Para el economista español y asesor del gobierno venezolano Alfredo Serrano Mancilla, ninguna política económica sirve si no atiende la “dimensión apremiante” del desabastecimiento. “Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y las Tarjetas de Misiones Socialistas (TMS) son respuestas rápidas para esta emergencia adversa”, considera.
El también dirigente del partido español Podemos expresó en un artículo las siete “Tesis económicas del chavismo”, que por cierto no incluyen el desmontaje del sistema de control, de cambio ni el de precios, ni ningún otro que a su juicio devuelva al país al “liberalismo económico y al capitalismo”, objetivos que a su juicio buscan quienes propician la llamada “guerra económica”.
Serrano caracteriza que la economía venezolana sufre de cuatro grandes enfermedades que deben ser curadas en el menor tiempo posible: el rentismo exportador petrolero, el rentismo importador, un sistema distributivo ineficiente-especulativo y una estructura económica oligopólica. “Estas enfermedades constituyen un cuadro médico complejo, pero que tiene cura”, opina.
Sin embargo, para él la cura se hace más dificultosa por otros factores determinantes que procuran derrocar a la Revolución Bolivariana como la página de internet Dolar Today la cual marca cuál es la relación entre el dólar y el bolívar en el mercado negro y que actúa como cotización oficiosa que es aceptada por el sistema económico.
“Ha sido y sigue siendo un arma de destrucción masiva contra la economía, induciendo precios a pesar que tiene poco protagonismo en las transacciones económicas reales”, sentencia.
Serrano Mancilla, a quien Maduro denomina “el Jesucristo de la economía”, estima que la premisa teórica chavista fundamental: es “la desmercantilización de los derechos sociales como vía para consolidar una economía humanista basada en el funcionamiento de las misiones sociales”.
En consecuencia estima que “Desde ahora en adelante, el objetivo es buscar cómo sostenerlo fiscalmente frente a la caída de los precios del petróleo. Se debe calcular cuál es el presupuesto de las Misiones Sociales y utilizar este valor como meta de la Revolución Tributaria en clave estructural”.
En otra tesis, Serrano reconoce que “sin base material productiva, el socialismo económico bolivariano es insostenible”. En consecuencia propone una “Revolución Productiva” como “única vía para corregir de forma sostenible el desfase estructural entre la pujante demanda interna (democratizada) y la insuficiente oferta (no democratizada). Es hora de generar riqueza productiva”, concluye.
En otra tesis Serrano estima que ha llegado la hora de la “Gran Política Económica”, la cual comenzaría con una “Revolución Tributaria”, con el objetivo de “implementar impuestos sobre el gran capital ocioso para los contribuyentes especiales que no destinan su patrimonio a actividades productivas. También hay que continuar con el sistema de facturación electrónica para ganar la batalla al fraude y a la elusión fiscal”.
Asimismo propone una “Política de Estabilización de Precios con Abastecimiento Soberano”, consistente en que “Los precios deben acomodarse a los costes reales de producción, con tasas de ganancias justas y que sean más favorables para la producción nacional que para el importador”, pues “Hay que evitar a toda costa dos universos de precios para un mismo bien, uno barato y otro muy caro. Ese esquema crearía dos economías peligrosamente paralelas”.
Otra política sería para la creación, captación y administración de divisas. “Hay que seguir importando aquello que no se pueda producir en el corto plazo y que sea socialmente necesario pero también hay que importar los insumos productivos que se precisan para el despegue de los motores”.
Para ello se requiere una divisa protegida que no esté sujeta al vaivén especulativo del mercado. Y en forma complementaria se debe perfeccionar el método de asignación de las divisas a través de un “sistema de flotación administrada, ágil en su intercambio, atractivo para los ahorristas y disponible en cantidades pequeñas para el uso familiar, estableciendo cuotas por actividad económica”.
En paralelo hay que seguir buscando fuentes alternativas para atraer más divisas: arco minero, fomento de exportaciones no petroleras, nuevas emisiones de papeles indexados por el precio del petróleo, etc.
Por otro lado se refiere a los subsidios y estima que deben ser a las personas y no a los productos, mediante las Tarjetas de Misiones Socialistas. En cuanto a productos como la gasolina y servicios como la electricidad, propone “actualizarlos en forma progresiva, a través de mecanismos cruzados que protejan a los que menos tienen -y por tanto, menos consumen- a costa del pago de los más consumidores”.
Finalmente Serrano considera que “se debe construir una dimensión externa de la Agenda Económica Bolivariana. En este sentido, es prioridad trabajar una AEB específica para el próximo año en Unasur (por ejemplo, crear una Agencia de Suramericana de Calificación de Riesgos), para reactivar el ALBA desde lo económico; y avanzar económicamente con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
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