Voy a comenzar por el veredicto: Armando Cabrera es inocente. ¿Cómo lo sé? Lo sé porque, a diferencia de lo que a todas luces es un pésimo trabajo periodístico, y que se ha propagado por la estúpida cultura amarillista de las redes sociales (incluyendo, con el dolor del alma, a muchos amigos) yo sí he […]
