El diputado de la Asamblea Nacional, José Manuel Olivares, asegura este lunes 10 de agosto que las muertes por COVID-19 en Venezuela duplican la cifra oficial. Reporta que son 439 los decesos y no 223 como lo registra la administración de Nicolás Maduro.
“Es más del doble de lo que anuncia la dictadura que no reconoce la gravedad del asunto. En estos casos no hubo cómo luchar contra el virus porque no hubo una ambulancia, un ventilador, gasolina, una cama de terapia intensiva. No es que perdieron la batalla contra el virus es que ni siquiera pudieran luchar, no se les pudo atender”, denuncia el parlamentario desde el exilio, vía Zoom.
Indica que dicho subregistro lleva a que la tasa de letalidad del virus en Venezuela sea de 1,7%, mientras el promedio de América Latina oscila entre 3% y 6%.
“No es porque estemos mejor es porque hay un subregistro de infectados y de fallecidos”, repite. Asegura que la comisión que preside tuvo acceso a las historias clínicas de los fallecidos.
Tres médicos fallecidos por día
Olivares alerta además que son 58 las muertes entre el personal de salud venezolano, de las cuales 21 se produjeron en una semana. Afirma que hay profesionales en estado grave en el hospital Luis Razetti de Barcelona, en Anzoátegui.
“Fallecieron porque no tienen equipos de protección, no hay agua en los hospitales. Solo la última semana fallecieron 21 profesionales de la salud, con un lamentable promedio de tres por día”, expresa.
Olivares aludió a la entrega de equipos de protección al personal de salud la semana pasada, en la que participó el presidente interino Juan Guaidó, en el caso de algunos centros de salud de Caracas. Informa que se cubrieron 21 hospitales del país pero que queda mucho por hacer.
Decisión desacertada
El legislador, médico de profesión, reitera que una de las causas del subregistro son los pocos laboratorios autorizados para hacer pruebas PCR. Mientras en Venezuela solo hay dos, en Chile hay 113, en Colombia 106, en Argentina 81, en Ecuador 21 y en Perú 19, lo que eleva de manera importante la capacidad diagnóstica en dichas naciones.
“En Delta Amacuro hay 720 venezolanos que no tienen respuesta de sus pruebas PCR, tienen 20 días esperando, en Anzoátegui tienen 18 días esperando y en Caracas los resultados se pueden demorar de 10 a 12 días”, denuncia.
Cuestiona que mientras hay poca capacidad diagnóstica y hay un repunte sostenido de casos, Maduro improvisa con la medida de flexibilización (7+7), que califica de decisión desacertada, a la cuarentena radical. Advierte que ello hace más vulnerable a la población y al sistema de salud que no está en capacidad de atender demasiados casos de COVID-19.
“Maduro debe entender que no es la mentira, las decisiones populistas y el miedo a los organismos de seguridad que detendrá la pandemia, lo que lo detiene es la capacidad de detección con las PCR. Hay 26 laboratorios (entre públicos y privados) esperando autorización para hacer pruebas PCR”, dice.
Impacto en emergencias y terapia intensiva
La comisión presidencial designada por Guaidó, y que encabeza Olivares, realiza un monitoreo semanal de la capacidad en emergencias y salas de terapia intensiva en hospitales públicos del país ante el incremento de contagios. Señala que la ocupación general de ambas en el país alcanza 62% en las salas de urgencias y 61% en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
Sobre las salas de urgencia reporta que estados como Aragua, Anzoátegui y Delta Amacuro llegaron al 100% de ocupación. Le siguen de cerca Zulia, Apure, Barinas, Sucre y Bolívar con entre 90% y 98%.

En Caracas informa que están al 100% las emergencias de los hospitales Domingo Luciani de El Llanito, Vargas y Miguel Pérez Carreño. En otros centros como el hospital Pérez de León II en Petare alcanza 90%.

En cuanto a las UCI informa que ya están al tope (100%) las ubicadas en los estados Bolívar, Anzoátegui, Monagas y Lara. Mientras que en Mérida alcanza 98%, Zulia 81% y 79,8% en Falcón.
“Se superó más de la mitad de la ocupación de terapia intensiva a nivel nacional, es un tendencia que se duplica desde hace un mes que denota el incremento de casos de COVID-19 y el impacto en el sistema de salud”, señala.
