Reino Unido se prepara para iniciar el próximo miércoles 13 de mayo la desescalada de las medidas de confinamiento, tras haberse conocido este martes 12 de mayo que el número de certificados de defunción que apuntan al coronavirus como posible causa de muerte supera los 40.000 en el país, desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
Esa estimación sobrepasa la cifra de fallecidos en hospitales, residencias y domicilios confirmados por un test que ofrece diariamente el Ministerio de Salud, que el 12 de mayo ascendió hasta 32.692, tras registrarse 627 nuevas muertes.
El repunte de decesos se ha producido tras un descenso continuado en los tres días anteriores: el sábado 9 de mayo se comunicaron 346 muertes; el domingo, cuando el gobierno anunció su plan para rebajar el confinamiento, 269, y el lunes 11 de mayo fueron 210.
Los datos semanales que ofrece de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, en inglés) apuntan además a que en Inglaterra y Gales se produjeron 35.044 muertes sospechosas de estar provocadas por el COVID-19 hasta el 9 de mayo.
Al agregar esas cifras a las que publican por su parte Escocia e Irlanda del Norte, un total 40.496 personas pueden haber fallecido hasta ahora.
Además, según un modelo elaborado por el diario Financial Times a partir de datos de las agencias estadísticas británicas, en el Reino Unido se han producido más de 60.000 muertes por encima de la media, por cualquier causa, desde que comenzó la pandemia.
Planes de desescalada
A pesar del último incremento en la mortalidad, el Ejecutivo del Reino Unido mantiene su recomendación de que los empleados que no puedan trabajar desde casa comiencen a “hablar” desde este 13 de mayo con sus empresas para organizar la vuelta al trabajo.
Desde este miércoles, además, estará permitido hacer ejercicio sin limitaciones de tiempo y los ciudadanos se podrán reunir con una persona que no viva en su mismo domicilio siempre que se guarde una distancia de seguridad de dos metros entre ellos.
En la práctica, la hoja de ruta que anunció el domingo 10 de mayo el primer ministro Boris Johnson tan solo se cumplirá en Inglaterra, ya que los gobiernos autónomos de Esocica, Gales e Irlanda del Norte consideran prematura la desescalada y han utilizado por primera vez en esta crisis sus competencias para distanciarse del Ejecutivo central.
La ministra principal de Irlanda del Norte, Arlene Foster, fue la última en presentar este 12 de mayo su propio plan para rebajar las medidas en la región autónoma.
“Este no es el momento para levantar restricciones”, afirmó la líder del Partido Unionista Democrático norirlandés (DUP).
“Si las restricciones se retiran demasiado pronto, o de un modo que no podamos controlar, vamos a ver resultados negativos en los próximos días o semanas”, sostuvo.
Edimburgo, Cardiff y Belfast se han negado también a abandonar el eslogan “Stay at Home” (“Quédese en casa”, en inglés), que el Ejecutivo central ha modificado por “Stay alert” (“Manténgase alerta”).
Extensión de las medidas económicas
El ministro de Economía británico, Rishi Sunak, ha alargado hasta octubre el programa del gobierno para promover las suspensiones temporales de empleo y evitar los despidos.
El Ejecutivo continuará cubriendo el 80 % del salario de los empleados suspendidos, hasta un máximo de 2.500 libras mensuales (2.830 euros), pero pedirá a las compañías que comiencen a “compartir” ese gasto a partir de agosto.
En torno a 7,5 millones de empleados, una cuarta parte de la fuerza laboral del Reino Unido, se han acogido ya a ese programa, que cuesta a las arcas públicas unos 14.000 millones de libras al mes (15.860 millones de euros).
Sunak estaba bajo presión para anunciar una extensión del programa antes del 18 de mayo, la fecha límite para que las empresas iniciaran procesos de despido definitivos de cara al final de junio, la fecha en la que se preveía hasta ahora que terminaran las ayudas públicas.
Con información y fotos de EFE