“No me falta mucho, pero llénemelo full de 95”, dijo la conductora de un Mazda plateado al llegar a la bomba de PDV frente al Centro Comercial San Ignacio en el municipio Chacao de Caracas. El anuncio del aumento del precio de la gasolina no generó sorpresa en los usuarios, pero sí los impulsó a aprovechar el último día a precio de “ganga”.

De acuerdo con el bombero José Rojas, cada vez que se habla de la posible modificación del precio, o que se acerca un puente, las colas se alargan. Esta vez, a partir de las 4:00 pm empezaron a llegar más vehículos que de costumbre a esa estación. Esta vez no fue un rumor: la de 95 octanos aumentó 6.085% y cada litro pasó a costar Bs 6, mientras que la de 91, subió 1.328% y se fijó en Bs 1.

“Este aumento era necesario. Venezolano que quiera a su país sabe que esto era necesario porque con lo que costaba antes ni siquiera se podía pagar el transporte de la gasolina”, indicó por su parte el gerente de la estación de servicio PDV, ubicada en Altamira a la altura de Pajaritos, Rafael Haliwa. Desde 1963 es el encargado de esa bomba e insistió que era un cambio justo y necesario.

Informó que el personal de Pdvsa deberá regular las máquinas en las próximas horas para así habilitarlas con los nuevos precios. “La gente vino hasta en pijama así sea para llenar un bolívar. Yo no los entiendo, no se están ahorrando nada”, opinó Haliwa. De acuerdo con su percepción, el precio antiguo estaba desangrando a Pdvsa y era absurdo.

“Este no es el mismo contexto que cuando El Caracazo. El aumento de la gasolina en esa época significó la última gota que derramó el vaso y por eso  ocurrió aquel estallido”, explicó y añadió que ahora es un gesto de racionalidad porque con el petróleo a 21 dólares  por barril el subsidio de la gasolina no se justifica.

Jeremías Carrillo es originario de San Cristóbal y pagó Bs 9 por cargar lo que le faltaba al tanque de su camioneta. “Con el nuevo precio esto es como 600 bolívares, ni una hamburguesa”, señaló. Explicó que en Táchira es usual hacer cola por gasolina y dijo, entre risas, que ahora se lo pensará dos veces antes de dar una cola. En su opinión esto pegará al bolsillo de los menos pudientes, pero sí está de acuerdo con la medida.

En la estación ubicada en  la esquina de la Avenida Principal de La Castellana y la Avenida Francisco de Miranda también había cola. En autobuses, puestos de comida, comercios y calles, las personas compartían sus opiniones respecto de los anuncios del presidente Maduro. Muchos de ellos consideraban necesario que se tomaran decisiones económicas. “La crisis nos pega a todos”, concluyó un anciano al bajarse del transporte.

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