Para las personas de la tercera edad y aquellas con diversidad funcional, la jornada de este martes, 13 de diciembre, fue bastante larga y complicada. Las colas para realizar el depósito de los billetes de Bs. 100, en los bancos públicos y privados de Caracas, se hicieron sin discriminación de edad o condición física. Abuelitos y todo el que tuviese un bastón o unas muletas, incluso el que viniese en una silla de ruedas tenía que pararse al final de la fila, como el resto.
“¿Cómo que para el final, chico? ¿No ves que tengo un bastón?”, protestó Graciela Ramírez, de 82 años, cuando el vigilante del Banco de Venezuela de Bello Monte le indicó su lugar en la fila, que pasaba las 80 personas. “Esto es un abuso. En este banco no me habían tratado así. Ahí adentro hay una caja preferencial, no entiendo por qué me mandan para el final”, dijo Ramírez.
A las 10:30 am dentro de aquella agencia, había unas 150 personas que esperaban su turno para ser atendidas. La mayoría hizo transacciones relacionadas con billetes de Bs. 100. Una vez que hacían la cola en la parte de afuera, entraban, tomaban un número y allí era cuando se les daba acceso a una hilera de cajas y una taquilla especial para la tercera edad y personas con discapacidad.
Este sistema se repetía en las 10 sucursales bancarias visitadas por Efecto Cocuyo este martes, día en el comenzaron las 72 horas estipuladas antes de que pierda validez el billete de Bs. 100. A pesar de las quejas y protestas de los abuelitos, quienes argumentaron que fue difícil cobrar la pensión, igual se pararon por horas a las afueras de los bancos para lograr realizar sus transacciones.
“Primero tuve problemas para cobrarlo y ahora también es un problema depositarlo”, dijo María Torres, de 80 años, en la cola del Mercantil de la avenida Universidad. En el lugar se encontraban unas 70 personas, muchas de ellas eran de la tercera edad y se acercaron hasta el banco más cercano a su residencia para depositar la pensión, cargándola en bolsos que sostenían con fuerza.

Clara Fermín, de 72 años, quien camina con la ayuda de un bastón, se dirigió al Banco de Venezuela de La Carlota al mediodía. Estaba segura que, como siempre, le darían un trato preferencial, pero “me mandaron para el final y es que ni llego para sentarme en la acera. Me voy a tener que ir e intentarlo después, más tiempo perdido” dijo Fermín.

Jasmin Jiménez, de 65 años, se dirigió en la mañana al Banco Central de Venezuela a ver si le aceptaban los billetes de Bs. 100, le dijeron que no y se fue a hacer la cola en la sucursal del Banco de Venezuela ubicado en la avenida Urdaneta. Contaba con Bs. 20 mil para pagar la bolsa que ofrecen los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) que le llegaba el viernes, pero explicó que no sabía si le aceptarían los billetes.

El calvario del cobro y depósito de la pensión no solo lo vivieron los abuelitos, sino que sus familiares también deben esperar por largo tiempo cuando los acompañan o los ayudan a realizar las transacciones. Lenys Martínez, profesora de Fe y Alegría, llegó a las 8:00 am al Banesco de la avenida Baralt y no fue sino hasta el mediodía que logró salir.
La madre de Martínez había tenido que dirigirse, en tres días distintos, al banco y pasar horas en cola para poder retirar el monto de la pensión, puesto que solo le permitían hacer transacciones hasta Bs. 10 mil. “Mi mamá guardaba Bs. 40 mil para gastos de servicios”, dijo la profesora, por lo que debió dirigirse al banco y realizar el depósito.
La medida de no ofrecer trato preferencial a personas de la tercera edad y con discapacidad se extendió en todos los bancos visitados. Aún quedan dos días de plazo para realizar el depósito de los billetes de Bs. 100 en los bancos a nivel nacional y todavía no se han especificado si habrá medidas especiales para favorecer a este sector de la población.