleando por el tiempo escolar, por el derecho de nuestros maestros a enseñar todo el contenido”, afirmó, proponiendo un ciclo que se inicie en septiembre y culmine en julio íntegro para garantizar continuidad.
Cifras «alarmistas»
El discurso también desmintió cifras que él calificó como «alarmistas» sobre una escasez de 250.000 maestros en el país.
«La nómina nacional tiene medio millón de docentes en la nómina nacional. No se entiende por ello el déficit en algunas escuelas. No tiene sentido que tengamos el doble de maestros de los necesarios y sigamos con problemas”, dijo, abogando por reubicar a los educadores que ocupan roles administrativos para que regresen a las aulas.
Además, anunció auditorías para optimizar recursos y mejorar las condiciones laborales de los maestros.
En un llamado a las universidades, el ministro criticó la desconexión entre los programas de formación docente y las necesidades del sistema educativo. Recordó que en los años 80 se priorizó la formación de maestros integrales en detrimento de especialistas, lo que creó un desbalance.
“Tenemos que alinear las universidades con lo que el país necesita”, afirmó, destacando el aumento de estudiantes en carreras pedagógicas en instituciones como la Universidad Bolivariana y la Misión Sucre.
El congreso, señaló, es una oportunidad para definir metas a corto y largo plazo, con un horizonte de 10 años para construir una educación pública que sea “la mejor del país”. Entre los retos inmediatos, destacó eliminar el horario mosaico, fortalecer la autoridad democrática en las escuelas y acompañar a los 7 millones de estudiantes del sistema público, especialmente a los más vulnerables, para evitar el abandono escolar.
También, llamó a consolidar un sistema educativo inclusivo, que valore a los maestros y responda a las necesidades de una sociedad que, según él, «aspira a una democracia participativa» y no a elegir “entre un patriota y alguien de la CIA cada cinco años”.