“Tengo nueve meses trabajando aquí, tengo miedo de quedar sin empleo si la empresa decide irse. Esta fue una medida drástica, que nos tomó por sorpresa”, dijo un trabajador de la cadena de tiendas de ropa infantil EPK, tras los anuncios hechos el miércoles 21 de diciembre por el superintendente de Precios Justos, William Contreras, en los que ordenaba “una venta supervisada en las 31 tiendas a nivel nacional”.

Desde la 6 de la mañana de este jueves, 22 de diciembre, las tiendas EPK en Chacaíto, Altamira y el centro comercial Tolón estaban custodiadas por efectivos de la Guardia Nacional (GNB) y de la Policía Nacional (PNB). Las personas hacían largas colas para comprar ropa infantil con hasta 70% de descuento, impuesto por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde).

Efecto Cocuyo trató de conversar con varios trabajadores y gerentes de las tiendas, pero la mayoría no quiso dar declaraciones sobre la medida, porque “no estaban autorizados para hablar con la prensa”.

La gente llegó desde distintas zonas de Caracas, en su gran mayoría eran mujeres de distintas edades y algunos hombres. Carmen Victoria Gómez, del 23 de Enero, hizo cola en Altamira desde las 6:30 am y a las 12:20 pm todavía no había comprado. “No sabemos qué venden, estamos a la buena de Dios. Lo que nos dejen, compraremos”.  A pesar de que la medida le parece precipitada, comentó por lo menos podrá comprar regalos a sus sobrinos a buen precio. “No es que esté de acuerdo con lo que hizo el Gobierno, pero los precios en la tienda estaban muy caros“, señaló.

En las vitrinas de las tres tiendas recorridas destacaba un pendón rojo en el que se leía: “70% de descuento”. Muchas de las personas que salían de los locales se quejaban de que la mayoría de la ropa solo tenía 30% de descuento. “Está bien la medida aunque la tomaron a última hora”, afirmó Andreína Mervil, vecina de San Bernardino que se desplazó hasta Altamira. “Afuera dicen que todo es a 70% de descuento, pero eso es mentira. Casi todo tiene 30%”, agregó mientras mostraba el precio del artículo que compró.

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La señora Edith Estrada no fue a comprar ropa, sino a cambiar siete piezas que adquirió hace 15 días y que le quedaron grandes a su nieta. “Hace dos semanas, los siete vestidos que compré costaron 350 mil bolívares; hoy los vine a cambiar porque a mi nieta no le sirven y resulta que con ese descuento yo hubiera pagado 51 mil”.

De las tres cadenas de tiendas EPK visitadas por Efecto Cocuyo, la de Chacaíto era la que más tenía personas en fila. A la 1 de la tarde aproximadamente 300 compradores esperaban su turno para “aprovechar las ofertas”.

Me dedico al periodismo con enfoque en derechos humanos. Hago cobertura sobre violencia en un país con pocas garantías

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