La noticia del retorno de Chevron a Venezuela, dada a conocer este jueves por medios estadounidenses, ha desatado opiniones encontradas entre economistas, políticos y analistas dentro del país.

La decisión, que llega tras intensas negociaciones entre Washington, Caracas y El Salvador, promete reactivar la alicaída industria petrolera venezolana, pero también despierta preguntas sobre sus implicaciones políticas y el futuro del país.

Recopilamos en este texto las opiniones en redes sociales y otras plataformas de distintos voceros del acontecer nacional:

Un respiro para la economía, según expertos

Para economistas como Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, la vuelta de Chevron es una «bocanada de aire fresco» para las finanzas de Venezuela. En su cuenta de X, este especialista sostiene que de cara al segundo semestre de 2025 y comienzos el sector petrolero continuaría con su racha de crecimiento que resultaría en un importante flujo de divisas para el mercado cambiario y financiamiento de importaciones

“El impacto será significativo, especialmente en 2026. El flujo de divisas ayudará a estabilizar el tipo de cambio y a controlar la inflación, que amenazaba con dispararse”, explicó Oliveros.

Graciela Urdaneta, también de Ecoanalítica, subrayó que el regreso de la petrolera estadounidense abre la puerta a mercados más rentables, como Estados Unidos y Europa, lo que evitará los descuentos de hasta 30% que el país enfrentaba al vender crudo a destinos menos formales. “Es una oportunidad para recuperar ingresos que se estaban perdiendo”, afirmó.

Oxígeno para el chavismo

El politólogo Nicmer Evans, por su parte, calificó la decisión como un “tanque de oxígeno” para Maduro, que podría debilitar las estrategias más radicales de la oposición, como las impulsadas por María Corina Machado.

“Esto cambia el tablero político”, señaló Evans, quien agrega que las condiciones económicas no han cambiado significativamente, pues «el regreso de Chevron no implica una mejora sustancial en las condiciones económicas para Venezuela. Antes de la suspensión de sus operaciones, Chevron enfrentaba restricciones que le impedían generar regalías o pagos directos al gobierno venezolano. Sin embargo, su actividad operativa generaba un flujo de divisas que debía inyectarse al mercado cambiario, beneficiando indirectamente a ciertos sectores», agregó.

Por su parte, el analista Francisco Rodríguez defendió la medida desde una perspectiva humanitaria.

“Las sanciones solo agravaron la crisis sin derrocar al régimen. Permitir que Chevron opere es un paso sensato para aliviar el sufrimiento de los venezolanos”, escribió.

Buena noticia

Por su parte, el dirigente político y diputado electo para el próximo periodo legislativo que comienza en 2026, Henrique Capriles Radonski, calificó la medida de positiva y como una «buena noticia» para el país.

En un video difundido en redes sociales, enfatizó que «el interés colectivo debe prevalecer y que el país está por encima de quienes están en el poder» y abogó por normalizar las relaciones con Estados Unidos, reactivar vuelos y mejorar el trato a los venezolanos en ese país, destacando que aislar a Venezuela no produce un cambio político y solo aumenta la dependencia del chavismo.

Pocos cambios

Asimismo, el periodista Andrés Rojas, editor de Petroguía, aclaró que la nueva disposición «no va a tener el mismo alcance que tuvo la licencia 41», y destacó que esta autorización implica «mesas de trabajo», tal como confirmó Nicolás Maduro.

Rojas señaló en entrevista concedida a Román Loszinski, para Circuito Éxitos de Unión Radio, que desde que venció la licencia anterior, Chevron activó «un proceso de lobby para mantener el diálogo con las autoridades venezolanas, dado el interés prioritario del gobierno local en asegurar la operatoria del sector hidrocarburos.

En este sentido, afirmó que «para el gobierno venezolano siempre ha sido prioritario el tema de Chevron y el tema de poder solventar el sector hidrocarburos», y añadió que también existen conexiones con asuntos migratorios que deben seguir manteniéndose.