En los alrededores del Capitolio, en pleno centro de la ciudad, el ambiente era de aparente normalidad, salvo por la movilización de un grupo de milicianos que se concentraba cerca de la puerta oeste de la Asamblea Nacional. La rutina continuaba puertas afuera.

Dentro del Palacio Legislativo los pasillos estaban desiertos. El presidente del Parlamento Julio Borges y la segunda vicepresidenta Dennis Fernández, se reunían de emergencia con un grupo de diputados y asesores para definir la respuesta institucional que darían a la sentencia N° 156 del máximo tribunal.

La prensa nacional e internacional esperaba impaciente la primera reacción de Borges que declaró a las 12:00 del día y con un gesto desafió al Poder Judicial: tomó la sentencia, la rompió hasta hacerla añicos, y la lanzó al suelo.

Esto es simplemente basura de quienes han secuestrado la Constitución y de quienes han secuestrado los derechos y las libertades del pueblo”, sentenció Borges.

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El presidente de la AN apeló a la conciencia de la Fuerza Armada Nacional, varias veces en su discurso, a la que instó a defender la Constitución, pero también envió un mensaje a los diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).

“Estoy seguro que los propios diputados del Psuv deben sentir vergüenza. Ellos mismos no comparten ni el caos ni la destrucción ni el hambre. Ellos se han convertido en rehenes también (…) Dentro del Psuv hay mucho descontento y aquí lo han manifestado”, afirmó.

La posible toma física del Palacio Federal es un escenario que maneja la oposición, aunque Borges no precisó cuál sería la acción a tomar si se concreta. Y frente a la posibilidad de que el oficialismo reviva el Congreso de la Patria, instancia creada por el Ejecutivo como una Asamblea paralela, el parlamentario señaló: “Aquí solo hay una sola Asamblea Nacional”.

Las llamadas de diferentes delegaciones diplomáticas saturaron el celular de Borges –según dijo él mismo- esta mañana. Eran muestras de apoyo y disposición a “presionar” al Gobierno de (Nicolás) Maduro para la convocatoria de elecciones en el país.

Los diputados, todos serios, denunciaban ante las cámaras la ruptura del hilo constitucional y declaraban su desobediencia al TSJ. “La sentencia no acaba con las luchas políticas”, decía Miguel Pizarro; “presentaremos ante la Unión Interparlamentaria Mundial las agresiones que hemos sufrido”, manifestaba Dinorah Figuera; “Maduro pretende ejecutar un “fujimorazo” en Venezuela”, denunciaba Juan Miguel Matheus; “no respetaremos ninguna decisión que vaya contra la Constitución”, concluía María Beatriz Martínez.

Antes de reunirse nuevamente a su oficina, Borges le dijo a la prensa que esperara unos minutos en los jardines porque se produciría otro anuncio. A los pocos minutos, salía del Palacio, en su transporte oficial, una comisión de diputados que acudiría a la sede del máximo tribunal a protestar en contra de la sentencia N° 156. Un cometido que no lograrían porque serían sacados a la fuerza por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana.

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Fotos: Asamblea Nacional.

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