Un año después de que las últimas cifras oficiales del Banco Central de Venezuela fuesen publicadas, y tras una seguidilla de anuncios de anuncios, el pasado viernes 15 de enero se conoció parte de la situación económica que atraviesa el país y se vislumbraron los posibles pasos a seguir para solventar la crisis. Con un Decreto de emergencia vigente en Gaceta Oficial, la publicación del boletín del BCV y el anuncio del aumento de la gasolina, todo en un mismo día, las convulsiones en materia de economía demandan acciones inmediatas.
El viernes 15 de enero el Decreto de emergencia económica llegó de primero. Con el recién estrenado vicepresidente para el Área Económica, Luis Salas, en la Gaceta Oficial 40.828 se otorgó al Ejecutivo la potestad de dictar las medidas económicas, sociales y políticas que fuesen necesarias. Igualmente, precisa que Estado podrá requerir de las personas naturales o jurídicas, poseedores de bienes de transporte, canales de distribución e inmuebles que considere para ser garante del abastecimiento de alimentos.
También plantea implementar nuevos mecanismos para reducir la evasión fiscal y aún mayores controles en el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) y el BCV para agilizar las importaciones. El decreto apunta que la Fuerza Armada Nacional, entes públicos y cuerpos de seguridad, deberán colaborar para que se cumplan las medidas.
Seguido del decreto, horas después, fue publicado el boletín del BCV con dos deudas. La primera corresponde a las cifras oficiales de la escasez; pero ahora, un nuevo indicador suplanta al viejo: la apreciación de existencia de acaparamiento. La segunda deuda del boletín es el cierre de la inflación para 2015, seguimiento que llegó hasta el tercer trimestre del año, dejando por fuera los meses de octubre, noviembre y diciembre.
Aunque para septiembre, la cifra de la inflación anualizada alcanzó 141,5%, especialistas en materia económica aseguran que falta una porción muy importante para conocer la crítica situación, pues usualmente el tercer y cuarto trimestre suelen ser los más altos.
No obstante y contradiciendo al BCV, el 15 de octubre de 2015 el presidente Nicolás Maduro informó en cadena nacional que la cifra de la inflación se ubicaba en 80% según proyecciones del “BCV y el Instituto Nacional de Estadísticas”. El dato fue suministrado oficialmente, según dijo el mandatario en la alocución. Ese mismo día, el Presidente anunció el aumento de 30% del salario mínimo mientras estaba reunido con trabajadores de Sidor.

Al igual que Salas presentó el decreto precisando que el país atraviesa una “coyuntura económica”, el boletín del BCV también atribuye la alta inflación y la caída de 7% del Producto Interno Bruto (PIB) a una situación específica. El documento emitido por el banco igualmente menciona en reiteradas ocasiones los bajos precios del barril del petróleo.
De acuerdo con la exdecana y economista de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central de Venezuela, Sary Levy, el pasado viernes 15 de enero fue la primera vez que la máxima entidad bancaria del país asomó en una publicación de este tipo un componente ideológico. La especialista señala la mención a la guerra económica y la percepción de acaparamiento como atisbos vinculados al discurso de una facción social. “La apreciación de la población es la escasez, el acaparamiento es una perspectiva planteada ¿Qué se va a acaparar si no hay nada?”, expresó.
A pesar de que el BCV atribuye las cifras de 2015 en parte a la baja de los precios del petróleo -ubicado en la semana pasada en 24 dólares-, la economista señaló que la caída del costo del crudo es reciente. Sin embargo, la inflación ha ido en constante crecimiento en los últimos años, incluso en 2014 cuando el precio del crudo venezolano en el primer trimestre promedió 96,14 dólares.

Gráfico tomado del último boletín emitido por el BCV, el 15 de enero de 2016
“Según lo que podemos ver en el informe, entre trimestre y trimestre va aumentando continuamente la inflación. No es que hay altas y bajas. Eso es lo que nos preocupa cuando decimos que estamos entrando en espirales hiperinflacionarias”, expresó Levy, “nunca habíamos llegado a niveles inflacionarios como los actuales ni tenido una caída del PIB con semejante continuidad en el tiempo”.
Por otra parte, al final del boletín, el BCV hace un llamado a la diversificación de la economía y a hallar nuevos niveles de producción. En el último párrafo, la entidad bancaria afirma que “están dadas todas las condiciones para avanzar en este modelo productivo que genere bienestar social y beneficios para la población venezolana”, reafirmando la culpa en “la coyuntura política”: los bajos precios del petróleo y la guerra económica.
Para leer completo el boletín del BCV, haga click aquí.
Una medida anunciada desde 2013
Desde su llegada a la presidencia en 2013, Nicolás Maduro ha propuesto aumentar el precio de la gasolina unas cinco veces. La más reciente fue el viernes pasado, durante la presentación de su memoria y cuenta en el hemiciclo. “Ha llegado el momento”, expresó el mandatario sobre el precio que ha permanecido sin modificación alguna desde hace 20 años.
El Presidente anunció que la población se mostraba favorable al aumento. Expertos en materia económica han sugerido al Gobierno desde mucho antes subir el precio de la gasolina para evitar gastos innecesarios en subsidios.

El jueves pasado el economista Rafael Quiroz dijo a Efecto Cocuyo que el Gobierno “debería aprovechar esta coyuntura para ajustar el precio de la gasolina” pues se ahorraría 12 mil millones de dólares de subsidio.
También figuras del chavismo se pronunciaron al respecto. Uno de ellos es el recién nombrado ministro de Comercio Exterior e Inversión Internacional, Jesús Farías, quien aseguró a Efecto Cocuyo que “el aumento de la gasolina es para incorporarle racionalidad a la cultura de derroche”.
Sin embargo, para un Gobierno que asegura tomar en consideración la necesidad de los más pobres, la medida llega a destiempo de acuerdo con el doctor en economía, Carlos Hermoso, también secretario general del partido Bandera Roja.
“En general no estoy de acuerdo con que se dé el aumento de la gasolina pero mucho menos en un momento en el cual ha caído de la capacidad de demanda de la gente. Es un golpe más que afectaría el poder adquisitivo. No es ningún estímulo para la oferta, va a afectar sencillamente el bolsillo de los trabajadores“, expresó.
Para Hermoso, la medida no va a resolver los problemas económicos del país y menos con medidas como las que propone el Gobierno con el decreto de emergencia. “Lo que se busca es justificar el aumento de la gasolina y otros aumentos que van a venir, además de una centralización del poder que le va a servir al Ejecutivo para seguir chantajeando el país”, dijo.