Si tienes poco tiempo te lo contamos en 30 segundos:
- Agustín Laje es un politólogo argentino conocido por difundir desinformación, especialmente en temas como los derechos de la comunidad LGBTIQ+ y lo que él denomina «ideología de género» y «globalismo».
- Utiliza principalmente redes sociales como YouTube, X, Instagram y TikTok para propagar sus ideas conservadoras y controvertidas, aunque otros verificadores de datos han desmentido sus afirmaciones.
- Ha forjado alianzas con figuras y organizaciones ultraconservadoras en Latinoamérica y a nivel global, incluyendo al presidente argentino Javier Milei y el partido español Vox, con el fin de promover su «batalla cultural» contra el progresismo.
La desinformación no es exclusiva de derechas o izquierdas políticas. Es un fenómeno que se promueve en muchos casos por intereses personales o ideológicos con el fin de influir en la opinión pública y manipular a las personas para cumplir objetivos, como lo avalan informes y estudios de organizaciones dedicadas a la verificación de hechos y al análisis.
Es tan preocupante los efectos que puede tener la desinformación que hasta las Naciones Unidas han advertido sobre este fenómeno y en 2021 el organismo internacional emitió en una resolución en la que señala que todos los tipos de desinformación pueden “afectar negativamente el disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, que también son utilizados para desinformar, como se explica en esta nota.
El mundo y nuestra región no escapan de la desinformación, que se difunde sin cortapisas por todas las redes sociales acumulando millones de impresiones y visualizaciones, gracias a figuras públicas que muchas veces difunden e impulsan estos contenidos sin verificar y otras que lo hacen con toda la intención, como es el caso de Agustín Laje, politólogo y escritor argentino que no pasa desapercibido en el panorama mediático latinoamericano y es ampliamente reconocido por sus posturas férreas y controvertidas.
Entre sus puntos de vista más notables se encuentran sus argumentos polémicos y sin sustento contra los derechos de la comunidad Lgbtiq+, sus posiciones antiderechos que abogan por la restricción de ciertas libertades y derechos civiles, así como su postura anti-vacunas, que lo sitúan en el centro de debates sobre salud pública y desinformación.
Aunque en nuestro chatbot, llamado la Tía del WhatsApp, una plataforma que habilitamos en Efecto Cocuyo para contrarrestar el fenómeno de la desinformación, que también puede ser utilizado en Telegram, no llegó petición alguna sobre algún tema referente a Laje, como unidad de verificación de datos de este medio de comunicación decidimos hacer un explicador para conocer quién es Laje y cómo sus narrativas desinformadores ocupan espacio en el panorama mediático regional.
Este chequeo es el resultado del apego riguroso a nuestra metodología de verificación, tras el análisis y contraste con las evidencias disponibles y no representa opiniones o juicios de valor, tal como lo establecemos en nuestra Política de Neutralidad y Apartidismo, en la que advertimos las limitaciones al ejercicio del periodismo en Venezuela. Así que te contamos los detalles.
¿Quién es Agustín Laje?
Agustín Laje nació el 16 de enero de 1989, en Córdoba, Argentina y es un politólogo, escritor y conferencista que se ha consolidado como una figura influyente en el pensamiento conservador en Latinoamérica, según señala su biografía en Wikipedia.
Laje ha centrado su trabajo en la crítica a la diversidad sexual, el feminismo moderno (o de tercera ola), el cambio cambio climático, el aborto y las corrientes progresistas, mediante sus redes sociales y medios de comunicación, donde emite sus argumentos y análisis, donde combina desinformación y discurso de odio, así como aseveración sin fundamento científico ni académico.
El escritor ha publicado varios libros, entre los que destacan “El libro negro de la Nueva Izquierda: Ideología de Género o Subversión Cultural», donde se hace critica del feminismo y a la presunta “ideología de género”, elementos que consideran herramientas del marxismo; «La batalla cultural: Reflexiones críticas para una nueva derecha» y el más reciente “Globalismo: Ingeniería social y control total en el siglo XXI”, que a su juicio busca establecer un control total sobre las personas, utilizando a su vez organizaciones internacionales sin “control democrático” y tecnologías de “vigilancia”, además de promover ideas que, a su juicio, buscan manipular la forma de pensar y así imponer una agenda que a su criterio pretende reducir la soberanía de los países.
Este último libro lo tiene promocionado y anclado en su perfil de la red social X, donde acumula 935 mil seguidores.
Agenda antiderechos
Laje ha viajado por distintos países de América Latina, como República Dominicana, Chile, Ecuador, México e incluso España y Estados Unidos invitado por diferentes medios de comunicación o a conferencias, como por ejemplo la Feria del Libro de Bogotá 2025, en Colombia, invitación que fue controversial, a “exponer” sus puntos de vistas y difundir sus narrativas estigmatizantes y antiderechos.
La red social donde es más exitoso el politólogo es la plataforma de vídeos YouTube, donde cuenta con 2,4 millones de suscriptores y en la que la mayoría de los titulares de sus videos son llamativos para captar rápidamente la atención de su audiencia: como por ejemplo “guerra contra la ideología de género”, “el peor enemigo del wokismo” y “la primera fake news contra el gobierno de Trump”, donde señala que Elon Musk no hizo un saludo nazi durante investidura del presidente de Estados Unidos.
En la cuenta de Instagram (que le ha sido cerrada en varias ocasiones) donde también difunde contenido para promover sus ideales, cuenta con 1.2 millones de seguidores, mientras que en redes como TikTok acumula 639 mil seguidores y en X, casi llega al millón.
Todo su contenido en esa red social va relacionado con sus ideales: sus posturas contra lo que llama “agenda woke”, que aunque es un término en inglés que está relacionado con estar despierto, jóvenes que se identifican como simpatizantes de la izquierda moderna lo utilizan para referirse a una persona que está consciente de temas sociales y políticos; pero quienes están en contra de las políticas progresistas o de la izquierda la utilizan en forma de insulto contra lo que ellos denominan “agenda progre”.
Por ejemplo, Laje cree que las leyes que respaldan el aborto son políticas violatorias de derechos humanos, como lo afirma aquí, confundiendo o manipulando el significado real de los mismos, y la única razón que justifica para que un médico realice esta practica es con el propósito de salvar a la mujer.
Por lo que incluso rechaza el aborto asistido para mujeres y niñas que fueron víctimas de violencia sexual como la violación o el acceso carnal violento, porque señala que este delito es un problema de políticas de seguridad mal ejecutadas de los gobiernos. Un discurso que además niega la existencia del feminicidio y la violencia machista, así como la necesidad de políticas públicas diferenciadas con enfoque de género.
Laje utiliza sus redes sociales para distribuir desinformación y discurso de odio sobre género y la comunidad Lgbtiq+, como por ejemplo este video en Instagram, donde llama a las mujeres trans como “hombres disfrazados de mujer” y señaló falsamente con imágenes de la boxeadora de Argelia, Imane Khelif, medalla de oro en las Olimpiadas de París 2024, que hasta “han sido integradas en categorías femeninas en los deportes”, dando respaldo a la desinformación que surgió cuando esta deportista ganó en segundos su competición y señalaron de manera falsa que era una mujer trans, aseveración que fue desmentida, ya que Khelif es una mujer cisgénero, es decir que nació biológicamente como mujer y se identifica como tal.
Su postura sobre lo que denomina “ideología de género”
La expresión «ideología de género» es un término que ha ganado visibilidad en el debate público, especialmente entre personas conservadoras e impulsada por partidos políticos y sectores conservadores, y que se utiliza para referirse de manera crítica a un conjunto de ideas relacionadas con el género y la sexualidad.
Los ideales de Laje están en contra de quienes afirma que el género es una construcción social y cultural, no determinada únicamente por el sexo biológico.
Los cuestionamientos de Laje sobre la «ideología de género» se centran en que esta es una estrategia de las «nuevas izquierdas» para imponer una agenda política y cultural, ya que considera que ha habido un cambio de paradigma de la «lucha de clases» a una «lucha de sexos».
Laje argumenta que la «ideología de género» consiste en negar las determinaciones biológicas del sexo. Para el politólogo el género deriva linealmente de la biología y, al haber solo dos sexos (mujer y hombre), solo debería existir una forma de ser hombre y de ser mujer, basándose en esta «esencia-biológica».
El escritor además critica que la «ideología de género» promueve una «deconstrucción masiva de identidades en partículas efímeras y siempre intercambiables» para la «batalla cultural». Se pregunta si alguien es más «abierto a la manipulación que aquel que no sabe ni siquiera quién es».
Laje sostiene que hombres y mujeres están destinados a desempeñar roles «diferentes» y «complementarios» debido a diferencias biológicas, psicológicas y sociales y considera que la «ideología de género» ve esta diferencia como una opresión o «desigualdad vertical», mientras que él aboga por una «desigualdad horizontal» donde se acepten las diferencias esenciales para lograr la igualdad de género.
Sin respaldo científico o académico
Un artículo publicado por las Naciones Unidas en 2013, señala que es fundamental tener en cuenta las diferencias entre estos conceptos para no contribuir a la desinformación, lo que podría llevar a leyes y hechos que violen los derechos humanos de las personas.
Por ejemplo, el artículo de la ONU señala que el sexo se refiere a las características biológicas y fisiológicas que distinguen a hombres y mujeres, es decir, las características genéticas, hormonales y anatómicas con las que una persona nace, mientras que la orientación sexual se refiere a la atracción emocional, romántica y/o sexual duradera de una persona hacia otras.
Puede ser hacia personas del mismo sexo (homosexual), del sexo opuesto (heterosexual), o de más de un sexo (bisexual, pansexual, etc.) y que la identidad de género es la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, que puede corresponder o no con el sexo asignado al nacer. Incluye la vivencia personal del cuerpo y otras expresiones de género como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.
Así mismo, desde una perspectiva académica y de derechos humanos, la mayoría de los estudios reconocidos y los organismos internacionales niegan la existencia de la «ideología de género» como un concepto académico o científico válido, argumentando que es un término creado con fines políticos para deslegitimar los avances en los derechos de las mujeres y las personas Lgbtq+.
De hecho organismos como la ONU y la OEA utilizan el concepto de «enfoque de género» para promover la igualdad y combatir la discriminación, sin referirse a una «ideología» como tal.
Estas expresiones realizadas por el politólogo, sin rigor ni sustento científico, y con confusiones de términos, se ven respaldadas por comentarios positivos por un gran número de seguidores que en sus redes sociales, lo que lleva a Laje a promocionar otras ideas como las que él llama “el globalismo”.
“El globalismo”
Otras de las teorías defendidas por Laje es la del «Globalismo«, tema central de su más reciente libro, en el que señala que no es solo un fenómeno económico, como la globalización, sino que lo presenta como un nuevo sistema político de control, en el que las organizaciones internacionales se han vuelto tan poderosas que actúan por encima de los países, quitándoles su soberanía.
Para Laje, el globalismo impone sus propias reglas y planes a nivel mundial, y los países deben “luchar” contra esto para proteger su independencia.
Ante esto un artículo del Cambridge University Press, denominado «Conspiracy theory, anti-globalism, and the Freedom Convoy: The Great Reset and conspiracist delegitimation (Teoría de la conspiración, antiglobalismo y el Convoy de la Libertad: El Gran Reinicio y la deslegitimación conspiracionista)», señala que hay una creciente vinculación entre las narrativas antiglobalistas y las teorías de la conspiración, ejemplificadas por movimientos como el «Freedom Convoy» y la popularización de ideas como «El Gran Reinicio».
La editorial de la Universidad de Cambridge señala que estas narrativas funcionan como una forma de «deslegitimación conspirativa», buscando desacreditar las instituciones internacionales y los esfuerzos de cooperación global al presentarlos como parte de un complot malintencionado por parte de supuestas élites, como lo señala Laje aquí.
La institución señala que el «globalismo» no es una amenaza real operativa por parte de élites en el sentido de un régimen de dominación, ya que la narrativa que lo postula como tal es una teoría de conspiración diseñada para generar desconfianza en el orden internacional y en la gobernanza global, teoría en la que se afinca Laje y otros difusores de teorías de conspiración como por ejemplo aquí.
Cambridge University Press señala que las instituciones internacionales son de vital importancia y que estas no funcionan como instrumentos de control, sino como plataformas importantes para la cooperación de los países.
Los aliados conservadores de Laje (y lo que persiguen)
Laje tejió una gran red de alianzas en la región que reúne a líderes políticos, intelectuales y organizaciones afines a lo que él llama «batalla cultural» contra el progresismo y lo que ellos consideran «ideologías de género».
El politólogo forjó alianzas significativas en Latinoamérica, principalmente en los ámbitos político y civil, donde la más destacada y estrecha relación es la que tiene con el presidente argentino Javier Milei, quien comparte algunas de las ideas que promueve el escritor.
Laje también colabora con movimientos y partidos ultraconservadores de la región, así como con una extensa red de organizaciones que defienden posturas calificadas como “provida” (anti-aborto o interrupción voluntaria del embarazo) y pro-familia tradicional (mamá y papá).
Redes internacionales para influenciar y engañar
A nivel global, las alianzas de Laje se extienden a un ecosistema de líderes y organizaciones que comparten una visión «antiglobalismo» y conservadora.
Participó en cumbres internacionales donde coincidió con figuras como el primer ministro húngaro Viktor Orbán, el líder de Vox en España, Santiago Abascal, y representantes de la ultraderecha alemana como Alice Weidel (AfD).
Entre sus roles clave se cuenta la presidencia de la Fundación Faro y su participación en el Consejo Asesor Internacional de la Fundación Disenso, vinculada al partido español Vox y que opera en varios países latinoamericanos, facilitando la coordinación de estrategias y la difusión de ideas entre figuras de la derecha extrema, incluyendo una estrategia transnacional para deslegitimar los resultados electorales en Latinoamérica y EEUU, como descubrió una investigación del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, también La Silla Vacía y Chequeado coordinaron reportajes con periodistas de varios países latinos que encontró a Laje como uno de los engranajes de redes de desinformación y narrativas de odio, contra las personas sexo diversas y sobre género.
Otros chequeadores
Colegas chequeadores en América Latina también han investigado sobre las narrativas propagadas por Laje, quien además ha afirmado falsamente que en Canadá existen sanciones severas por el uso de pronombres incorrectos, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) insta a los países a implementar políticas de género para reducir la población y en México desinformó sobre cómo se crea un partido político.
Chequeado en Argentina, identificó a Laje como uno de los creadores de contenido que utiliza plataformas como YouTube para difundir desinformación. Señalan que utiliza la plataforma para captar seguidores, propagar sus ideas y monetizar su contenido. En su investigación indicaron que el politólogo es cauteloso en YouTube para evitar penalizaciones, a menudo redirigiendo a su audiencia a otras plataformas con menos controles para el material más controvertido.
Chequeado también resaltó el uso de Laje del formato de «clips» en YouTube, que consiste en compilar fragmentos editados de sus intervenciones públicas o entrevistas con títulos llamativos para atraer visitas, y cómo promueve el uso de «Super Chats» en sus transmisiones en vivo, priorizando los mensajes pagados.
Más allá de la desinformación de género, Laje ha sido desmentido por falsedades en otros ámbitos, como la energía en Colombia, según un artículo de nuestros colegas de La Silla Vacía, el desinformador compartió erróneamente en un tuit que el «gas se estaba agotando» en el país, una declaración que luego borró. Esta información fue refutada, ya que la interrupción temporal del servicio se debió a un problema en un gasoducto y no a la falta de reservas, que Colombia tiene aseguradas por al menos 7,2 años más.
Conclusión
Basándonos en nuestra metodología de verificación, podemos señalar que el politólogo Agustín Laje desinforma de manera activa al difundir narrativas erróneas a través de redes sociales como YouTube, X, Instagram y TikTok, donde acumula millones de seguidores. Sus narrativas incluyen argumentos polémicos y no comprobados contra los derechos de la comunidad Lgbtiq+, posiciones antiderechos y teorías como la «ideología de género» y el «globalismo», las cuales carecen de rigor y son frecuentemente desmentidas por verificadores de datos.
Laje incluso ha compartido información falsa sobre temas específicos, como la supuesta escasez de gas en Colombia o sanciones severas por el uso de pronombres incorrectos en Canadá, o ha señalado que la ONU promueve la reducción de la natalidad, demostrando un patrón de difusión intencional de datos no comprobados o erróneos para influir en la opinión pública y promover lo que él llama «batalla cultural».
Ante la redifusión de contenido con el objetivo de desinformar, te invitamos a consultar a la Tía del WhatsApp, que también puedes contactar en Telegram, para verificar los contenidos antes de difundirlos.