Opposition presidential candidate Mauricio Macri, right, and Daniel Scioli, the ruling party presidential candidate head to their places to debate, in Buenos Aires, Argentina, Sunday, Nov. 15, 2015. Macri will face the Scioli in a Nov. 22 runoff. (AP Photo/Natacha Pisarenko)

El periodo de reflexión para las segunda vuelta electoral que el domingo 22 de noviembre definirá al próximo presidente de Argentina, entre el oficialista Daniel Scioli y el conservador Mauricio Macri, comenzó con una intervención del papa Francisco que causó revuelo a dos días de la elección.

“Ya saben lo que pienso, que se vote en conciencia”, dijo el pontífice el miércoles a una agencia de noticias argentina. Inmediatamente tanto Scioli como Macri, a través de sus distintos voceros de campaña, respondieron horas antes de la veda electoral que rige a partir de hoy 20 de noviembre y hasta el acto electoral del 22 próximo.

Mientras el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, señaló que coincidían “con la misma apreciación” del pontífice, Jaime Durán Barba, asesor de cabecera del candidato opositor dijo que “ningún elector vota preguntándose qué quiere el papa. El papa no mueve ni diez votos en una elección”.

La declaración del asesor de Cambiemos obligó a Macri a desmarcarse, explicando que las declaraciones de Durán Barba sobre las palabras del papa “son a título personal y no representan mi pensamiento ni el del espacio que lidero”.

El comentario de Durán Barba desató la polémica en el cierre de campaña para los comicios presidenciales y permitió al oficialismo apuntalar lo que los opositores han denominado la “campaña del miedo”.

Aníbal Fernández dijo que las declaraciones del asesor de Macri son “un espanto” y un “agravio innecesario”, inmerecido y “gratuito” al papa, y el candidato Daniel Scioli aprovechó la oportunidad para asegurar que las palabras de Francisco tienen “que hacer reflexionar a todos con respecto al accionar del capitalismo salvaje que quiere volver a poner de rodillas a la Argentina”.

Macri respondió en sus redes sociales señalando que siente “un profundo respeto y admiración por el papa Francisco y en lo personal, estoy a favor de la vida”, mientras daba inicio el período de veda electoral. Pero el daño causado por el asesor ya estaba hecho.

Período de reflexión

La medida de veda electoral o período de reflexión rige desde las 8.00 hora local (11.00 GMT) del 20 de noviembre e implica la prohibición de realizar actos públicos de proselitismo, difundir avisos de campaña en medios impresos, radio y televisión y organizar espectáculos públicos y competencias deportivas.

Además, está prohibido publicar y difundir encuestas y sondeos preelectorales o proyecciones sobre el resultado de la elección.

Asimismo, la ley establece que no se pueden vender bebidas alcohólicas desde la medianoche del sábado hasta tres horas después del cierre de los comicios, previsto para las 18.00 hora local del domingo (21.00 GMT).

Pero este periodo de reflexión no rige para las redes sociales, ya que como la ley electoral no incluye estos medios en forma expresa, se pueden difundir mensajes electoralistas a través de esas plataformas.

Proyección volatil

Unos 32 millones de personas están convocadas a las urnas el próximo domingo para decidir, en la primera vez que hay una segunda vuelta presidencial en la historia de Argentina, al sucesor de Cristina Fernández en la Jefatura de Estado.

Según el último sondeo realizado por la consultora Management & Fit y que fue publicado en el periódico Clarín, Mauricio Macri podría alcanzar el 52 por ciento de los sufragios frente al oficialista Daniel Scioli, quien conseguiría el 43,7 por ciento de los votos, incluyendo la proyección de los electores indecisos.

La encuestadora Giacobbe & Asociados también difundió el sábado un sondeo en el que develan que Macri obtendría el 49 por ciento de los votos mientras que Scioli alcanzaría el 42,1 por ciento.

Las diferencias entre ambos candidatos estarían entre los 6 y 8 puntos de ventaja para el opositor Macri, pero con un electorado argentino volatil que en primera vuelta y según sondeos, daría la victoria al oficialismo con cerca de 11 puntos de ventaja, y que a última hora apenas alcanzó una ventaja de 2,93 por ciento de los sufragios, obligando al primer balotaje de la historia electoral argentina.

Con información de EFE

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