El técnico Rafael Dudamel y los bravos jugadores de una aguerrida vinotinto lograron vencer 0-1 a la selección de Uruguay, el “Rey de Copas” del continente americano. En una noche tibia en la ciudad de Filadelfia y ante poco más de 20.000 espectadores, la oncena venezolana logró lo que pocos anticipaban y al finalizar la noche de este jueves 9 de junio, tiene 6 puntos y prácticamente cupo asegurado en la siguiente ronda, algo que no ocurría desde aquella memorable Copa América 2011.
El primer tiempo arrancó con un encendido Adalberto Peñaranda, quien provocó una jugada de tiro de esquina, apenas al primer minuto de partido. Venezuela tenía mayor calma y movimiento que sus similar uruguayo, que se notaba más ansioso por la necesidad de obtener un resultado positivo que no lo dejara en una posición complicada o eliminado.

Al minuto 8, Roberto Rosales, lateral derecho venezolano, tuvo que salir del partido debido a una lesión, luego de haber recibido una dura entrada por parte de un uruguayo. Así que fue sustituido por Alexander González. El partido se volvió de ida y vuelta, Uruguay controlaba la pelota pero la vinotinto no se complicaba y tenía noción de que los charrúas eran los que tenían que buscar el partido. Por ejemplo, Edinson Cavani tuvo par de ocasiones para abrir el marcador pero nada trascendía.
El partido se trababa en la primera parte y era necesaria una genialidad. Para cristalizarlo llegó Alejandro “Lobo” Guerra y mandó un zapatazo desde poco más de media cancha, luego de ver adelantado al arquero uruguayo Fernando Muslera, quien alcanzó a dar un par de pasos atrás y pellizcar la pelota; pero el balón se fue al larguero, rebotó hacia adelante y allí estaba “El Gladiador” Salomón Rondón, que lo perdonaría y encajó el balón en la arquería uruguaya, justo cuando Muslera ya se le venía encima.
Los venezolanos se unieron en un grito de gol que viajó desde Santa Elena de Uairén hasta Filadelfia con la velocidad del sonido. Finalizó la primera parte y, para el momento, Venezuela vencía 1-0 y aseguraba su pase a la siguiente ronda, mientras que Uruguay veía cómo sus posibilidades de avanzar se esfumaban.

El segundo tiempo inició sin cambios para las dos selecciones. Los charrúas salieron como una tromba; tenían 45 minutos para remontar un partido que iba perdiendo desde el primer tiempo, algo que no ocurría hace 100 años.
La selección celeste tuvo dos opciones nada más arrancando. Un tiro libre de Cavani que se estrelló en la barrera y un tiro de esquina que terminó en saque de meta para la vinotinto, sin mayores consecuencias.
En el 68’, Venezuela pudo apagar el fuego en su área y el balón le cayó a Peñaranda, quién emprendió una corrida esplendorosa en búsqueda del gol. Tras quedar solo frente a Muslera, el disparo de Peñaranda no se concretó gracias a la agilidad del guardameta y la afición vinitinto tuvo que contener su emoción ante lo que pudo ser la segunda diana.
Los últimos minutos del segundo tiempo han sido, con seguridad, los más emocionantes de todos los partidos disputados en esta edición de la Copa América. Una selección uruguaya completamente lanzada al ataque y una Venezuela aprovechando espacios e intentando lograr el gol en cada contragolpe. Eran 15 Copas América contra 0, el “Rey de Copas” estaba perdiendo, por primera en el torneo continental ante la vinotinto.

El partido finalizó con la mínima diferencia de goles, pero con la sensación de haber logrado una proeza que pocos imaginaban. Ganarle a Jamaica era previsible ante su historial, pero vencer a Uruguay era más parecido a una fantasía, para muchos.
La noche del 9 de junio en Filadelfia, la ciudad de Rocky Balboa le dio un monumental recuerdo a Venezuela, el de un combate digno de ver una y otra vez. Después de todo, hoy la vinotinto fue como el legendario boxeador en sus inicios: lleno de sorpresas y siempre en pie de lucha hasta el último minuto. Uruguay quedó como el campeón que se ha rendido ante la sorpresa.
Gracias por este partido, Venezuela.