Las empresas que se dedican a organizar campamentos vacacionales atraviesan muchas dificultades este año para lograr que tengan la misma calidad que ofrecían en el pasado.
Como todos los años, al aproximarse el asueto escolar muchos padres comienzan la búsqueda de un plan para sus hijos. Esta siempre ha sido una excelente opción para aquellos representantes que no pueden viajar con sus niños ni dedicarles tiempo por cuestiones laborales. Y precisamente la idea de los campamentos es brindar un espacio de recreación y diversión a los pequeños durante esta época.
Sin embargo, la crisis económica ha aporreado a quienes se dedican a esta actividad, al igual que al resto de los sectores.
Dayana Flores, de Recreaciones Aventura, cuenta que a pesar de la difícil situación están trabajando por brindar la atención de siempre y para que los campistas cuenten con lo mejor, pero esto representa un gran incremento en los costos del servicio.
Natalia Armas, coordinadora del Campamento La Encantada, asegura que se esfuerzan para que la calidad de los servicios no se vea afectada por la situación país. “Los temas de seguridad y comida son los más complicados”, afirmó.
La inflación dificulta fijar las tarifas de los distintos planes y servicios. Por ahora, los precios son tentativos porque los proveedores no pueden prever cómo pueden variar de aquí hasta que comience la temporada a mediados de julio.
“Los precios han aumentado de manera significativa en comparación con el año pasado por el tema transporte, comida, servicio médico y seguridad”, aseguro Armas.
Estos precios también varían dependiendo del tipo de plan que se quiera, si es daycamp o pernocta.
Jonathan Montilla, coordinador recreativo de Wuahoo!, cuenta que, por el momento, estiman que los precios por una semana de campamento pueden ir desde 80 mil a los 95 mil bolívares el servicio de daycamp, o entre 100 mil y 120 mil bolívares el de pernocta. Esto duplica los costos de 2015.
Por otro lado, en Aventura el servicio de Summer Camp tendrá un costo de 185 mil bolívares por niño, mientras que el año pasado tuvo un valor de 43 mil bolívares. Por eso ahora, por primera vez, dan la facilidad de pagar en cuotas hasta antes de comenzar el campamento. Además, hacen un descuento para aquellas personas que inscriben a más de tres niños o campistas de años anteriores.
“Nos interesa tener campistas para desarrollar una temporada bastante chévere, por lo que hemos preferido ofrecer estas opciones que anteriormente no se han manejado”, afirmó Flores.
Para inscribir a un solo niño para una semana de campamento se necesitarían aproximadamente 12 salarios mínimos, lo que la convierte en una alternativa poco viable para muchos profesionales, quienes por lo general tienen más de un hijo.
Armas afirmó que van a asegurar el servicio de la comida, pero no sabe con certeza si van a poder cumplir con los menús ofrecidos inicialmente dada la situación del país. “Ha estado difícil, pero nosotros buscamos mantener la calidad”, comentó.
“Lo que hoy nos cuesta 1000 bolívares dentro de dos semanas nos cuesta mucho más, lo que nos afecta porque no podemos asegurar un menú”, afirmó Flores.
Otra aspecto que se verá afectado es el de los paseos debido a la inseguridad y el transporte. “Es preferible hacer el campamento en un solo lugar y allí desarrollar todas las actividades recreacionales en vez de ir a diferentes sitios. Esto es más económico y seguro para nosotros y para los niños”, concluyó Montilla.
Asimismo, Montilla expresó que “en años anteriores dábamos más cosas, como termos de agua, bolsos, gorras… Ahora solo la franela y un bolsito”.
Recortan los planes o no los contratan
La mayoría de la clientela interesada en los campamentos vacacionales son compañías que quieren ofrecer a los hijos de sus trabajadores unas vacaciones agradables y divertidas.
Muchas de estas empresas han decidido reducir los días de la temporada o simplemente no contratarán los servicios este año.
“Antes había compañías que contrataban los planes por 5 o hasta 7 días, pero este año nos han pedido reducir a 3 o algunos hasta a un solo día”, puntualizó Flores.
Montilla cuenta que en Wuahoo! se informó a los empleados que muchos clientes fijos ya no van a contratar los servicios porque prefieren gastar ese dinero en otorgarles un bono a sus trabajadores.
A pesar de esto, Armas asegura que siguen apostando por los campamentos.
“Sí, es menos trabajo y hay menos ingresos para nosotros, pero trabajamos en lo que nos gusta”, concluyo Flores.