Venezuela comienza la Semana Santa 2023 con 13 nuevos casos de COVID-19, según informa este 3 de abril el ministro de Comunicación e Información del gobierno de Nicolás Maduro, Freddy Ñáñez.
El funcionario asegura que en las últimas 24 horas tales nuevos casos fueron ubicados en Miranda 6, Caracas 3, Zulia 3 y Nueva Esparta 1.
Añadió que no hubo registro de personas fallecidos por causa del coronavirus, por lo que Venezuela llega este lunes a un total de 552.442 casos confirmados, con 312 casos activos y 546.274 personas recuperadas, lo que representa el 99 % de los contagios.
El número de fallecidos se mantiene en 5.856, en 1.114 días de pandemia en Venezuela.
«Hasta la fecha tenemos 198 pacientes que se encuentran asintomáticos, 54 con Insuficiencia Respiratoria Aguda leve, 39 con Insuficiencia Respiratoria Aguda Moderada y 21 en la Unidad de Cuidados Intensivos», añadió Ñáñez.
Pese a esta baja incidencia de casos, las autoridades sanitarias insisten en las medidas de bioseguridad y la vacunación.
Recientemente, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico (SAGE) sobre inmunización de la OMS realizó una revisión de la hoja de ruta de la priorización del uso de las vacunas contra COVID-19, centrándose en la búsqueda de reflejar el impacto que provocó la variante ómicron, además del alto nivel de inmunidad de la población, debido a la infección y la vacunación.
La OPS a través de un comunicado menciona que, la hoja de ruta mantiene la prioridad de proteger a las poblaciones expuestas a un mayor riesgo de muerte y enfermedad grave a causa de la infección por SARS-CoV-2, y sigue destacando la necesidad de preservar la resiliencia de los sistemas de salud.
Así también, compara la relación costo-eficacia de vacunar contra COVID-19 a las personas en menor riesgo, es decir, niños y adolescentes sanos, con la de otras intervenciones de salud. Además, incluye recomendaciones revisadas sobre las dosis de refuerzo adicionales y acerca del intervalo de tiempo entre los refuerzos. También analiza el efecto actual de las vacunas, por lo que respecta a la reducción de las afecciones posteriores a COVID-19, pero las pruebas empíricas sobre el alcance de su impacto son inconsistentes.
La hoja de ruta revisada vuelve a enfatizar la importancia de vacunar, incluso con refuerzos adicionales, a quienes aún están en riesgo de enfermedad grave, que son principalmente adultos mayores y personas con afecciones subyacentes.