La ciudad de Caracas está en cuarentena desde el pasado lunes 16 de marzo. Miranda, Vargas y la capital venezolana fueron las primeras zonas del país en quedar bajo confinamiento, debido a que concentraban la mayoría de los casos positivos de COVID-19.
Una semana después, el bullicio de Caracas da paso a calles y espacios vacíos o con pocas personas y mucho menos vehículos.


En el bulevar de Sabana Grande todos los negocios están cerrados. Apenas las farmacias prestan servicio y muy contados transeúntes caminan por el lugar.

La avenida Bolívar, una de las principales en Caracas, está casi vacía. Su tráfico está limitado a vehículos oficiales o a los que estén vinculados a los sectores de salud, alimentación, seguridad y comunicación.

Resulta casi imposible pensar en la avenida Urdaneta sin el constante tráfico y corneteo. Pero este lunes 23 de marzo la escena era justamente esa: una avenida en silencio.


Las pocas personas que se movilizan por las calles de la capital lo hacen con tapabocas, como está ordenado por las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro.


Para la tarde de este lunes 23 de marzo, Venezuela todavía sumaba la cantidad de 77 personas contagiadas con COVID-19. De esos 77 casos, 57 se concentran entre Vargas, Miranda y Caracas. En la noche, el número aumentó a 84 : tres en Barinas, dos en Aragua, uno en Miranda y uno en Caracas.