Quinta Crespo amaneció a reventar. Entre carritos y bolsas, compradores tropezaban unos con otros hasta en los puesticos en las afueras del mercado. “¡Lleve las pasas que ya se están acabando!”, gritaba un vendedor entre el ajetreo de las compras navideñas de última hora. La situación no fue muy diferente en Guaicaipuro, donde los clientes se enfilaron para pagar la carne a “precio justo”. Sin embargo, la cola más larga no era para adquirir los acompañantes de la mesa este 24, sino los de todos los días: la harina PAN, la pasta y la mantequilla.
Los más pedidos fueron las pasas, los encurtidos, las alcaparras y las aceitunas. De a poquito, clientes preguntaban primero por el kilo y luego pedían tímidamente unos 200 o 400 gramos. Más de ahí, no rendiría lo que hay en los bolsillos. Lo mismo pasaba con el jamón planchado para aquellos que solicitaban al charcutero las rebanadas justas para los invitados de la noche. Solo un kilito se monta en Bs 2.800 en Guaicaipuro.
Las nueces con concha regresaron a escena luego de estar desaparecidas durante los primeros días de diciembre. No obstante, llegaron a un precio poco amigable para los bolsillos: apenas 300 gramos salen en mil bolívares. Comprar el kilo llevaría la cuenta a 3.500.
Las uvas tampoco llegaron baratas: en el mercado Guacaipuro un kilo de uvas nacionales sale en 1.100 bolívares, mientras que las importadas llegan a los 1.700; pero hay que saber buscarlas bien, un par de puestos más adelante puede significar sacar del bolsillo unos 500 bolívares más.
Colas hubo por todos lados este 24 de diciembre: en el cajero, afuera del mercado para comprar la carne de guiso a 250 el kilo y también para pagar las verduras. Sin embargo, ninguna superaba la fila para comprar los más buscados de siempre. Entre puesticos de 3×3 metros aproximadamente, más de 100 personas se amontonaron para adquirir mantequilla, pasta y harina PAN.
Quienes ponían orden entre la viveza no escatimaban en advertirle en tono alto a la gente. “Si no hacen su cola, los sacamos de aquí, así de sencillo. Uno detrás de otro. Aquí no vale que venga ni su abuela, ni su mamá, ni nada”, vociferó uno de los hombres.
Unos cuantos pasos más allá, los puestos de ropa acababan de abrir. Mirones y curiosos preguntaban por los precios, pero más clientela tenían quienes comercializaban las hortalizas. “Tengo tres años trabajando aquí y solo lo hago por temporadas. Mucha gente viene, pero es para comprar comida o lo regulado“, aseguró una vendedora del mercado de Guaicaipuro.
Hoy sabe que no se quedará hasta muy tarde en el lugar porque está al tanto de que la inflación no permite que las ventas sean buenas: un blue jeans de los que vende salen en 45 mil bolívares.
Mirlene lleva ocho años trabajando como vendedora de ropa en el mercado de Quinta Crespo y dice que ningún 24 ha sido como este. “No se parece en nada a los demás. Las personas que vienen aquí son clientas que buscan algo en específico, pero la gente lo que viene es a buscar comida. De lo regulado traen poco siempre, pero igual vienen”, explica la muchacha.
Afuera, Freddy siempre hace su aguinaldo resolviendo qué vender. Al igual que Mirlene, trabaja desde hace ocho años en el mercado. Este año vende pasas: a 300 bolívares el medio kilo. “Todo vino muy caro este año. Carísimo. Lo que la gente se lleva es lo que está buscando: los frutos secos, las alcaparras y las aceitunas. No hay real”, dice.
La cola de siempre que se forma en las afueras del almacén americano, frente al mercado de Quinta Crespo, no estaba esta mañana a las 9:00 am. La fila de 30 compradores que esperan por su turno no se formó este 24, los estantes también se quedaron fríos.
“¿Cómo te explico? La gente no está comprando porque todo está caro. La inflación y la escasez se lo llevaron todo. No van a pagar un kilo de hojas en 300 bolívares“, dijo un hombre que vende hojas de hallaca en la entrada del mercado Guaicaipuro. La mala venta no se lo atribuye a que en solo horas sea Nochebuena, sino que asegura que todo diciembre ha sido así, flojo.
Una señora se retiró a buscar unas mandarinas para llevarlas a la mesa esta noche. Afirma que ya tiene todo listo para la cena del 24: “Ya preparé mi ensaladita y un guisito”, dijo, mientras se encogió de hombros.