Antes de las 7:00 a.m. del viernes Juan Carlos Peñaloza salió de su casa en el municipio Naguanagua, al norte del estado Carabobo. Lo hizo sorteando barricadas ubicadas en cada esquina de las urbanizaciones de la localidad. Llevaba en su carro cuatro botellones de agua potable vacíos. Recorrió tres locales para llenarlos y no tuvo suerte, estaban cerrados. Un vecino que le dijo dónde podía conseguir. Siguió sus instrucciones y llegó. Pero no fue tan fácil, tuvo que hacer más de tres horas de cola para poder concretar su compra.
De regreso no halló dónde abastecerse de algo de comida. Todo estaba cerrado, o saqueado. Seis supermercados menos hay en ese municipio desde que el martes 2 de mayo en la tarde se inició una escalada de hechos vandálicos. Han sido 72 horas de tensión y violencia que convirtieron las calles de la Gran Valencia en una postal después de la batalla. Solo unas cuantas personas se atreven a salir, para hacer largas colas por algo de comida, mientras que grupos armados se aprovechan para actuar libremente.
107 negocios afectados
No hay números concretos de empresas que han sido afectadas en la región. Varía conforme pasan las horas. El miércoles la Cámara de Comercio de Valencia dio un reporte de 48 establecimientos afectados. Un primer balance de Fedecámaras, la mañana del jueves 4 de mayo, indicaba que se trataba de más de 70 entre comercios y pequeñas y medianas industrias, con una grave afectación laboral que puso en riesgo más de cuatro mil empleos. “Las empresas saqueadas y desvalijadas no se podrán recuperar en medio de una severa crisis económica”, aseguró Damiano Del Vescovo, presidente de la institución gremial. Y la mañana del viernes el número había cambiado a 107.
Los robos no han sido por hambre, como se ha intentado justificar. Mueblerías, tiendas de ropa, de electrodomésticos, zapaterías. licorerías, tiendas de repuestos y ferreterías han sido saqueadas. Desde la Cámara de Industriales se alertó de cuatro casos emblemáticos: la planta Mocasa, (procesadora de harina de trigo y pastas); Souto (beneficiadora de pollos); y el centro de distribución de Cervecería Polar en La Guacamaya, además de la sucursal de una compañía de cerámica ubicada en la avenida Lisandro Alvarado, al sur de Valencia.
Otra empresa que padeció la anarquía fue la Granja la Lucha, ubicada en el municipio Libertador, que consta de 12 galpones de pollos y seis de cría de cochinos. En total fueron saqueados cerca de un millón y medio de pollos. Más de 500 efectivos de la GNB llegaron al lugar para reprimir pero ya era demasiado tarde.
Comerciantes se van del país
Jimmy Zen tenía la mirada perdida. No podía mantener la vista fija en los estantes vacíos y destruidos de su negocio. Se llevaron todo de su confitería tras violentar las santamarías. Él no sabe qué responder al cálculo de la pérdida económica mientras personas que caminan por el lugar aún revisan entre lo poco que quedó tirado frente al establecimiento, ubicado en la avenida Universidad de Naguanagua, una de las zonas más afectadas por estos hechos delictivos.
El comerciante hace memoria y mira a los lados. Se percata de que no están las máquinas fiscales de facturación. Las neveras también se las llevaron. “Más de 40 millones de bolívares”, reflexiona. El seguro del negocio no le servirá de nada, el monto que le pagarán está devaluado. Así que Zen solo tiene una opción: “Me iré del país, aquí ya no se puede invertir”.
En la avenida Lisandro Alvarado, al sur de Valencia, no hay comerciantes viendo a lo lejos. Simplemente no están. Solo se ve a algunas personas que fueron contratadas para reforzar las santamarías con cabillas, y que se esconden rápidamente al escuchar que una moto se acerca. Son quienes transitan sobre dos ruedas los dueños de las calles carabobeñas en estos días. Recorren las zonas comerciales en grupos, y van hasta tres hombres montados en una misma moto.
Una vez cumplido el objetivo de desvalijar los negocios, el foco de estos grupos ha sido otro: las residencias. En las noches, la tensión invade las comunidades del estado. Estos grupos ha violentado la propiedad privada para robar en hogares. Los vecinos se han organizado. Arman grandes barricadas para evitar que puedan ingresar en sus calles.
José Ortiz salió tarde de la oficina la noche del jueves. El transporte de la empresa para la que trabaja no pudo dejarlo en la puerta del edificio donde vive. Rejas, escombros, troncos de árboles e incluso tuberías rotas se lo impidieron. José se bajó nervioso. Se escucharon silbidos y se encendieron faros en las azoteas. José enseñó las llaves como muestra de que reside en la zona y evitó correr. Lo reconocieron y pudo llegar sin problemas. Así le ha cambiado la vida a los carabobeños.
Transitar por la Autopista del Sur, que conecta Valencia con el Campo de Carabobo y San Carlos, se ha vuelto un gran riesgo. Tres alcabalas improvisadas han sido colocadas a lo largo de ese tramo de 11 kilómetros desde el distribuidor San Blas hasta el mercado de Mayoristas de Tocuyito. Pero no hay ningún uniformado en ellas. Son civiles. Motorizados. “Piden dinero y revisan rápido el carro y se roban teléfonos y lo que ellos quieran”, relató Gregorio Navas.
Plan Zamora produce temor
Temor. En eso se ha traducido la activación del Plan Zamora en el estado Carabobo. el anuncio fue hecho a través de la cuenta en Twitter de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) la tarde del miércoles 3 de mayo. Ya desde la mañana de ese día, la represión de los uniformados se había intensificado con las detonaciones de bombas lacrimógenas y perdigones directamente al cuerpo de manifestantes y periodistas en la Autopista del Este.
En las noches se despliegan en 50 motos comisiones mixtas de la GNB, la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). En las comunidades sienten miedo cuando los ven. El primer balance dado por el Mayor General Antonio José Benavides Torres, comandante general de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), fue de 43 detenidos hasta el mediodía del jueves que están siendo juzgados en un tribunal militar instalado en el Core 2.
La tarde de este viernes se realizó un procedimiento del Plan Zamora con el (Cicpc), Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) y GNB en el sector Bella Florida al sur de Valencia, donde hubo tres días de anarquía y saqueos de empresas como Mocasa (Pastas Allegrí) y Polar ubicada en la Zona Industrial de La Guacamaya, que fueron desvalijadas su totalidad. Los funcionarios verificaron antecedentes penales de más de cien personas entre motorizados y habitantes de varias invasiones de la zona. Se desconoce si hubo detenidos.