Denuncia hacinamiento en el servicio

“Se me están muriendo los pacientes por no tener solución (0.9%) o por no tener un jelco y lamentablemente lo que nos queda es ponerle morfina (…) para que mueran, por lo menos, sin dolor”, dijo con impotencia Efraín Vargas, médico residente del Hospital Periférico de Coche. El comentario lo lanzó durante una rueda de prensa organizada por la Sociedad de Médicos Internos y Residentes (Somir) para conmemorar el Día del Médico este 10 de marzo. Allí, profesionales del Hospital Clínico Universitario (HCU) y de otros centros de salud públicos compartieron las deficiencias que presentan en cuanto a escasez de insumos y medicamentos.

El listado de fármacos que les hace falta incluye antiepilépticos, antihipertensivos, para enfermos con Parkinson, pacientes oncológicos, cardiópatas, entre muchos otros cuyo fallo pone en riesgo la vida de los pacientes. La desaparición de antibióticos para controlar las infecciones  ha hecho que las intrahospitalarias (nosocomiales) se hayan multiplicado y con ellas la morbilidad de los internados. Gherzon Casanova, presidente de Somir y residente del HCU, asegura que en Medicina Interna de ese centro asistencial, referencia nacional, el 36% de los pacientes de ese servicio ha contraído una infección nosocomial y no encuentran manera de atenderlos de manera satisfactoria.

Al tiempo que se realizaba la rueda de prensa en el Decanato de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, el diputado José Manuel Olivares presentaba en la Asamblea Nacional un proyecto de ley para Atender la Crisis Humanitaria en Salud. “En 300 % aumentó la mortalidad de pacientes en hospitales venezolanos. Y en 100 % se incrementó la muerte de neonatales en el país”, indicó el parlamentario. Estas cifras pueden ser comparadas con las que brindaron sobre el Clínico Universitario.

Solo en febrero de 2016, de los 75 casos que fueron  atendidos en Neonatología, 19 fallecieron, lo que representa un gran aumento de la mortalidad respeto de los años previos, según los especialistas. Casanova puso como ejemplo casos de 2004, cuando de 1.186 recién nacidos  tan solo fallecieron 99 en todo el año, lo que da un promedio de 8 al mes. En los 10 primeros días de marzo ya han muerto 5, según los últimos datos del servicio.

Partos en situación extrema

Otra complicación que pudiera influir en la cifra es el estado del área de ginecología y obstetricia. Este jueves también se declaró en emergencia, en la voz de  Yugeni Oropeza,  la doctora que habló en nombre de los 24 compañeros de ese postgrado. Alarmada por el hacinamiento que hay en el servicio, la médico refirió que “mujeres que acaban de parir, o acaban de ser operadas, tienen que esperar sentadas hasta un día porque no hay camas disponibles”. Incluso señaló que en ocasiones hasta deben permanecer de pie.

Oropeza mostró estas impactantes imágenes en las que se ve que se forran las camillas de consulta con tirro, las batas de las parturientas están hechas de forma improvisada e incluso señaló que les da pesar no poder atender el dolor postoperatorio de las mujeres, porque no se cuenta con los medicamentos requeridos para ello.

Los familiares de los pacientes también participaron en el evento y con sus testimonios dieron fe de la situación crítica que los médicos denuncian: “De qué vale que estas personas estudien, se preparen; para qué si nuestros familiares están muriendo porque no tienen una medicina, no hay un examen”, expresó Maritza González antes de quebrarse en llanto. Su hija, paciente con lupus, corre riesgo de infecciones al compartir en una sala general con 22 personas que padecen distintas patologías. Por falta de su medicamento ha recaído ya en varias ocasiones y en un sinfín de ocasiones, hasta tres veces en un día, le tocó salir a hacer exámenes.

Nahomi Obregón aseguró que en una ocasión tuvo que ir a comprar “un pote para el oxígeno” a la 1:00 am porque si no su madre corría riesgo mortal. Belkis Niño contó cómo vivió la muerte del paciente vecino a su familiar, que murió mientras sus parientes le conseguían un ventilador: “Se murió porque no había un ventilador. Cuando lo encontraron estaba dañado. No lo pudieron salvar”, aseguró.


Fernando Jiménez, médico adjunto al servicio de Psiquiatría del HCU, relató que allí trabajan sin medicamentos y relató lo que influyó en la muerte de uno de sus pacientes, hecho que se dio la tarde de este miércoles 9 de marzo. “Ayer falleció un venezolano de 64 años,  que fue referido a este centro con una aparente descompensación psquiátrica … no hubo tensiómetro que usar, no hubo personal que ayudara a su traslado a la emergencia”, dijo sobre un caso.

¿Solución?

“Cuando mueren más de tres pacientes por guardia, en su mayoría por falta de insumos, a veces tan básicos como solución o diuréticos”.

“Cuando tienes pacientes muriendo por falta de oxígeno o hipoglicemia y tienes que esperar que el familiar salga a buscar la mascarilla o la solución dextrosa”.

“Cuando hospitalizas en su mayoría diabéticos que no consiguen insulina, cardiópatas que no consiguen diuréticos , lúpicas que no consiguen prednisona”.

“Cuando más de 140 camas de hospitalización están ocupadas y sólo te quedan tres disponibles para ingresar pacientes y tienes al menos 10 en emergencia”.

“Cuando te dicen que no hay sangre ni hemoderivados por falta de serologías”

Estas son  algunas de las frases que como conclusión resaltaron los médicos del Somir.

El jefe del servicio de Cardiología, Iván Machado, fue tajante en su participación corta: “No tenemos que dar más vueltas, hay que declarar que existe una crisis humanitaria de salud”.

En su opinión, los “desgarradores” testimonios de los familiares son ya lo suficientemente claros. “En cardiología de 477 pacientes que están en la lista de espera, se han resuelto solo el 10% de septiembre de 2015 para acá. Hay venezolanos muriéndose de mengua”, fustigó. Recordó que la Asamblea Nacional ya declaró la crisis, pero solo falta que el Ejecutivo  acepte “una realidad que le esta reventando en la cara”.

“Señores, estamos en una crisis humanitaria de salud y lo que debemos hacer a partir de este momento es dirigir las banderas a afirmar y por favor clamar que nos atiendan y ayuden en esta crisis de salud”, concluyó.

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1 comentario

  1. Dios mi Señor se que lo que se siente al tener que acudir a un hospital público buscando mantener la vida, la desesperación el llanto de impotencia pase casi dos años en el universitario a la espera de una operación para mi esposo que nunca llegó fue un milagro que al final cuando ya era inevitable el desenlace nuestros hijos hayan logrado reunir el dinero para costear la operación. Dios nuestro Señor ayude a esas familias a darles fortaleza para seguir buscando alternativas para sus seres queridos

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