La crisis generada por el Gobierno venezolano en el Mercado Común del Sur (Mercosur), lejos de terminar, se hace cada vez más complicada y tediosa. Al término de diferentes reuniones entre los integrantes del bloque, lo único que se pudo acordar ha sido un calendario de reuniones para “seguir avanzando” en dar resolución al conflicto.

La disputa en la organización dio comienzo el pasado 30 de julio cuando, horas después de que Uruguay anunciara la cesación en la presidencia, el Gobierno venezolano se adjudicó la jefatura de la institución mediante un comunicado publicado por la Cancillería del país.

Como respuesta al comunicado de la Cancillería venezolana, Argentina, Brasil y Paraguay se han opuesto a que el Gobierno de Nicolás Maduro asuma la presidencia del Mercosur, argumentando que el país no cumple con los requisitos legales necesarios para detentar el cargo; además de que, recalcan, es necesario la realización de una ceremonia de traspaso de la presidencia, la cual no se ha realizado.

Desde ese momento se han realizado diversas reuniones entre los representantes de cada Estado miembro de la institución para buscar una solución a la situación de la jefatura, pero no han traído resultados positivos.

Este martes 23 de agosto, delegados de Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay acordaron un “calendario de reuniones” sobre la situación de la presidencia, sin la presencia de Venezuela, que calificó de “ilegítimo” ese encuentro. En cambio, apenas un día después, el miércoles, los venezolanos convocaron otra reunión, a la cual sólo acudieron los uruguayos y Bolivia, país que está en proceso de adhesión del bloque.

“Era inexorable esta situación con Venezuela. Ya no es como antes (cuando Argentina, Brasil y Paraguay tenían otros gobernantes). Ahora no hay compatibilidad entre los Estados miembros y Venezuela“, explicó a Efecto Cocuyo el internacionalista y profesor universitario Félix Arellano, quien calificó la actual posición del Gobierno venezolano en el Mercosur como la “crónica de una muerte anunciada“.

Indicó que la presidencia es algo “simbólico“, precisando que ésta no le atribuye ningún tipo de “poder especial” a quien la detente. De igual forma, catalogó la postura de Uruguay de ambigua. “El Gobierno de Uruguay firmó el documento presentado por 15 países de la Organización de Estados Americanos solicitando la realización del revocatorio en Venezuela, pero en el Mercosur actúa de manera diferente”.

De acuerdo con las normativas de la organización, el país que ejerza la presidencia por tempore actuará como representante del bloque, y coordina las reuniones entre los Estados integrantes. No obstante, cada decisión debe ser tomada por consenso del grupo, y no como una imposición de un país sobre otro.

Para el también internacionalista Carlos Luna, Venezuela no cumple con las condiciones necesarias para ostentar la jefatura del Mercosur, explicando que ciertos reglamentos, entre ellos el Protocolo de Ushuaia, en el cual se establece un compromiso de cada integrante de la organización con la democracia en el continente.

Considera que al bloque le conviene encontrar a la brevedad una resolución al conflicto, “por un tema de funcionalidad”. Aclaró que uno de los aspectos fundamentales en una institución internacional es la confianza. “Se necesita generar seguridad en el mercado, para facilitar el buen funcionamiento de los pactos comerciales que mantiene el grupo con otras organizaciones mundiales”, agregó.

Desde el comienzo del conflicto, el Gobierno venezolano ha insistido en que ejercerá la presidencia e, incluso, se anunció que buscarán fortalecer las relaciones del Mercosur con Rusia, China y Cuba. En cambio, representantes de Paraguay, Argentina y Brasil insisten en lograr un acuerdo comercial pero con la Unión Europea.

Foto: EFE

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