A través de un video, la abogada disidente del chavismo y exconstituyente (2017) María Alejandra Díaz confirmó su llegada a Bogotá, tras permanecer siete meses refugiada en la embajada de Colombia en Caracas, al alegar persecución política por parte de la administración de Nicolás Maduro.
Diaz no aclaró si Miraflores le otorgó un “salvoconducto” como lo había solicitado, pero sí mencionó que salió “bajo protección diplomática” hacia el país vecino, algo permitido por las autoridades venezolanas. Hace casi una semana se produjo la excarcelación de otra militante de izquierda y defensora de derechos humanos, Martha Lía Grajales, luego de permanecer cinco días detenida.
Para politólogos consultados por Efecto Cocuyo, los pronunciamientos nacionales e internacionales de organizaciones de izquierda que tradicionalmente han simpatizado con los gobiernos chavistas influyeron en las decisiones tomadas en ambos casos, aunque Grajales con medidas cautelares, ha sido silenciada y la abogada se vio obligada abandonar Venezuela, dejando atrás a sus hijos y otros familiares.
¿Por qué recula el chavismo?
“Para el chavismo es imposible maquillar la persecución a dos activistas (Grajales y Díaz) de izquierda que públicamente apoyaban a la llamada revolución. La presión internacional de los aliados de izquierda los hizo recular y prueba que le importa la presión internacional, aunque no lo parezca”, señaló el politólogo Enderson Sequera.
Sostuvo que en momentos en que la administración de Maduro se ve presionada por las últimas medidas tomadas por Estados Unidos, entre ellas el aumento de la recompensa por Maduro a 50 millones de dólares y el despliegue militar en el Mar Caribe, le interesa la “solidaridad” de gobiernos latinoamericanos y movimientos de izquierda contra lo que ha denominado un nuevo “ataque del imperialismo”.
“El caso de ambas activistas revela un patrón: la diplomacia del chavismo buscando recuperar legitimidad con sus aliados naturales de la izquierda en el continente. Especialmente, Lula (presidente de Brasil) y Petro (Colombia) quienes, en sus estilos, han sido críticos con el proceso del 28 de julio (presidenciales)”, agregó Sequera.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, también confirmó la llegada de Díaz a suelo neogranadino y advirtió: “Colombia es un país que garantiza el asilo político. Esperamos el retorno de todos los colombianos detenidos en Venezuela”, escribió en su cuenta de la red social X.
Días antes, la Cancillería colombiana había confirmado la permanencia de la abogada en la embajada en Caracas desde el mes de enero y mencionó que el salvoconducto no era necesario porque Diaz podía salir del país – según lo comunicado por las autoridades venezolanas- siempre y cuando la exconstituyente no tuviera un proceso judicial abierto.
“La detención de Martha Lía Grajales y la persecución a María Alejandra Diaz se da en un contexto de escalada del madurismo contra la izquierda disidente. Esta situación generó comunicados y movilizaciones por parte de la izquierda, especialmente la latinoamericana, criticando al gobierno venezolano con el que suelen tener una posición solidaria o no suelen ser tan críticos cuando la persecución es contra opositores o figuras ligadas a María Corina Machado”, expresó el politólogo Tony Frangie Mawad.

También hubo “presión interna”
Mawad coincide en que a Miraflores le conviene tener de su lado, o al menos evitarse las críticas de movimientos que mueven redes de comunicación internacional para hacer valer su posición o sus demandas, con influencia en gobiernos de izquierda y organizaciones internacionales.
“Es un tema que Miraflores recalibra, además de posiciones personales y cercanas que pueden tener estos militantes de izquierda internacional u organizaciones con dirigentes del Psuv (Partido Socialista Unido de Venezuela), lo cual también genera un tipo de presión interna. Le interesa no romper o dañar los lazos con dirigentes u organizaciones de izquierda que luego le pueden ser útiles”, agregó.

En el mensaje audiovisual ofrecido por María Alejandra Díaz, la jurista agradece a Petro, a la Cancillería colombiana y al embajador de ese país en Venezuela, Milton Rengifo, y a su esposa por su “simpatía”, “protección humana y calidez”. También a “héroes anónimos”, cuya identidad no puede revelar por seguridad de dichas personas. Pidió comprensión por el silencio que en lo adelante debía hacer para replantearse nuevos objetivos”, siempre pensando en Venezuela.
“El mensaje a los migrantes, hoy que me toca toca ser migrante forzada, donde estemos, nos convirtamos en semillas de luz. Agradezco a los héroes anónimos, por decenas que colaboraron con nosotros y a los que no estuvieron porque es un aprendizaje (…) puedo decir que estoy a salvo”, dijo en compañía de su madre.
Díaz, con el apoyo del Partido Comunista de Venezuela (PCV), introdujo un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para que ordenara al Poder Electoral publicar los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en detalle y se aclarara quién ganó los comicios.
El TSJ no sólo negó el recurso sino que multó a la abogada, la suspendió del ejercicio profesional y ordenó al Colegio de Abogados de Caracas un proceso disciplinario en su contra. La exconstituyente también ha denunciado hostigamiento contra su familia.
En días previos, a propósito de la detención de Grajales, quien ha acompañado las protestas de las madres de los presos políticos, tanto Maduro como el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, fustigaron a una “falsa izquierda” que se presta para “conspirar” contra el gobierno. Rodríguez la equiparo con el “fascismo”, el cual, recalcó, debe ser “extirpado de cualquier cuerpo o movimiento social”.