Alcance de investigación del Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre elecciones presidenciales según expertos 
Comité de DDHH Humanos de la ONU investigará denuncias de violaciones de DDHH en las presidenciales

La aprobación por la Asamblea Nacional de 2020 de la Ley Orgánica Libertador Simón Bolívar contra el Bloqueo Imperialista y por la Defensa de la Patria enciende las alertas dentro y fuera del país.

A las reacciones de constitucionalistas y activistas de derechos humanos, se suma la de la Relatora Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Libertad de Asociación y Asamblea, Gina Romero.

La relatora, a través de un mensaje en la red social X,  expresó su preocupación por la Ley Simón Bolívar, la cual cree puede ser utilizada para perseguir a la ciudadanía y activistas.

La Ley fue sancionada este jueves y consta de 23 artículos que castigan de manera severa por “traidores a la patria” a quienes soliciten a gobiernos o agentes extranjeros sanciones internacionales contra el gobierno de Nicolás Maduro.

También para quienes se consideren, apoyen dichas medidas o las promuevan de alguna manera. 

Establece cárcel de 25 a 30 años; inhabilitaciones políticas hasta 60 años y juicios en ausencia.

Además, “castigo” para los medios de comunicación que difundan mensajes «de apoyo» a sanciones.

La amenaza del artículo 23

Gina Romero advierte, en un post publicado este sábado, que “el artículo 23 podría ser utilizado para perseguir a la sociedad civil y activistas”.

“El artículo crea un registro con carácter nacional para identificar a personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, que se sospecha “estar incursa en acciones contrarias a los valores y derechos irrenunciables del Estado, e impone medias económicas restrictivas, temporales y de carácter administrativo” para mitigar el “perjuicio que sus acciones producen contra la República Bolivariana de Venezuela y su población”, cita Romero en X.

La relatora subraya que “este tipo de legislaciones vagas y ambiguas hacen que la discrecionalidad en su aplicación se vuelva una herramienta de control al disenso y de persecución y violencia contra personas defensoras de derechos humanos, activistas y organizaciones de la sociedad civil”.