Los mercados son los espacios donde la cuarentena toma un receso matutino hasta, al menos, horas del mediodía. Desde temprano los alrededores y pasillos de estos expendios comienzan a llenarse de clientes, que salen de sus casasa para abastecerse en estos tiempos de restricciones impuestas para frenar el contagio del nuevo coronavirus. Efecto Cocuyo recorrió tres de los principales mercados caraqueños: Quinta Crespo, Guaicaipuro y Chacao, unos con más personas que otros, pero todos con esos peculiares sonidos y colores que advierten dónde se está.
La diferencia en estos días la marcan los tapabocas que portan usuarios, vendedores y funcionarios; también la aplicación de antibacteriales a la entrada de los mercados y en algunos, incluso, la medición de la temperatura.
De mercado en mercado
En la entrada del mercado de Guaicapuro, ubicado en la avenida Andrés Bello, municipio Libertador, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) tomaban la temperatura de las personas haciendo uso de un termómetro infrarrojo.


También había un personal dedicado a rociar con antibacterial las manos de los usuarios.

Dentro del mercado no se cumplía el llamado distanciamiento social. Sin embargo, todas las personas usaban tapabocas o mascarillas, elemento necesario para poder ingresar al establecimiento.


Mientras tanto, en el mercado de Chacao se realiza desinfección de manos en la entrada del recinto.

El mercado está funcionando en horario reducido comprendido entre las 6:30 de la mañana y las 12:30 del mediodía.


También se pudo observar una gran cantidad de personas en este miércoles de quincena en las ventas de verduras y carnes que se despliegan en la planta baja de la edificación.


De vuelta al otro lado de la ciudad, entrar al mercado de Quinta Crespo era un reto por el volumen de gente que se agolpaba en su interior, donde el distanciamiento físico pasaba a ser un muy lejano recuerdo. Tanto dentro como en las afueras del mercado de Quinta Crespo, el principal del centro de Caracas inaugurado durante la dictadura de Marco Pérez Jiménez, muchas personas buscaban abastecerse de alimentos y otros productos.
